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13 de mayo del 2002
Acerca del marxismo y el revisionismo
Malime
Seguidamente reproduzco un debate que estamos manteniendo en un grupo
de intercambio de opiniones, donde intervienen compañeros muy heterogéneos
en sus análisis. Este que reproduzco es el que mantengo con un antiguo
militante del MC. Considero que la importancia del debate merece la pena ser
ofrecido a los lectores de Rebelión.
Malime; en tu mensaje nš 14082 de autocrítica haces unas cuantas afirmaciones
con las que estoy en desacuerdo. Voy a ocuparme ahora sólo de una: Sostienes
que Eugenio del Río es revisionista. (Fue Secretario General del
MC).
Creo que lo mejor es empezar explicando lo que entiendo por "revisionismo".
Dentro de la literatura marxista el término expresa la posibilidad de
transformar la sociedad capitalista en sociedad socialista renunciando a los
métodos violentos de destrucción del Estado burgués. O
lo que es lo mismo: la transformación gradual del Estado burgués
mediante el trabajo político en el seno de sus instituciones. El revisionismo
se opone también a la construcción del Estado socialista bajo
formas de dictaduras proletarias. En lugar de estas formas de Estado los revisionistas
siempre abogaron por democracias pluralistas o pluripartidistas. Por sostener
estos planteamientos fueron acusados por los dogmáticos del marxismo
de traidores, por renunciar a los principios fundamentales de la doctrina política
que decían defender. Para estos no hay peor enemigo que el que surge
de las propias filas.
Analizando el contenido de este concepto en perspectiva y desde la actualidad
la cuestión presenta, tal como yo la entiendo, algunos problemas:
1. El dogmatismo da por hecho que en la pureza de todos los principios del núcleo
duro de su doctrina radican las verdades universales y el revisionista comete
acto de herejía al pretender modificarlas. En consecuencia, el revisionista
debe ser excluido del colectivo -partido- al que pertenece si no renuncia a
su desviación y persiste en su actitud, para que no extienda su peligrosa
influencia considerada corrosiva.
Cuando dices "Estado socialista bajo formas de dictaduras proletarias",
estas introduciendo un elemento de confusión sobre la cuestión
del poder, sin darte cuenta introduces un termino peyorativo sobre dictadura,
que al revisionista Carrillo le llevó a decir: "Dictadura, ni la del
proletariado". En el marxismo sociologicamente hablando hay dos dictaduras antagónicas,
la de la burguesía y la del proletariado, que determinan su constitución
como clase dominante. El que la burguesía imponga de hecho su poder,
de la forma llamada "democrática" sustentada en el poder material que
le da su capacidad de conformar las conciencias, es decir, a través de
la subyugación ideológica, no cambia el fondo de la cuestión,
el poder lo ejerce más sutilmente, de una forma mucho más difícil
de combatir, como de hecho se está demostrando, no en vano Lenin decía
que la mejor envoltura del capitalismo era su forma "democrática".
Cuando hablas de dictadura asocias la forma como si fuera independiente del
contenido socio económico. Los revisionistas siempre se han manifestado
a favor de la forma, pretendiendo perfeccionar la maquinaria estatal burguesa
para construir el socialismo, en vez de cómo decían Marx y Lenin
destruirlo todo, la forma y el fondo. Marx también decía que el
Estado no es algo colgado del cielo, sino que es la forma de poder que adopta
la clase dominante. Lo cual quiere decir, que lo que es realmente democracia
burguesa, solo lo es para la burguesía pero es dictadura para los asalariados,
que les impide salir de la situación que padecen. La actual situación
en que vivimos hace decir a la burguesía y a los revisionistas de diferente
pelaje que estamos en un "estado de derecho", aunque la explotación del
hombre por el hombre se siga realizando incluso con mayor intensidad que en
el reciente pasado franquista, donde el despido libre no existía, y hoy
sí, lo cual da lugar a que los asalariados se encuentren en una mayor
inseguridad laboral, y sobre todo la de los nuevos trabajadores que se incorporan
al mercado laboral sometidos a aceptar contratos de trabajo en condiciones leoninas.
(E.R. en otro de los escritos suyos que he leído sobre la violencia,
llama "violencia legal" a la que practica el actual estado y define como violencia
ilegal a la terrorista. Habría que preguntarles a los palestinos porque
hacen terrorismo, en vez de hacer la guerra legalmente como la realizan los
israelitas. Usando tanques, aviones y cañones de largo alcance, en vez
de como realizan los desesperados palestinos que usan su propio cuerpo como
lanzadera de bombas. No quiero decir que apruebe el terrorismo de ETA, pero
no admito que la violencia que ejerce el estado sea legal.) Habría que
incluir otra calificación al definir a los dogmáticos y a los
revisionistas: el culto a la personalidad. La influencia en millones de comunistas
ese culto se ha manifestado en dos personajes: Stalin y Mao. En España
durante muchos años ese culto se mantuvo en torno al líder Carrillo,
que desde París nos trasmitía sus consignas. Eran otros tiempos,
la dictadura hacía buenas las consignas insuficientemente correctas.
El culto al líder carismático impone la falta de democracia, la
crítica y la autocrítica, la supeditación de la razón
al dogma emanado del líder. En definitiva a despreciar el marxismo como
filosofía autocrítica, que lo es en lo que se pueda interpretar
como definición absoluta, y critica con el medio existencial adverso,
que propugna la elevación del ser social, la toma de conciencia social
y política por parte de este, para que deje de ser una clase en sí,
y se eleve a clase para sí.
La filosofía marxista basada en el materialismo dialéctico e histórico,
analiza los problemas existenciales teniendo en cuenta la interrelación
existente entre el efecto y el conjunto de factores causales que lo determinan,
al contrario que la filosofía idealista que antepone el hecho aislado,
el yo, la cosa en sí, al yo como parte del universo material. Ello lleva
a los idealistas a considerar a los que defienden el marxismo-leninismo como
dogmáticos anclados en el pasado. Consideran que esa filosofía
ha fracasado no demostrando cual de sus contenidos es equivocado, en vez de
culpabilizar de los errores cometidos a los que pretendiendo actuar en nombre
de esa filosofía, llámense Carrillo, Stalin o Mao, los realizaron.
El 11 de junio de 1936, el Ejecutivo de los soviets bajo la tutela de Stalin
adoptó una nueva Constitución.
En el plano político, la nueva Constitución difiere de la antigua
en la sustitución del sistema electoral soviético, fundado en
los grupos de clase y de producción, por el sistema de la democracia
burguesa basado en el llamado "sufragio universal y directo" de la población
atomizada. La democracia directa que partía desde los centros de producción
fue sustituida por la democracia delegada en la clase política, que en
aquel momento estaba constituida por el PCUS y el Partido Agrario, una pequeña
organización dependiente del anterior. De soviético solo quedó
el nombre, el contenido ya no existía.
El estado como forma de organización de la clase proletaria, donde el
pueblo de forma real pudiera ejercerla, -desde los centros de producción
fundamentalmente-, pasó a mejor vida. Se adoptó una forma de "democracia"
que se correspondía a la estructurada que se da en el estado burgués.
El pueblo teóricamente era dueño de la propiedad socializada,
pero de hecho no lo era, el que decidía y administraba el bien social,
era partido. El bien social ante todo respondía a los intereses de la
nueva clase funcionarial, un amplio entramado burocrático del gobierno
y el partido. No fue Lenin el que se cargó el estado y la verdadera democracia
soviética, fue Stalin.
Comparada con la democracia burguesa se diferenciaba en que en esta última
formalmente existen diferentes partidos, pero realmente los que administran
el sistema capitalista son los partidos que reciben el apoyo del capital, se
llamen liberales, conservadores o socialdemócratas. El juego de la alternancia
en el gobierno de esos partidos es una realidad que tiene historia, nadie puede
atreverse a negarla, confirma las tesis marxistas-leninistas sobre la cuestión
del estado. No es el marxismo el que se ha quedado caduco, sino la interpretación
incorrecta realizada por la socialdemocracia y el revisionismo comunista. Ello
es lo que ha permitido que a pesar de las contradicciones tremendas que el desarrollo
del capitalismo en su fase imperialista está provocando carezca de la
respuesta adecuada.
2. Cuando los revisionistas toman cuerpo y se desarrollan en las organizaciones
donde operan adopta en la práctica los mismos métodos que los
dogmáticos. Consideran a estos peligrosos y acaban juzgándolos
por herejía.
Desde finales del siglo XIX hasta la década de los setenta se han desarrollado
en la historia muchas tendencias marxistas ortodoxas y heterodoxas. Por eso
creo que más que hablar del marxismo, en singular, habría que
hablar de los marxismos, en plural.
Admito que las prácticas de los dogmáticos y de los revisionistas
coincidan y que resuelvan las discrepancias de la misma forma, actuando antidemocráticamente,
expulsando o estigmatizando al discrepante. Pero esa coincidencia en la forma
de actuación no quiere decir que ambos apliquen la filosofía marxista,
y que se pueda admitir teorías o tendencias ortodoxas o heterodoxas,
simplemente no son marxistas, objetivamente contribuyen a perpetuar el sistema
capitalista. Es incongruente hablar de marxismos plurales, el marxismo si se
diferencias de otras teorías filosóficas idealistas es precisamente
porque en sus análisis no cae en la ambigüedad del eclecticismo
o el empiriocriticismo.
3. Todas las tendencias marxistas de un signo u otro siempre han reclamado
para sí la posesión de la verdad y de la representatividad del
proletariado y excluyen a las restantes. Esto es algo que debe de conducirnos
a una reflexión profunda. Por mi parte, estoy convencido de que las verdades
son, cuando más, relativas y temporales y reclamar para sí la
representatividad del proletariado no tuvo sentido nunca y mucho menos lo tiene
ahora.
Efectivamente muchas tendencias filosóficas proclaman para sí
la posesión de la verdad y se consideran representante de los intereses
proletarios, pero esa creencia se demuestra andando, no por lo que se crea sino
por la praxis. Hasta ahora mal que les pese a los modernos reformistas, el teórico
que demostró una actuación consecuente entre teoría y practica
fue Lenin. El único que supo defender la teoría marxista sobre
la cuestión del poder, sobre la forma del estado proletario. Frente a
los que defendían la democracia burguesa, la democracia delegada, la
democracia de la duma -o parlamento burgués-, Lenin defendió la
democracia directa, la democracia del soviet. Insisto en que fue Stalin el que
se cargo la constitución soviética el 11 de junio de 1.936, aunque
el estado siguiera llamándose soviético. Por lo tanto de los errores
de Stalin y sus herederos no se puede culpabilizar al marxismo-leninismo, ni
mucho menos decir que este se encuentre en una situación agónica,
que no termina de morir por la inercia de los tiempos, como manifiesta E.R.
Algunas conclusiones.
1. Que yo sepa Eugenio no se define marxista en ninguna de sus variantes. Razón
suficiente para no etiquetarlo ni de neomarxista ni de revisionista.
2. Comencé a leer sus primeros libros en el 79 del siglo pasado y siempre
me sorprendió su sentido crítico y autocrítico. Es otra
razón por la que tampoco cabe tildarle de revisionista.
Por estas razones Malime considero que tu autocrítica se queda corta,
demasiado corta. Tengo claro que las propuestas y contribuciones de E. R. son
discutibles, pero también creo que sería interesante desprendernos
de algunos prejuicios que arrastramos de nuestro pasado marxista. No me autoexcluyo.
Agradezco la aclaración, siempre entendí que el MC era un
partido "marxista-maoista". Que E.R. mande al basurero de la historia el maoísmo
-y que de esa forma revise su anterior posicionamiento- me parece bien, pero
lo que no puedo aceptar, es, que en el empeño pretenda enviar también
al basurero el marxismo. Tú a eso no lo llamas revisionismo, ni neomarxismo,
simplemente es oportunismo. No sé que pretenderán ahora con su
Web "Pensamiento Crítico", lo que sí esta claro es que lo que
empiezan a hacer objetivamente es anticomunismo.