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24 de mayo del 2002
En 1966 cayeron unas bombas radiactivas
España: Denuncian que la zona de Palomares está severamente contaminada
Según ha podido saber Ecologistas en Acción, la situación radiológica
de Palomares (Almería) es mucho peor de lo que se suponía.
Las bombas que cayeron sobre Palomares (Almería) en 1966 han dejado una huella
que perdura hasta nuestros días: La contaminación radiactiva persiste en la
actualidad e impide que el suelo se destine a algunos usos. En concreto se
desaconseja aquellos usos que supongan el movimiento del terreno y que generen
polvo.
En enero de 1966 cayeron cuatro bombas nucleares de un avión del ejército
de los EE. UU.
Una de las bombas cayó en el mar y otra de ellas vio su caída amortiguada
porque se abrió su paracaídas. Lamentablemente, las otras dos bombas cayeron
en tierra sin amortiguación y se rompieron desperdigando su contenido radiactivo
por el suelo.
Las bombas eran de plutonio, un elemento radiactivo artificial que, por efecto
del fuerte choque, ardió y formó aerosoles que se dispersaron por el terreno.
Tras intensos y costosos trabajos se trasladó lo contaminado (tierra, plantas...)
a cementerios nucleares, pero no se consiguió retirar todo el plutonio de
200 hectáreas. Por este suceso, unas 700 personas que vivían en la zona pasan
anualmente una revisión médica y radiológica en el CIEMAT, que en aquella
época era la Junta de Energía Nuclear.
Según ha podido saber Ecologistas en Acción, la situación radiológica de la
zona es mucho peor de lo que se suponía. De toda la extensión contaminada,
hay dos zonas de unas 7 Hectáreas de superficie que están severamente contaminadas
de plutonio y, en menor medida, de americio, elemento que se produce por la
desintegración del plutonio.
La contaminación existente en la actualidad es difusa, por lo que no es fácil
eliminarla y es lo bastante grave para impedir que el terreno se dedique a
aquellos usos que suponen liberación de polvo. Esto se debe a que tanto el
plutonio como el americio se desintegran emitiendo partículas alfa. Por tanto
su mayor peligro estriban en que sean ingeridos por las personas o bien respirando
o ingiriendo polvo o bien comiendo alimentos contaminados. Esto supone que
aquellas zonas contaminadas no se pueden dedicar ni a la agricultura ni a
la construcción.
El plutonio tiene un periodo de semidesintegración muy largo, de 24.400 años,
lo que supone que los niveles de contaminación serán muy elevados durante
muchísimo tiempo. Habrán de pasar 24.400 años para que la cantidad de plutonio
del suelo se reduzca a la mitad. Esto supone que el terreno será perfectamente
inútil prácticamente durante una eternidad, salvo que algún día se consiga
descontaminar.
Ecologistas en Acción quiere denunciar el silencio que todavía se cierne sobre
las consecuencias de este grave incidente. La contaminación que se produjo
entonces, al igual que los desgraciados sucesos del Tireless, son consecuencias
indeseables de que el área mediterránea está continuamente surcada por aviones
y barcos cargados de combustible nuclear y armas nucleares que ocasionan un
peligroso riesgo para la salud y el medio ambiente.