12 de octubre 2002
¡No nos encierren!
Naomi Klein
Globalización
La globalización, se dijo, rompería barreras -de comercio,
comunicación, prosperidad. In realidad, argumenta Naomi Klein, ha construido
nuevas, represivas y enajenantes. Pero podemos abrir las ventanas - si sabemos
como.
Hace unos meses, mientras hojeaba mis recortes buscando una estadística
perdida, note un tema repetitivo: la valla. La imagen venía una y otra
vez: barreras separando personas de anteriores recursos públicos, separándolos
de la muy necesitada tierra y agua, restringiendo su movilidad para cruzar fronteras,
para expresar disensión política, para manifestarse en las calles,
incluso evitando a los políticos promulgar sus políticas que dan
sentido a la gente que los eligió.
Algunas de estas vallas son difíciles de ver, pero existen de la misma
forma. Una valla virtual crece en los colegios en Zambia cuando una "tasa para
usuarios de la educación" es introducida por el aviso del Banco Mundial,
sacando del alcance de la educación a millones de personas.. una valla
crece alrededor de las familias granjeras en Canadá cuando la política
gubernamental cambia la agricultura de pequeña escala en un artículo
de lujo, inalcanzable en un paisaje de caída de precios en materias primas
y granjas-factoría. Hay una valla real pero invisible valla que crece
alrededor del agua potable en Soweto cuando los precios suben como un cohete
debido a la privatización, y los residentes son forzados a tomar fuentes
contaminadas. Y hay una valla que crece alrededor de la misma idea de democracia
cuando el Fondo Monetario Internacional pide a Argentina que reduzca el gasto
social, privatice mas recursos y elimine el apoyo a la industria local, para
acceder a sus prestamos, todo en medio de una crisis económica profundizada
por estas mismas políticas. Estas vallas, por supuesto, son tan viejas
como el colonialismo. " Tales operaciones de usura ponen barrotes alrededor
de las naciones libres," Eduardo Galeano escribió en "Las venas abiertas
de América Latina". Se refería a los términos del préstamo
británico a Argentina en 1824.
Las vallas han sido siempre parte del capitalismo, la única forma de
proteger propiedad de posible bandidos, pero los dobles estándares financiando
estas vallas se han , inmediatamente antes, convertido cada vez mas ostensibles.
La expropiación de propiedades corporativas pues ser el mayor pecado
que cualquier gobierno socialista pueda cometer a los ojos de los mercados financieros
internacionales (solo pregunta a la Venezuela de Hugo Chavez o a la Cuba de
Fidel Castro). Pero la protección de activos garantizada a las compañías
bajo tratados de libre comercio no se extendió a los ciudadanos argentinos
que depositaron los ahorros de su vida en cuentas del Citibank, Scotiabank y
HSBC y ahora se encuentran que la mayoría de su dinero simplemente ha
desaparecido. Tampoco la reverencia de los mercados por la salud privada abrazó
a los empleados estadounidenses de Enron, que encontraron que habían
sido aislados de sus carteras de jubilación privatizadas, no pudiendo
vender incluso cuando los ejecutivos de Enron estaban desesperadamente cobrando
sus propias acciones.
Otra barrera de interés público bajo seria amenaza es la que separaba
cultivos modificados genéticamente de lo que todavía no han sido
alterados. Los gigantes en la venta de semillas han hecho tal notable pobre
trabajo de prevenir que sus semillas alteradas fluyan a los campos vecinos,
echando raíces y cruzando su polinización que, en muchas partes
del mundo, comer alimentos no transgénicos ya no sea una opción
- todo el suministro alimentario ha sido contaminado. Las vallas que protegen
el interés público parecen estar desapareciendo rápidamente,
mientras que las que restringen nuestros derechos continúan multiplicándose.
Cuando primeramente note que la imagen de una valla continuaba saliendo en discusiones,
debates y en mis propios escritos, me pareció significativo. Después
de todo, la década pasada de integración económica ha sido
potenciada por promesas de caídas de las barreras, de un incremento en
la movilidad y mayor libertad. Y aun después de 13 años de la
celebrada caída del muro de Berlín, estamos rodeados de vayas
una vez mas, cortado -de uno a otro, de la Tierra y de nuestra habilidad para
imaginar que el cambio es posible. El proceso económico que continua
por el benigno eufemismo "globalización" ahora alcanza cada aspecto de
la vida, transformando cada actividad y recurso natural en una medida y una
materia poseída. Como el investigador sobre el trabajo, afincado en Hong
Kong, Gerard Greenfield apunta, el actual estado del capitalismo no es simplemente
sobre el comercio en el sentido tradicional de vender mas productos a través
de las fronteras. Es también sobre alimentar la necesidad insaciable
de los mercados por crecimiento redefiniendo como "productos sectores enteros
que fueron previamente considerados parte de "lo común" y no para la
venta. La invasión de lo público por lo privado ha alcanzado a
categorías tales como la salud y la educación, por supuesto, pero
también ideas, genes, ahora vendidas, patentadas y encerradas, así
como remedios aborígenes tradicionales, plantas, agua e incluso células
madre humanas. Con el copyright ahora EEUU es el único mas grande exportador
(mas que bienes facturados o armas), la ley internacional de comercio tiene
que se comprendida no solo cuando derriba barreras selectivas al comercio sino
con mas exactitud, como un proceso que sistemáticamente levanta nuevas
barreras -sobre el conocimiento, la tecnología y recursos nuevamente
privatizados. Estos Derechos de Propiedad Intelectual en Relación al
Comercio (Trade Related Intellectual Property Rights) son los que previenen
a los granjeros de replantar las semillas patentadas por Mosanto y convertir
en ilegal para los países pobres fabricar drogas genéricas mas
baratas para llevar a sus necesitadas poblaciones.
La globalización esta ahora en tela de juicio porque al otro lado de
estas vallas virtuales esta la gente real, fuera de las escuelas, hospitales,
lugares de trabajo, sus propias granjas, casas y comunidades. La masiva privatización
y desregulación han reproducido ejércitos de gente aislada, cuyos
servicios ya no se necesitan, cuyos estilos de vida están liquidados
como "un paso atrás", cuyas necesidades básicas no son respondidas.
Estas vallas de exclusión social pueden deshacen una industria entera,
y pueden también liquidar todo un país, como ha ocurrido en Argentina.
En el caso de Africa, esencialmente un continente entero puede encontrarse exiliado
al mundo de las sombras global, fuera del mapa o de las noticias, apareciendo
solo en tiempos de guerra cuando sus ciudadanos son vistos con sospecha de miembros
potenciales de la milicia, posibles terroristas o fanáticos anti-americanos.
En realidad, notablemente poca gente aislada de la globalización usa
la violencia. La mayoría simplemente se muda: del campo a la ciudad,
de país a país. Y es cuando se enfrentan cara a cara con las distinguibles,
no virtuales vallas, las que están hechas de cadenas unidas y cable espinosos,
reforzadas con hormigón y guardadas con ametralladoras. Donde quiera
que oiga la frase "comercio libre", no puedo imaginar las factorías enjauladas
que visite en Filipinas e Indonesia que están rodeadas de puertas, puestos
de vigilancia y soldados -para evitar filtraciones los productos altamente subvencionados
y que los sindicatos entren. Pienso, también, sobre un reciente viaje
al desierto del sur de Australia donde visite el infame centro de detención
de Woomera. En Woomera, cientos de afganos y refugiados iraquíes, huyendo
de la opresión y la dictadura en sus propios países, están
tan desesperados para que el mundo vea lo que esta pasando detrás de
la valla que llevan a cabo huelgas de hambre, se lanzan desde los tejados de
sus barracones, beben champo y cosen su boca.
Estos días, los periódicos están llenos con espantosas
cantidades de buscadores de asilo intentando atravesar fronteras de países
escondiéndose entro los productos que gozan de mayor movilidad que ellos.
En diciembre del 2001, los cuerpos de ocho refugiados rumanos, incluyendo dos
niños, fueron descubiertos en un contenedor llego con muebles de oficina:
se habían asfixiado durante el largo viaje por el mar. El mismo año,
los cuerpos de dos refugiados fueron descubiertos en Eau Claire, Wisconsin,
en un barco de adornos de baño. El año anterior, 58 refugiados
chinos se ahogaron en la parte trasera de un camión de reparto en Dover.
Todas estas vallas están conectadas: las reales, hechas de acero y alambre
de espinas, son necesarias para hacer cumplir las virtuales, las que ponen fuera
de tantas manos los recursos y la riqueza. Simplemente, no es posible mantener
apartado esto de nuestra riqueza colectiva sin una estrategia de acompañamiento
para controlar el malestar popular y la movilidad. Las firmas de seguridad hacen
sus mejores negocios en la ciudades, donde la distancia entre rico y pobre es
mas grande -Johanesburgo, Sao Paulo, Nueva Deli- vendiendo puertas de hierro,
coches blindados, desarrollados sistemas de alarma y alquilando ejércitos
de guardias privados. Los brasileños, por ejemplo, gastan 4.5 billones
de dólares al año en seguridad privada, y los 400.000 policías
de alquiler armados sobrepasan los oficiales de policía reales por casi
cuatro a uno. En la profundamente dividida Surafrica, el gasto anual en seguridad
privada ha alcanzado 1.6 billones de dólares, mas de tres veces lo que
el gobierno gasta cada año en vivienda a precios cómodos. Ahora,
parece que los componente confinados protegiendo a los que tienen de los que
no, son microcosmos de lo que se esta convirtiendo en un estado de seguridad
global -no una aldea global intentando disminuir muros y barreras, como fue
prometido, sino una red de fortalezas conectados por corredores de comercio
altamente militarizados.
Si este dibujo parece extremista, podría ser solo porque la mayoría
de nosotros en el oeste raramente ve las vallas y la artillería. Las
factorías cercadas y los centros de detención permanecen escondidas
en lugares remotos, siendo menos posible hacer un desafío directo a la
retórica seductiva de un mundo sin fronteras. Pero sobre los pasados
años, algunas vallas han puesto a la vista de todos - a menudo, viniendo
al caso, durante los encuentros donde este brutal modelo de globalización
es avanzado. Hora, esta asegurado, que si los líderes mundiales quieren
ponerse juntos a discutir un nuevo tratado comercial, necesitarán construir
una moderna fortaleza para protegerse de la rabia del público. Cuando
la ciudad de Quebec acogió el Encuentro de las Américas en abril
del 2001, el gobierno canadiense tomo el paso sin precedentes de construir una
jaula no solo en el centro de conferencias, sino en el centro de la ciudad,
forzando a los residentes a mostrar documentación oficial para llegar
a sus casas y lugares de trabajo. Otra estrategia popular es mantener los encuentros
en lugares inaccesibles: El encuentro del G8 este año fue llevado a cabo
en las canadienses Montañas Rocosas , y el encuentro de la OMC en el
2001 tuvo lugar en el represivo estado del golfo, Qatar, donde el emir prohibió
las protestas políticas. La "guerra contra el terrorismo" se ha convertido
en otra valla para esconderse detrás, usada por los organizadores de
los encuentros para explicar porque las muestras públicas de desacuerdo
solo no pueden ser posibles en este momento o, peor, dibujando amenazantes paralelos
entre manifestantes legítimos y terroristas inclinados a la destrucción.
Pero lo que son contados como confrontaciones amenazantes son, a menudo, alegres
eventos, tanto que experimentan en vías alternativas de organizar las
sociedades como críticas de los modelos existentes. La primera vez que
participé en uno de estas contra-cumbres, recuerdo tener el sentimiento
distinto de que algún tipo de portal político se estaba abriendo
-una puerta, una ventana, "una grieta en la historia", para usar la bonita frase
del subcomandante Marcos. Esta apertura tuvo poco que hacer con la ventana rota
de un McDonald's, la imagen favorita de las cámaras de TV; era algo mas:
un sentido de posibilidad, un golpe de aire fresco, oxígeno llegando
al cerebro. Estas protestas - que son actualmente maratones de una semana de
duración, de una educación intensa en políticas globales,
sesiones de estrategia durante la tarde-noche en seis traducciones simultaneas,
festivales de música y teatro callejero -son como un paso dentro de un
universo paralelo. Durante la noche, el lugar es transformado en un tipo de
ciudad alternativa global, donde la urgencia reemplaza a la resignación,
logos corporativos necesitan guardia armada, la gente usurpa coches, el arte
esta en todas partes, los extranjeros se hablan unos a otros, y la perspectiva
de un cambio radical en la carrera política no parece como una idea caduca
y anacrónica sino el mas lógico pensamiento en el mundo.
Incluso las fuertes medidas de seguridad han sido nombradas por los activistas
en parte del mensaje: Las vallas que rodean los encuentros se convierten en
metáforas de un modelo económico que exilia a billones a la pobreza
y a la exclusión. Las confrontaciones son mantenidas en la valla - pero
no solo lo que involucran palos y piedras: Los frascos de gas lacrimógeno
han sido devueltos con palos de hockey, cañones de agua han sido irreverentemente
desafiados con pistolas de agua de juguete y helicópteros ruidosos burlados
con enjambres de aviones de papel. Durante el Encuentro de las Américas
en Quebec, un grupo de activistas construyó una catapulta de madera de
estilo medieval, rodando hasta la valla de 3 metros de altura que cerraba el
centro de la ciudad y lanzaron osos de peluche por lo alto. En Praga, durante
un encuentro del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, el grupo
italiano de acción directa Tute Bianche decidió no enfrentarse
a las líneas de policía antidisturbios vestida de negro en similarmente
amenazantes mascaras y pañuelos; en lugar de esto, marcharon a la línea
de policía en prendas blancas rellenas de neumáticos de goma y
acolchados Styrofoam. En una mezcla entre darth Vader y un ejército de
hombres de Michelín, la policía no podía ganar. Estos activistas
son bastante serios en su deseo de interrumpir el actual orden económico,
pero su táctica refleja un rechazo obstinado para comprometerse en las
luchas de poder clásicas: Su objetivo no es tomar el poder para ellos
mismos sino desafiar la centralización por principio.
Otras clases de ventanas se están abriendo también, conspiraciones
silenciosas para reclamar espacios privatizados y activos para uso público.
Quizás, estudiantes quitando anuncios de sus clases, o intercambiando
música en línea, u organizando centros de información independientes
con software gratis. Quizás, los campesinos de Tailandia plantando vegetales
orgánicos en campos de golf sobre-irrigados, o granjeros sin tierra en
Brasil cortando vallas en tierras sin uso y convirtiéndolas en granjas
cooperativas. Quizás los trabajadores de Bolivia revirtiendo la privatización
de sus suministros de agua, o los residentes en municipios de Suráfrica
reconectando su electricidad a los vecinos bajo el eslogan Poder para la Gente
(Power to the People). Y una vez reclamados, estos espacios están también
siendo rehechos. En asambleas vecinales, en consejos en las ciudades, en centros
de información independientes, en bosques comunitarios y granjas, una
nueva cultura de vibrante democracia directa esta emergiendo, una que es potenciada
y reforzada por la participación directa, sin disminuir o desanimar por
espectadores pasivos.
A pesar de todos los intentos de privatización, resulta que hay cosas
que no ser apropiadas. Música, agua, semillas, electricidad, ideas -
continúan explotando los límites erigidos alrededor de ellos.
Tienen una resistencia natural a envolverse, una tendencia a escapar, a polinizar,
a fluir a través de las vallas y a huir por las ventanas abiertas.
No esta claro lo que saldrá de estos espacios liberados, o si lo que
emerge será suficientemente duro para resistir los crecientes ataques
de la policía y el ejército, cuando la línea entre activismo
y terrorismo es deliberadamente velado. La cuestión de lo que viene me
preocupa. Cuando miro de nuevo a estos recortes de periódico, los veo
por lo que son: postales de momentos dramáticos en el tiempo, una grabación
del primer capítulo en un muy viejo y recurrente historia, la que habla
acerca de gente empujando las barreras que intentan contenerles, abriendo ventanas,
respirando profundamente, degustando libertad.
Naomi Klein ©
Esta pieza esta extraída de Vallas y Ventanas (Fences and Windows), de
Naomi Klein, publicada por Flamingo.
The Guardian ©
Traducido por Mario Cuellar
http://www.globalizate.org/