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Venezuela: El Golpe

22 de abril del 2002

Dilema latinoamericano: La propaganda
de Otto Reich recuerda el Tercer Reich

Tom Turnipseed
ZNet en español

Otto Reich, implicado en el golpe en Venezuela, es un antiguo experto en la difusión de calumnias contra gobiernos y movimientos progresistas en América Latina.

La administración Bush se está esforzando por limitar los daños causados por su dudosa participación en el fracasado golpe de dos días contra el gobierno democráticamente elegido del Presidente Hugo Chávez de Venezuela. Alarma que el ominoso Otto Reich esté emergiendo como un responsable crucial en el papel de la administración en el intento de golpe fracasado para reemplazar a Chávez con una oligarquía de elites empresariales, militares y adineradas. En el desesperado esfuerzo por distanciarse del fallido derrocamiento del gobierno democráticamente elegido de Chávez, la administración Bush admitió que Mr. Reich llamó al dirigente del golpe, Carmona, y le pidió que no disolviera la Asamblea Nacional, porque sería "algo estúpido". Al día siguiente la administración corrigió su historia y dijo que Reich sólo le había pedido a nuestro embajador que transmitiera el mensaje a Carmona.
El New York Times señaló que la revelación planteaba la cuestión de si Mr. Reich u otros funcionarios de la administración orquestaron la toma del poder del señor Carmona. Aunque la administración Bush admite su deseo de reemplazar el gobierno de Chávez por su oposición a las políticas de EE.UU. y su amistad con países como Cuba e Irán, insiste ahora en que no estuvo implicada en el golpe armado. La administración también admite haber hablado antes del golpe con varios funcionarios venezolanos, incluyendo al General Lucas Romero Rincón, jefe de los militares venezolanos, que se reunió con el funcionario del Pentágono Rogelio Pardo-Maurer, un antiguo estrecho asociado de los contras apoyados por EE.UU. en Nicaragua.
La propensión de Mr. Reich a la propaganda perniciosa ha aparecido una vez más en relación con los eventos que rodean el golpe. Según el New York Times, Reich declaró a asesores del congreso que la administración había recibido informes de que "fuerzas paramilitares extranjeras" - que se sospechaban eran cubanas- habían estado involucradas en la sangrienta represión de los manifestantes anti-Chávez, en la que murieron por lo menos 14 personas en Venezuela. Reich, un antiguo Embajador de EE.UU. en Venezuela y miembro de un grupo de presión relacionado con Mobil Oil en Venezuela, señaló además a funcionarios del Congreso que el señor Chávez había interferido con la compañía estatal del petróleo históricamente independiente, había dado refugio a guerrilleros colombianos, y había socorrido a Cuba con precios preferenciales para el petróleo.
Reich es un cubano-estadounidense derechista que está obsesionado con el derrocamiento del régimen de Fidel Castro y que es también un gran partidario político del hermano del Presidente Bush y Gobernador de Florida, Jeb Bush, que necesita un fuerte apoyo de los cubanos en Florida para su intento de ser reelegido este año. Reich, junto con otros adláteres de la administración Reagan, Elliott Abrams y John Negroponte, quedaron desacreditados por sus actividades clandestinas y sus aseveraciones falsas cuando Estados Unidos intervino en América Central en los años 80 y 90, pero han sido reinstalado en posiciones prominentes en la segunda administración Bush. Aborrecen a los gobiernos latinoamericanos elegidos por la gente pobre y de la clase trabajadora, como el gobierno Chávez en Venezuela y el depuesto gobierno sandinista en Nicaragua.
Abrams fue condenado por mentir al Congreso sobre el escándalo Irán-Contra, pero ha sido sorprendentemente rehabilitado y reciclado para volver a la segunda administración Bush como jefe de la "Oficina de Democracia y Derechos Humanos". Negroponte fue nombrado Embajador de EE.UU. ante las Naciones Unidas en septiembre pasado, a pesar de haber estado implicado como amigo de los dirigentes de los escuadrones de la muerte hondureños que cometieron atrocidades contra el pueblo de Honduras mientras era Embajador de EE.UU. en ese país.
La más reciente resurrección del trío de renegados derechistas es el nombramiento de Otto Reich como Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental. El Presidente Bush utilizó el peliagudo procedimiento de nombramiento durante recesos para evitar posibles interrogatorios hostiles y dañinos de los demócratas en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Los senadores tenían algunos interesantes ejemplos de iniquidades cometidas por Mr. Reich en la época en que era director de la Oficina de Diplomacia Pública (OPD) del Departamento de Estado sobre las que hubieran querido cuestionarle.
El 30 de septiembre de 1987, un contralor general de EE.UU. nombrado por los republicanos, descubrió que Reich había hecho cosas como director de la OPD que estaban "prohibidas, actividades de propaganda clandestinas, más allá del marco de actividades de una agencia de información pública... ". El mismo informe señaló que la operación de Reich violó "una restricción de las asignaciones anuales que prohíben el uso de fondos federales para propósitos de publicidad o propaganda no autorizados por el Congreso." Reich utilizó la propaganda clandestina para demonizar al gobierno sandinista democráticamente elegido de Nicaragua y establecer a los Contras como valerosos combatientes por la libertad. El propósito era atemorizar suficientemente al público de EE.UU. respecto a los sandinistas, para conseguir que el Congreso financiara directamente a los Contras. La Enmienda Boland fue aprobada por el Congreso en 1982 y prohibía que se utilizaran fondos estadounidenses para derrocar el gobierno nicaragüense. Entretanto, los contras eran armados ilegalmente por la administración Reagan mediante el negocio de armas Irán-Contra.
En la noche de la reelección de Reagan en 1984, la oficina de Reich difundió la noticia que "fuentes de inteligencia" revelaron que cazas MIG soviéticos estaban llegando a Nicaragua y Andrea Mitchell interrumpió la cobertura de la elección de esa noche en NBC para transmitir el falso informe. Esto se parece la invención de Goebbels que tropas polacas habían atacado a los soldados alemanes, dándole al Tercer Reich una excusa para lanzar la guerra relámpago nazi contra Polonia a fin de comenzar la II Guerra Mundial en 1939. Otras mentiras de Reich pasadas a fuentes informativas incluyeron: que Nicaragua había recibido armas químicas de los soviéticos, según el Miami Herald; y que dirigentes de los sandinistas estaban implicados en el tráfico de drogas, según la revista Newsweek.
En los países latinoamericanos, Estados Unidos tiene toda una historia de hacer negocios y apoyar a las oligarquías adineradas de las elites empresariales, profesionales y militares que tienden a ser personas de piel más blanca, de origen europeo, en comparación con las clases pobres y trabajadoras, compuestas sobre todo de gente indígena de piel más oscura o de origen africano. La segunda administración Bush parece haberse adherido de buenas ganas a esta tradición. Con Otto Reich produciendo en masa odio y temor, es una predicción segura que el Presidente Hugo Chávez de Venezuela será presentado cada vez más como el diablo en persona y su gobierno como malvados terroristas anti-estadounidenses. Mr. Reich servirá su venenosa propaganda a toda agencia noticiosa que cubra la política latinoamericana de la administración Bush. Joseph Goebbels se sentiría orgulloso.
Tom Turnipseed es abogado, activista por los derechos humanos en Columbia, South Carolina. www.turnipseed.net
Título original: Latin America's Dilemma: Otto Reich's Propaganda is Reminiscent of the Third Reich
Autor: Tom Turnipseed, 18 de abril de 2002, Zmag
Traducido por Germán Leyens