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Y los cerros bajaron a reponer al Presidente
NIDIA DÍAZ Y JUVENAL BALÁN
Enviados especiales de Granma
CARACAS, 19 de abril.—"¡Cuando bajen los cerros!" ha sido una expresión
que los venezolanos recuerdan desde que tienen memoria como una advertencia
relacionada, sin lugar a dudas, con el temor de la burguesía a que un
día se hicieran justicia a sí mismos aquellos a quienes marginó
y confinó a esas alturas que rodean la opulenta Caracas.
Finalmente, este 12 de abril, ¡los cerros bajaron! y lo hicieron como cuando
el mar, aparentemente tranquilo, penetra las costas y lo inunda todo. Nadie
puede detenerlo, nada puede desviarlo.
Fueron la gente de los cerros y los caraqueños patriotas los que hicieron
huir a los militares golpistas y a Pedro Carmona, quien no tuvo ni una banda
presidencial a la medida, teniendo que conformarse con aquella móvil,
diz que cosida en la vieja metrópoli para el primero que aceptara.
En los cerros se sabía. Aquellos que en la complicidad de la noche tomaron
Miraflores tras la detención del Presidente Chávez, no eran sino
traidores, porque no fue a ellos a quienes confiaron tres años atrás
su voto, sus sueños y su esperanza. Y esta vez, nadie se los arrebataría.
La 23 de Enero es una parroquia (algo así como un Consejo Popular nuestro)
que tiene historia. Su nombre lo ganó cuando dio el combate contra el
dictador Marcos Pérez Jiménez. Desde entonces ningún uniformado
se ha atrevido a desafiarlos hasta este 11 de abril, en que la policía
metropolitana, al amparo de los golpistas, intentó hacerles un cerco
para contenerlos en caso de que llegaran a conocer la verdad sobre la asonada
y la supuesta renuncia del presidente Chávez.
Desde los cerros de Caracas bajaron los sectores más pobres a defender
al Presidente Hugo Chávez y la República Bolivariana.
"Al mediodía entramos al cerro por una de sus faldas. Es un día
feriado, el Día de la Independencia y todos juegan dominó, oyen
música, conversan y José Fernández, un portugués
que se asentó aquí hace 44 años, me cuenta: "la vida es
tremenda, hace una semana a esta hora todo era desconcierto, luego desesperación
y al caer la noche, tristeza, decían que el Presidente había renunciado".
A su lado, y al frente mismo de su bodeguita, su hijo mayor, José Gregorio,
nos cuenta que "aquí nadie creyó lo de la renuncia, pero fue mucha
la represión de la policía y nos regresamos a esperar".
José Gregorio, Greimán Negrín, José Ordaz y Darwin
Ordaz juegan dominó; desde cualquiera de sus asientos, a lo lejos, se
ve el Palacio de Miraflores y aun antes de acercarnos, al ver la cámara
de Juvenal, con voz levantada, advierten: "han llegado a la parroquía
revolucionaria, 23 de Enero, para lo que se les ofrezca".
"Estamos celebrando el triunfo popular. Aquellos que siempre nos han querido
marginar no comprenderán nunca que solo el pueblo puede salvar al pueblo.
Por eso apoyamos al Gobierno del presidente Chávez, porque cuenta con
nosotros", dijo Darwin, y todos a una voz, estuvieron de acuerdo.
"Con este pueblo, aclaró el taxista José Ordaz, la contrarrevolución
tiene cerrado el dominó."
LA VERDADERA HISTORIA...
El relato de Susana Rodríguez, de la Fundación Cultural Simón
Bolívar, en la 23 de Enero fue para mí revelador:
Susana Rodríguez, de la Fundación Cultural Simón
Bolívar.
"Nosotros llegamos al Palacio de Miraflores, alrededor de las 2:00 de la tarde
del 11 de abril. Ya la marcha de los escuálidos, de la oposición,
estaba llegando a la avenida Bolívar; de allí la desviaron por
el túnel en la parte lateral para entrar a Miraflores por ese lado, pero
había dos cordones de la Guardia Nacional que iban a impedir el paso
de la marcha, porque los revolucionarios estábamos ya en la calle para
proteger al Presidente.
"Comenzó el enfrentamiento, porque al frente de ellos venía Bandera
Roja, que había sido de la extrema izquierda y ahora es todo lo contrario,
y ellos tienen experiencia en esos enfrentamientos callejeros. Estaban al frente
y comenzaron a lanzar piedras, y es entonces cuando la Guardia Nacional lanza
gases lacrimógenos, en ningún momento hay disparos ahí.
Cuando ellos deciden reorganizarse en la Plaza Oreali, suben por otra transversal
e, igualmente, la Guardia Nacional comienza a echarlos hacia atrás, y
es cuando se produce el primer muerto, que es el chofer del vicepresidente Diosdado
Cabello con un tiro en la cabeza.
Fidel Palencia, ex trabajador de PDVSA.
"De ahí en adelante, la policía metropolitana se apostó
en la esquina El Conde, que es donde queda la Alcaldía Mayor y la Cancillería,
y la Avenida Baral. De ahí en adelante empezó la policía
metropolitana a disparar hacia el puente de Carmelita, donde ya estábamos
suficientes seguidores del Presidente, y desde los edificios del hotel Abusonia
y del hotel El Edén es donde se detectan los francotiradores.
"A partir de ese momento pasaron por delante de nosotros al menos ocho cadáveres
con las cabezas destrozadas por impactos de bala, y los otros que murieron desangrados
fue porque los tiros se los hicieron al femoral. Eran tiradores entrenados que,
evidentemente, estaban preparados para provocar esa acción.
"Incluso un fotógrafo muere de un tiro en la cabeza, pues había
sido detectado tirando las fotos a los francotiradores, quienes lo masacraron
para que no quedaran evidencias.
"Del lado de la oposición hubo solamente dos muertos, entre ellos el
fotógrafo, el resto son de los Círculos Bolivarianos, que llegaron
allí de manera espontánea.
"El ambiente se enrarece, empezamos a recibir información por los celulares
de que el Canal 8 estaba transmitiendo muñequitos y que en ese momento
se habían presentado los seis generales diciendo que no reconocían
al gobierno de Chávez y que el alto mando militar había renunciado.
Daniel González, estudiante de informática.
"Eran ya como las 7:00 de la noche y las televisoras comienzan a transmitir
las supuestas renuncias de todos. A las nueve y media o diez de la noche comenzamos
a retirarnos de Miraflores, y a esa hora ya nos llega la noticia de que la casa
del diputado Reynaldo García estaba siendo allanada.
"Nos dirigimos a pie por la avenida Sucre hasta la 23 de Enero, y conocemos
que la policía estaba dando vuelta por nuestro sector; tomamos la previsión
de retirarnos a nuestras casas y comenzamos a llamarnos todos de que nos pondríamos
a resguardo, y los cerros quedaron absolutamente en silencio, todo se llenó
de tristeza.
"Entonces comenzamos a ver por la TV los allanamientos, la cacería de
brujas que se desató, y a partir del viernes al mediodía esas
mismas televisoras nacionales dicen que ya todo está en calma, que todo
volvió a la normalidad, etc.
"Por medio de los teléfonos, hicimos una red de llamadas y nos convocamos
todos a marchar nuevamente hacia Miraflores, sabíamos que otros barrios
populares en miles habían marchado hacia Fuerte Tiuna para que les dejaran
ver al Presidente.
"Todo comenzó cuando vimos por CNN el rebote de la Televisión
Cubana que había entrevistado a María Gabriela Chávez y
también las declaraciones igualmente por CNN del fiscal Isaías
Rodríguez, alertando de que el Presidente no había renunciado,
que estaba preso.
"El pueblo pobre que se concentra en el oeste de la ciudad, de los barrios de
Propatria, Isaías Medina Angarita, de la carretera vieja de la Guaira,
comenzaron a marchar a pie, porque el transporte y el servicio del metro se
pararon para solidarizarse con su acción y la gente se lanzó en
bicicleta, en camiones, todos por las calles en contra de la policía
metropolitana con un único objetivo: llegar a Miraflores para reponer
al Presidente.
"La angustia era si estaba preso o muerto, porque nadie se creyó que
había renunciado; lo queríamos ver, que fuera él mismo
quien nos dijera que había renunciado, y sabíamos que él
nunca renunciaría. Y todo el pueblo pobre de norte a sur, de este a oeste,
comenzó a llegar a los comandos de las fuerzas leales, como el paracaidista
del comandante Raúl Baduel, que nunca reconoció el gobierno de
facto.
"Así fueron aquellos días, quien diga lo contrario miente. El
pueblo se replegó, porque se quedó sin información, pero
mantuvo la fe en su Presidente, y tanto fue así que no necesitó
de la vanguardia política para movilizarse; todos como uno solo comenzaron
a abrir las puertas de las casas e iniciar la marcha por el retorno del Presidente.
"Esa es la historia, escríbala para que los cubanos y el mundo la conozcan".