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Asegura que no habrá cacería de brujas, represalias ni violaciones a la libre expresión
Llama Hugo Chávez a la unidad nacional y al diálogo
con la oposición
Dice a los dueños de los medios de comunicación: "Llegó
la hora de rectificar"
"Estaba seguro que soldados y pueblo rechazarían este atropello a la
Constitución", sostiene
AFP, DPA Y REUTERS
Caracas, 14 de abril. Con boinas rojas y ondeando banderas de Venezuela,
seguidores de Hugo Chávez continuaban frente al Palacio presidencial
de Miraflores celebrando el retorno al poder de su presidente, quien tras estar
apartado 48 horas del poder hizo esta madrugada un llamado a la unidad nacional
y al diálogo con la oposición.
Más tarde en Maracay, a 80 kilómetros de esta capital, donde se
encuentra el segundo enclave militar del país, Chávez afirmó
que su regreso al poder se debió a la "unión" entre el pueblo
y las fuerzas armadas.
El fallido golpe de Estado que apenas duró 48 horas "pretendía
imponer una tiranía oligárquica, pero de aquí salieron
voces diciendo la verdad al mundo", señaló, al destacar las versiones
que pretendían achacar a su gobierno las víctimas reportadas en
los disturbios del jueves.
En Maracay, primera rebelión
El mandatario, de 47 años, destacó que el pueblo y el comando
de paracaidistas de Maracay fueron los primeros que se rebelaron contra el régimen
provisional del empresario Pedro Carmona, quien apenas duró un día
luego de que los militares le retiraron su apoyo y los chavistas se rebelaron.
"Los soldados y el pueblo en la calle rechazaron el atropello que se pretendía
hacer contra la Constitución. Yo estaba seguro de que esto ocurriría,
pero lo que no sabía era que sería tan rapidito", admitió
el ex militar, quien estuvo escoltado por el inspector general de las fuerzas
armadas, general Lucas Rincón, y el ministro de Defensa, José
Vicente Rangel.
Chávez había llegado esta madrugada al Palacio presidencial de
Miraflores a bordo de un helicóptero, para retomar las riendas del país.
Al descender, una banda militar rindió honores al sonriente mandatario,
que iba vestido de civil y sin su clásica bona roja.
Frente al palacio, 200 mil personas, según la agencia Dpa, le vitorearon
cantando consignas como: "volvió, volvió, volvió", contra
el estribillo de: "se va, se va, se va" de los opositores, mientras centenares
de miles de personas festejaban en las calles de Caracas.
"A Dios lo que es de Dios, al César lo que es del César, y al
pueblo lo que es del pueblo", dijo Chávez, quien durante su discurso
hizo varias alusiones religiosas.
"Todavía estoy estupefacto sobre este proceso que podríamos llamar
de contra-contra-rrevolución", reconoció.
Pero el centro de su mensaje fueron los insistentes llamados a la reconciliación
y a la "unidad de los venezolanos", al tiempo que aseguraba que no habrá
ninguna "caza de brujas" ni represalias contra la oposición, "ni irrespeto
a la libertad de expresión y pensamiento".
Incluso aseguró que "es necesaria una oposición leal con el país,
que presente críticas verdaderas y alternativas", y anunció que
convocará a mesas redondas de diálogo nacional.
Como primera señal de reconciliación, Chávez anunció
haber aceptado la renuncia de la junta directiva de la empresa estatal Petróleos
de Venezuela (PDVSA), cuyo nombramiento había generado malestar entre
los trabajadores, lo que desembocó en la huelga general del jueves que
fue coronada con el golpe cívico-militar.
"Vengo dispuesto a rectificar donde tenga que rectificar, pero no sólo
tengo que ser yo, todos tenemos que hacerlo para que volvamos a la calma, al
empuje y al trabajo", señaló el mandatario, quien llegó
al poder en febrero de 1999 y fue relegitimado en el poder en julio de 2000.
Emocionado, admitió: "yo también tengo que reflexionar muchas
cosas, y lo he hecho en estas horas y lo traigo aquí", dijo tocando su
corazón, en un momento de su discurso de una hora.
Chávez se refirió además a la omisión que hicieron
los principales medios audiovisuales opositores sobre la violencia callejera
del sábado, la rebelión de las bases miltiares y la avalancha
de denuncias de violaciones a los derechos humanos de la población. "De
verdad, a los medios, llegó la hora de hacer profundas rectificaciones
(...) sobre todo a los dueños de los medios de comunicación, por
Dios a que reflexionen pero de una vez", señaló.
Esta madrugada Chávez llamó a sus seguidores a que detuvieran
las movilizaciones en curso en todo el país y que regresaran a sus casas.
Cuando terminó de hablar, las afueras del palacio lucían casi
desiertas. Sin embargo, centenares regresaron la tarde de este domingo al centro
de Caracas, y frente al palacio montaron una fiesta con música y venta
de comida.
"La lucha es de clases", "Fuera los gopistlas", "Viva Chávez", rezaban
algunas pancartas. "żDónde está la OEA y los derechos humanos?"
se cuestionaba en un grafiti. Con su boina roja, Aurora Urbina, de 47 años,
pa-seaba una enorme foto de Chávez: "Lo tenían secuestrado, los
ricos nos los quisieron arrebatar".
La presión en la calles y el apoyo de militares leales a Chávez
se conjugaron para permitir el retorno del mandatario al frente de un país
que, pese a ser el cuarto exportador de petróleo del mundo, tiene a 80
por ciento de sus 24 millones de habitantes en la pobreza.
En tanto, "la mayoría de los invitados" en la asunción de mando
de Pedro Carmona "pertenecía al empresariado, ganaderos e industriales",
reconoció la víspera el principal diario de Caracas, El Unversal.
Además, Carmona disolvió la Asamblea Nacional y el Tribunal
Supremo, al tiempo que destituyó a todos los directivos de los poderes
constituidos
El fax que desmintió la renuncia
Al negar esta madrugada, en su primera aparición pública desde
aquella imagen televisiva que lo mostraba el viernes ingresando detenido a un
cuartel, la versión dada por el régimen de Carmona sobre su renuncia,
Chávez aseguró que "estaba incomunicado y no tenía idea
de lo que estaba pasando".
El mandatrio, que ya estuvo en prisión por más de dos años
luego de encabezar una fallida intentona golpista en 1992 contra el entonces
presidente Carlos Andrés Pérez, narró que durante las 48
horas de su confinamiento fue llevado a cinco sitios diferentes, el último
en la isla venezolana La Orchila, al noreste de Caracas, porque en todos se
hacía rápidamente amigo de los soldados.
"Uno de estos soldados, en la base naval de Turiamo, me dijo: mi comandante,
acláreme algo, żes verdad que usted renunció? Y cuando le respondí:
no, hijo, ni renuncié ni voy a renunciar, éste tuvo una reacción
inesperada."
El muchacho le dijo "escríbame algo en este papelito y déjemelo
en la papelera que yo luego lo busco". Y Chávez escribió: "Yo,
Hugo Chávez Frías, venezolano, presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, declaro: no he renunciado al poder legítimo
que el pueblo me dio". El soldado recogió entonces el papel, puesto en
el fondo de la papelera, y lo divulgó vía fax.