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15 de abril del 2002
Venezuela: La respuesta al golpe, factor inesperado (I)
Pedro A. García Bilbao
En ocasiones ha de escribirse bajo el dictado de los hechos, cuando aún
estos no han culminado, sino a su compás, mientras se desarrollan. A
las 23.30 minutos del sábado 13 de Abril, las noticias que vienen de
Caracas son muy intensas y nos hablan de una impresionante respuesta popular
al golpe cívico-militar que detuvo hace dos días al presidente
constitucional de Venezuela. Lo que convierte estas noticias en algo cualitativamente
distinto es el hecho de que unidades militares se han movilizado contra los
golpistas y se sitúan al lado de las fuerzas populares.
Algunos de los hechos
Un resumen rápido de la situación, tal cual se nos filtra desde
allí en tiempo real, podría ser el siguiente. En el transcurso
del día 13, ciudadanos de Caracas se han manifestado por cientos o miles
en toda la ciudad, concentrándose sobre el Cuartel de Fuerte Tuina donde
se encontraba detenido el presidente Chávez. Igualmente, se cortaban
con barricadas los accesos a la capital por numerosos civiles que llamaban a
la resistencia. Tiroteos esporádicos recorrían las calles y se
producía la afluencia hacia el centro urbano de los habitantes de las
barriadas populares; en algunos barrios las protestas degeneraban en algunos
saqueos, pero a diferencia de estallidos populares de este tipo (como el ahogado
en sangre por el presidente Carlos Andrés Pérez hace unos años),
el movimiento actual parece tener claros sus objetivos: la defensa de la República
Bolivariana y la toma de puntos clave de la capital. de Por la tarde, el Palacio
Presidencial era rodeado por una multitud contraria al golpe y un Vicepresidente
del depuesto Chávez declaraba por radio que la respuesta popular al golpe
estaba siendo ocultada por los medios de comunicación y que en modo alguno
se aceptaba al nuevo régimen. Algunas voces llamaban a la rebelión
popular mientras un bloqueo informativo feroz comenzaba a aislar el país.
Los acontecimientos parecen precipitarse según avanza el día.
El presidente golpista, sr. Carmona, dirigente de la Patronal venezolana, se
dice se ha refugiado en Fuerte Tuina, junto a los golpistas que mantienen prisionero
a Chávez. Una unidad de paracaidistas al mando del general Montoya, acantonada
lejos de la capital, y una base de la Fuerza Aérea, se declaran a favor
de la república bolivariana y rechaza el nuevo régimen y marcharían
sobre ella.
El País al descubierto
La cadena CNN Plus entrevistaba en directo sobre las 22.00 (hora española)
a la corresponsal de El País, Ludmila Vinogradoff, quien declara estar
horrorizada por haberse encontrado con turbas armadas en el centro de la capital,
en torno al Palacio presidencial, al tiempo que da cuenta de la existencia de
unidades militares contrarias al gobierno de transición». En todo momento
la periodista se muestra como parte interesada, abandonando toda objetividad,
así el gobierno Chávez es el gobierno anterior, no el constitucional,
y el presidente Carmona, el responsable del gobierno de transición» y
no el golpista. En toda su intervención insistía en la existencia
de un video con la renuncia de Chávez y preguntándose por los
motivos de su no emisión. Después de la intervención de
esta corresponsal, el prestigioso diario español ha quedado seriamente
tocado en su imagen supuestamente progresista, al apoyar descaradamente un claro
proceso golpista.
La Habana informa
Por su parte, y en medio de una absoluta confusión de voces y noticias
contradictorias, Radio Rebelde de Cuba informa con gran elocuencia de la derrota
del golpe, la ocupación de Miraflores por fuerzas leales a Chávez
y una enorme movilización popular que habría aislado la capital
y a los golpistas en sus bases; nos dice, también, que las emisoras de
televisión están siendo rodeadas por los leales y abandonadas
por los periodistas partidarios de la reacción. Unidades blindadas de
una unidad basada en la capital estarían al lado de los leales y marcharían
sobre Miraflores.
La página web del movimiento bolivariano se actualiza a las 23.00 hora
española e informa en titulares de la supuesta reposición en su
puesto de la cúpula militar leal, de los poderes públicos suspendidos
por el golpe y de que se producen combates entre leales y golpistas. Chávez
habría sido liberado por tropas leales según informa esta página.
Las de los periódicos de Caracas mantienen información atrasada
y no informan de los últimos acontecimientos.
¿Qué está pasando?
En realidad ninguna información estaba clara en todo su fondo. Parece
claro que algunos extremos son ciertos (movilización popular en torno
a Miraflores y cuarteles, algunas barricadas, el pronunciamiento de algunas
guarniciones alejadas), pero el ministro de asuntos exteriores Sr. Piqué
(encargado de esta cartera en la Presidencia semestral de la Unión europea
en la actualidad), declara a Radio Nacional de España a las 24.00 hh.
en unos términos que dan por hecho que el nuevo gobierno del presidente
Carmona se mantiene firme frente a los disturbios y expone su deseo por que
se reconduzca la situación de grave crisis hacia una salida democrática.
De sus palabras se deduce que desea que el golpista Carmona dote a su régimen
de unas formas democráticas lo antes posible que permita a los países
occidentales apoyarle sin sufrir descrédito. España y Estados
Unidos hacen consultas entre sí, con la OEA y con países fronterizos
con Venezuela; parece claro que a estos países no les ha sorprendido
el movimiento golpista y no se ha escuchado ni una sola palabra de condena;
lo esperaban y, parece claro, lo deseaban.
Novedades de última hora
El presidente Carmona da marcha atrás a su primer impulso de disolver
la Asamblea Nacional y declara mediante una llamada telefónica a CNN,
que restablece la Asamblea. De ser cierto sería una maniobra dilatoria,
encaminada a ganar tiempo y a dividir a los contrarios al golpe, pues la Asamblea
es mayoritariamente bolivariana.
A las 01.00 hh. del 14 de Abril, RNE informa a través de su corresponsal
que el Palacio de Miraflores está en manos de los lealistas y que los
militares golpistas intentan reconducir la situación desautorizando al
presidente Carmona e imponiéndole condiciones como no derogar la Constitución
Bolivariana y reponer a la asamblea nacional en sus funciones. Emisoras y periódicos
golpistas estarían siendo hostigados por los lealistas, pero habrían
sido ocupados.
Sobre la situación de Carmona se reciben informaciones contradictorias:
estaría en un cuartel con los militares golpistas, incluso podría
haber sido desautorizado por estos (lo que se confirma), o se habría
refugiado en la Embajada Norteamericana desde donde hablaría con la prensa
internacional. De las palabras de Piqué se deduce que donde quiera que
esté se mantiene al frente del nuevo gobierno.
¿Qué sabemos realmente sobre lo que está pasando?
En estos momentos, las 01.15 hh. del 14 de Abril, los datos disponibles, siendo
dispersos y poco fiables en su mayoría, nos hablan de una fuerte resistencia
al golpe cívico militar del pasado Jueves, pero no se puede afirmar con
certeza que se le haya derrotado. Parece claro que los militares golpistas se
han dividido y que desautorizan al presidente designado, al apoyar la Constitución
Bolivariana y negarse a la disolución de la Asamblea. Sí, como
dice RNE, es cierto que varios ministros del gobierno constitucional ocupan
ya el Palacio Presidencial de nuevo, y que algunas unidades militares les apoyan,
al tiempo que sus partidarios entre la población toman las calles, la
posibilidad de derrotar el golpe sigue existiendo. El ejército es el
arbitro de la situación y su división podría conducir al
país a un grave enfrentamiento civil. Estamos ante una situación
abierta: el programa máximo de los golpistas no se ha podido cumplir,
parece; falta por ver si los bolivarianos pueden conseguir un programa de mínimos.
Un análisis de urgencia
El golpe cívico militar, diseñado de urgencia tras el acercamiento
venezolano a Cuba, la simpatía expresada hacia la guerrilla colombiana
y el intento gubernamental de controlar la cúpula de la industria nacional
del petróleo, necesitaba un triunfo rápido. Se basaba en la supuesta
debilidad de los partidarios de Chávez entre las fuerzas operativas y
el Alto Mando profesional. La patronal, la corrupta cúpula sindical y
la oligarquía del país, humillados en las urnas en varias ocasiones
consecutivas, ya estaban en contra y con todas las simpatías de los gobiernos
norteamericano y español ante cualquier medida que tomasen (siempre y
cuando se hiciera con limpieza).
La movilización contra el movimiento bolivariano a la que asistimos los
días pasados, protagonizada por la amenazada clase media (culpable de
su propia situación de crisis al consentir y beneficiarse durante años
del saqueo del país), los empresarios y la corrupta cúpula sindical,
era la pantalla que permitiría un pronunciamiento militar. Detenido en
su residencia, aislado en un Cuartel y forzado a renunciar (sin resultado claro
de esta presión hacia él ejercida, pues no se ha podido ofrecer
imagen ni documento alguno), el presidente Chávez fue sustituido en escasas
horas por un nuevo gobernante. Las muertes ocurridas durante la gran manifestación
del Jueves pasado, fruto de las provocaciones, fueron la excusa para que el
general Efraín Vasquez se pronunciara en contra de un papel represor
para el ejército y apoyase un cambio de gobierno tras forzar la renuncia
de Chávez. Pedro Carmona, flamante, aunque atribulado, presidente de
la patronal venezolana, se apresuró a jurar su nuevo cargo, disolver
la Asamblea Nacional (elegida democráticamente), declarar nula la Constitución
Bolivariana (refrendada en las urnas) y quitar este término del nombre
oficial de la República. De inmediato se hace pública la orden
de suspender todos los envíos de petróleo a Cuba, lo que contribuye
a aclarar alguno de los motivos que estaban detrás del golpe. Un golpe
diseñado con antelación, en modo alguno respuesta a los incidentes
transcurridos durante las movilizaciones.
Contra todo pronóstico, unas horas después de la toma de posesión
de Carmona, los hechos que aquí hemos reunido tendrían lugar.
El conflicto se está desarrollando ante nuestros ojos, aún no
sabemos en que desembocará.
Si el presidente Carmona se afianza en su puesto, aunque fuera forzado a mantener
unas estructuras políticas bolivarianas, quizá lo más probable,
Venezuela proseguirá en una situación de postración y corrupción
sin esperanza ninguna, aunque los mercados y las cancillerías occidentales
mantendrían su ánimo bien alto. Una liberación de Chávez
y un regreso suyo al gobierno permitiría a la revolución bolivariana
afianzarse en el poder y llevar adelante su programa de reformas, desmontando
los focos de resistencia social y corporativos que se le oponen y boicotean
de continuo. En los dos casos habría corrupción y la mucha miseria
del país sobreviviría por mucho tiempo todavía; en el segundo
de los casos existiría, esa constituiría la gran diferencia, una
gran esperanza de cambio para las sufridas clases populares venezolanas.
La extensión de la miseria en Venezuela, vivida por un 80% de la población,
la brutalidad de anteriores gobiernos supuestamente democráticos (sonroja
que ahora se rasguen las vestiduras por una docena de victimas, los que justificaron
los centenares de asesinados durante las protestas contra Carlos Andrés
Pérez) y lo descomunal de la corrupción anterior al movimiento
bolivariano, debieran aconsejar prudencia a los críticos a Chávez
y su revolución ciudadana. Un claro triunfo bolivariano frente a los
golpistas podría ser la oportunidad que Venezuela necesita. Aún
no está todo escrito. ¿O sí? Lo veremos.
13-14 de Abril de 2002