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En las movilizaciones populares hubo 9 muertos y más de 100 heridos
Golpe de Estado derribó esta madrugada a Hugo Chávez
Un golpe de Estado derribó ayer al presidente Hugo Chávez, sobre un paro por tiempo indeterminado convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y la poderosa Federación de Cámaras de Comercio. Carlos Andrés Pérez, anunció la caída desde Nueva York.
LA REPUBLICA dialogó hoy a las 3 de la madrugada con Gilberto Jiménez vocero de Chávez directamente en el Palacio de Miraflores.
Jiménez desmintió todas las versiones que en ese momento difundían las cadenas de televisión, sobre la huida de Chávez y, por ejemplo, el pedido de asilo del ministro de Defensa, Juan Vicente Rangel en la embajada de Chile. Jiménez informó que "Chavez está con sus ministros reunido en el Palacio Presidencial analizando la situación". Jiménez reveló que estaban "completamente aislados" y agradeció la posibilidad de "enviar un saludo bolivariano al pueblo uruguayo".
Pocos momentos después el ministro de Educación de Venezuela, Aristóbulo Istúriz también en diálogo con LA REPUBLICA afirmó: "Esto es un golpe de Estado de la oligarquía para imponer la contrarrevolución". La suerte de Chávez pareció sellarse cuanto decidió intervenir a fondo en Pevesa, la poderosa y estratégica petrolera. Venezuela es el tercer proveedor de pétroleo de EEUU y el cuarto proveedor mundial de crudo.
El propio director de la CIA, George Tenet, había advertido hace dos días que la situación en Venezuela "podría deteriorarse".
El enfrentamiento de Chávez con el empresariado llegó al máximo ayer, en particular con los poderosos medios de comunicación caraqueños.
Las cadenas internacionales destacaron que Chávez sacó del aire a las cuatro televisoras que durante toda la jornada convocaron a derrocar al gobierno e incluso en Uruguay la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) reiteró ayer en pleno golpe las críticas a las violaciones de la libertad de expresión en Venezuela, coincidiendo con las reiteradas críticas de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a las patronales de los medios de prensa del continente.
En la cobertura televisiva se llegó a sugerir que de "estos hechos se tenía que sacar la lección para otros países", en particular "en las próximas elecciones de Brasil donde el populista de izquierda Lula tiene posibilidades de ganar".
Una de las señales más claras de la conjura la brindó, el ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, expulsado y condenado penalemente por corrupción quien anunció con alborozo, la caída de Chávez desde Nueva York. Pérez dijo además con propiedad que Chávez estaba asilado en Cuba.
Así se gestó el golpe
Una manifestación opositora que intentó llegar hasta la Casa de Gobierno venezolana para reclamar la renuncia al jefe de Estado, desencadenó hoy inesperados hechos en Venezuela. La demostración había sido organizada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la patronal Federación de Camaras de Comercio (Fedecámaras), aunque su destino final era la sede de Petroleos de Venezuela.
Sin embargo, una vez realizada la concentración allí, Carlos Ortega, presidente de la CTV, llamó a la multitud a dirigirse hacia el Palacio de Miraflores para "sacar de allí a (el presidente Hugo) Chávez".
Al llegar a la zona, los manifestantes iniciaron un choque con efectivos de la Guardia Nacional y partidarios de Chávez que se habían concentrado en el lugar.
Un violento tiroteo se origino allí, con la intervención también de civiles armados, con un balance final -se afirma- de 12 muertos y alrededor de un centenar de heridos.
Todo sucedioó mientras Chavez se dirigía al pueblo en cadena de radio y televisión denunciando un plan insurreccional iniciado con el llamado a huelga general efectuado, precisamente, por la CTV y Fedecámaras.
El mandatario acusó de participación en el plan a los canales de televisión privados quienes interrumpieron la transmisión de su alocución para difundir las imágenes de los desórdenes.
La gravedad de los sucesos impactó en el seno de las fuerzas armadas y comenzó una serie de planteamientos de oficiales del Ejército y la Guardia Nacional colocándose frente al gobierno.
El más importante de ellos fue el del general Efraín Vásquez, jefe del ejército, quien compareció en la televisión acompañado por su alto mando y ordenó a los jefes de unidades dejar a sus fuerzas en los cuarteles y acatar solamente sus ordenes.
Igualmente, la fuerza aérea y la Dirección de Seguridad y Prevención (Disip) repudiaron la muerte de venezolanos y el derramamiento de sangre llamando a la búsqueda de la conciliación y el diálogo.
Al finalizar la noche, vehículos blindados rodeaban el palacio presidencial y los canales de televisión continuaban difundiendo pronunciamientos de militares contra el gobierno.
Informaciones sin confirmar señalaron la formación de una Junta militar que tendría como sede el fuerte Tiuna, la más importante de las instalaciones castrenses de esta capital.
Sin embargo entrada la madrugada parecía mucho más claro que la Junta de Transición estaría presidida por el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Carmona. *