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VENEZUELA
Según empresa de inteligencia privada, los rebeldes creían
tener luz verde de Washington
El Departamento de Estado y la CIA habrían apoyado el golpe
Ambas dependencias del gobierno estadunidense tenían planes para ayudar
al derrocamiento de Hugo Chávez Militares activos y retirados preparaban
desde hace 6 meses la destitución
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 15 de abril. Los golpistas fracasados en Venezuela pensaban
que tenían luz verde de Washington para su complot en las semanas
anteriores a su intento de derrocar al presidente Hugo Chávez, según
versiones que circulan en la prensa estadunidense, y una firma privada respetada
de inteligencia sugirió hoy que la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
y el Departamento de Estado apoyaron el golpe de la semana pasada.
"Nuestras fuentes en Venezuela y Estados Unidos reportan que la CIA tenía
conocimiento, y posiblemente hasta apoyó, a los civiles ultraconservadores
y oficiales militares que (intentaron derrocar a Chávez)", informó
hoy la empresa privada de inteligencia Stratfor.
Esta empresa, conformada por ex agentes de inteligencia estadunidenses y otros
analistas especializados, la cual fue caracterizada por la revista de negocios
Barrons como "una CIA privada", dijo que el mismo grupo de conservadores
respaldados por la CIA inicialmente había planeado el golpe de Estado
para el 27 de febrero, pero fueron convencidos de abortar el intento bajo presión
del gobierno de George W. Bush.
Stratfor, que también suministra análisis a la Economist Intelligence
Unit y al Foro Económico Mundial (Davos), describió la existencia
de dos operaciones paralelas por el gobierno estadunidense cuyo objetivo era
apoyar el derrocamiento del gobierno de Chávez, una organizada por la
CIA y otra por el Departamento de Estado.
"Las fuentes de Stratfor reportan que el Departamento de Estado estaba silenciosamente
apoyando la coalición moderada civil-militar de centro-derecha que buscaba
hacer renunciar a Chávez al enfrentar su régimen crecientemente
autoritario con un poder popular desarmado y pacífico", explicó
la empresa en un informe. "Los funcionarios estadunidenses que apoyaron a los
grupos civiles que buscaban la salida de Chávez creían que sus
seguidores eventualmente llegarían a formar una masa crítica suficientemente
grande como para obligar a un cambio en las políticas de Chávez
o hasta provocar un cambio de régimen."
Credibilidad de Stratfor
El equipo analítico de Stratfor es ampliamente respetado en este país
por sus informes plenamente investigados, los cuales han
sido citados por The New York Times y otros medios nacionales en los
últimos años. El informe emitido este fin de semana recibió
mayor credibilidad con la publicación hoy de información en el
diario The Washington Post indicando que la decisión para derrocar
a Chávez se tomó hace casi seis meses, cuando un grupo de militares
activos y retirados encabezados por el vicealmirante Carlos Molina y el coronel
de la fuerza área Pedro Soto empezaron a organizarse contra el presidente.
Según el Post, los oficiales sólo estaban esperando una
justificación para actuar contra Chávez, la cual se presentó
durante las manifestaciones de la semana pasada.
"Tenía que haber una justificación para que las fuerzas armadas
intervinieran", comentó el ex ministro de Defensa Fernando Ochoa a The
Washington Post. "Los oficiales compartían esta idea con la sociedad
civil".
Pero también compartían la impresión de que contaban con
el apoyo estadunidense. The Washington Post informó que estos
militares golpistas se reunieron con funcionarios de la embajada de Estados
Unidos en Caracas en las semanas previas al intento del golpe y, por otro lado,
La Jornada se ha enterado de que el coronel Soto también se reunió
con funcionarios estadunidenses aquí en Washington la semana pasada.
"Ciertamente se reunió con alguien en el Departamento de Estado", confirmó
un funcionario estadunidense hoy, antes de rehusar ofrecer más detalles.
El coronel Soto visitó Washington la semana pasada, pero en una entrevista
con La Jornada declinó comentar con quién se había
entrevistado o quién fue el anfitrión de su gira, aunque sí
confirmó que se reunió con miembros conservadores de la comunidad
cubano-estadunidense en Miami.
Los oficiales militares golpistas creían que contaban con el apoyo tácito
del gobierno de Bush. "El Departamento de Estado siempre había expresado
su preocupación con Chávez", comentó el ex ministro de
Defensa Ochoa a The Washington Post. "Interpretamos eso como un respaldo
a su remoción."
El lunes el gobierno estadunidense rehusó condenar a los responsables
de interrumpir el orden constitucional del gobierno electo de Venezuela, y cuando
La Jornada preguntó a un funcionario estadunidense sobre la percepción
de que el gobierno de Bush había apoyado el golpe, el funcionario decidió
no comentar.
Estas versiones hicieron recordar al analista Mark Weisbrot el viejo chiste
latinoamericano: ¿Por qué no ha habido un golpe de Estado en Washington?
Porque ahí no hay embajada estadunidense".