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Recuperando el patio trasero
Heinz Dieterich Steffan
Con el golpe militar contra el presidente venezolano Hugo Chávez,
la fragmentación de la alianza indígena-militar-popular en Ecuador
y el triunfo electoral del candidato derechista Alvaro Uribe en Colombia, Washington
ha logrado revertir el avance de las fuerzas populares en ese "triangulo bolivariano"
que estaba a punto de generar un subsistema latinoamericanista, fuera del control
del imperio. La actual visita del secretario asistente del Departamento de Estado,
Otto Reich, a Bogotá, subraya la importancia del triunfo de Uribe y el
afán del gobierno de Bush II, de terminar con la "amenaza" bolivariana
en su patio trasero.
El golpe de Estado contra el proceso bolivariano ha dejado al gobierno venezolano
en una situación de enorme debilidad que le ha quitado la posibilidad
de jugar un papel protagónico en la integración latinoamericana
y en la resistencia frente al proyecto hegemónico estadounidense que
se instrumenta a través del Área de Libre Comercio de las América
(ALCA) y el Plan Colombia. El error de la vanguardia de aprovechar el fracasado
coup d état para adecuar el sistema de conducción del proceso
a los desafíos presentados por la contrarrevolución interna y
Washington, ha dejado al gobierno esencialmente indefenso ante los desestabilizadores.
La perdida de autoridad estatal y credibilidad movimentista ante la impune fuga
de los conspiradores Pedro Carmona y del contralmirante Carlos Molina; la creciente
crisis economica que ha obligado a aumentar los impuestos y buscar financiamiento
externo a traves del Banco Mundial y la banca privada, por un volumen de 3.5
mil millones de dolares; un déficit fiscal que podría alcanzar
el 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y una tasa de inflacion probablemente
superior al 25 por ciento durante el 2002, han reducido los márgenes
de maniobra del gabinete a virtualmente cero. Y ante la incesante campaña
de desestabilización de la oposición, la posibilidad de elecciones
anticipadas es real.
En Ecuador, la gran esperanza bolivariana construida con el levantamiento indígena-popular-militar
del enero del 2001, tampoco ha podido consolidarse. Una política convencional
de búsqueda de poderes y prebendas personales domina la praxis preelectoral
de las fuerzas mencionadas que oscilan constantemente entre coaliciones de centroderecha
y centroizquierda, orientadas por cálculos pragmáticos y sin horizonte
programático de un cambio plausible, que pudiera convencer a los de abajo
a movilizarse en un frente amplio de defensa y desarrollo de la patria. Su proyecto
de nación es el de los partidos tradicionales y el precio de este oportunismo
y falta de principios lo pagaran en las elecciones de fin de año.
La victoria electoral del candidato presidencial de Washington en Colombia,
Alvaro Uribe, es el tercer triunfo del gobierno de Bush II en los países
andinos, y del arquitecto de su política latinoamericana, Otto Reich.
Reich, quien había aprendido el arte de la guerra sucia dentro del gobierno
de Ronald Reagan en su agresión contra los movimientos populares centroamericanos,
emulo las experiencias de los años ochenta, construyendo grandes plataformas
internacionales contra el gobierno de Hugo Chávez y la guerrilla colombiana
que llevaron a la derecha neoliberal temporalmente al poder en Caracas, y definitivamente
en Bogota.
El apoyo a Uribe, por ejemplo, incluye a la oligarquía colombiana, a
los escuadrones de la muerte (paramilitares), a la contrarrevolución
latinoamericana organizada en la Florida, a la Organización de Estados
Americanos(OEA) y, como centro organizador, a la Casa Blanca. La embajadora
de Estados Unidos en Bogota, Anne Patterson, estuvo tan entusiasmada con la
victoria de su candidato que congratuló personalmente a Uribe aun antes
de haberse terminado el conteo de los votos. No menos entusiasmados se mostraron
los escuadrones de la muerte, cuyo máximo jefe militar, Salvatore Mancuso,
elogió en su pagina de internet a Uribe como un "digno presidente". Para
el presidente colombiano en funciones, Andrés Pastrana, quien había
calificado al golpista venezolano Pedro Carmona durante su presidencia de un
día, como "un gran amigo de Colombia", los comicios fueron "el triunfo
de la paz"; y el secretario de la OEA, Cesar Gaviria, cree que la elección
de Uribe abre "una época de esperanza", porque el presidente electo "cree
en una política de dialogo y negociación". También en el
sur de la Florida, donde vive la mayor comunidad de colombianos en el exterior,
Uribe arraso, obteniendo mas del 90 por ciento de los votos.
Colombia es, actualmente, el tercer mayor receptor de ayuda estadounidense a
nivel mundial y la visita de Reich llevará, sin duda, a nuevos apoyos.
Los 1.3 mil millones de dolares del Plan Colombia están siendo redirigidos
a la guerra contra la guerrilla y dos propuestas adicionales por 143 millones
de dolares están pendientes ante el Congreso de Estados Unidos. "Lo fundamental
es mejorar el Plan Colombia", dice el presidente "del dialogo", y enfatiza que
su ejercito necesita "helicópteros, aviación, satélite,
asistencia técnica, presupuesto y tecnología" de Estados Unidos.
Y dirigiéndose a su vecino Ecuador demanda, que las tropas ecuatorianas
sellen la frontera con Colombia y autoricen el uso de la base aérea de
Manta contra la guerrilla.
Sin duda, Bush II ha encontrado un Sharon criollo que le será tan útil
en la destrucción de las luchas de liberación nacional en América
Latina, como el de Medio Oriente.