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La vieja Europa

24 de septiembre del 2002

Conflicto vasco
La estrategia de la desinformación


Orlegi verde

La existencia de un acusado conflicto vasco que enfrenta al Estado con Euskal Herria, concretado por un lado a través de la lucha armada de ETA, plantea un permanente choque multidireccional del que destacan tres aspectos esenciales: la represión hacia los autores del enfrentamiento armado y el entomo politico en el que se desenvuelven, la promulgación de legislaciones especiales y la "batalla" de los medios de comunicación para ganarse la complicidad civil.
Las medidas policiales con ser muy importantes, no son las únicas. Junto a éstas está el permanente desarrollo de leyes consideradas de excepción, pero que paulatinamente han ido incorporándose a la legislación común. Paralelamente a estos dos frentes se ha desarrollado un tercero que consiste en la conquista de la opinión pública mediante la implicación de los medios de comunicación en la estrategia de la "lucha antiterrorista" El punto de partida de la implicación de los medios en la estrategia "antiterrorista" es la existencia de un consenso entre los responsables politicos y gubernamentales de la lucha anti- ETA y los medios de comunicación. Un consenso que ha llevado a los medios informativos a participar activamente en la guerra psicológica policial y a acatar las directrices informativas a incluso los términos semánticos a seguir en las informaciones referentes a la lucha anti-ETA.
Los medios de comunicación han cumplido a la perfección estas recomendaciones. Tanto es así que tan solo un año y medio después de ser efectuadas, el coronel de artillería Juan Jáudenes afirmaba que el compromiso al que llegaron los más de cincuenta directores de la prensa escrita, radio y televisión asistentes a las jornadas había sido cumplido por todos ellos y desde entonces las informaciones procedentes de los "terroristas" y su terminología tenían un tratamiento informativo "adecuado".
Los medios de comunicación vascos -con las excepciones de todos conocidas- al igual que los del resto del Estado participan activamente en esta política informativa con claros componentes desinformadores que buscan aislar la protesta para proceder a una disección definitiva.
Ciertamente que existen matices, entre unos medios y otros, a la hora de poner en práctica las recomendaciones que desde interior se han efectuado desde años atrás a los medios. Se trata, sin embargo, de diferencias de matiz y no de fondo, por lo que en este escrito vamos a explicar los mecanismos más simples, pero también más característicos de los medios de comunicación para desinformar al público.
La política desinformadora de los medios, en las diferentes variantes que vamos a analizar, no se aplica solamente para combatir la lucha armada de ETA. Es en este caso concreto donde se manifiesta con toda su crudeza, pero se pone en marcha también, con unos a otros mecanismos, siempre que existe un importante conflicto, no sólo político sino también económico o social entre el poder y la sociedad.
La desinformación
La desinformación ha existido siempre, pero su utilización masiva a través de los medios de comunicación surge a consecuencia de la conflictividad creciente de los grupos humanos, y más concretamente a consecuencia de los procesos revolucionarios.
El punto de partida de la consideración, siempre cierta, de la necesidad de utilizar la información como arma, lo que inevitablemente trae consigo la necesidad de modificar la información en función de unos objetivos concretos de alguna de las partes del conflicto.
Para que exista desinformación es necesaria una intención. Sin intención de desinformar no hay desinformación. Podría haber desidia, falta de información, carencia, pero nunca desinformación. Una información truncada o insuficiente, si es resultado de un proceso intencional, es siempre deformadora.
En la guerra psicológica, de gran importancia en todo tipo de conflicto, los adversarios recurren siempre a mecanismos desinformativos. A través de mensajes tratarán de provocar en el receptor cambios de opinión, de actitud o de actuación favorable al objetivo táctico o estratégico propio. La "veracidad" del mensaje se sustituye entonces por la credibilidad subjetiva. Lo importante no es que un mensaje sea o no cierto, sino que sea creíble. De ahí que la persuasión se convierta en la principal preocupación del emisor de mensajes informativos.
Siempre bajo las premisas del adagio "convencer es vencer".
La desinformación transciende a la ética y su única norma es la efectividad y el éxito mediante la confusión del adversario y el debilitamiento de su resistencia. Con mensajes construidos hábilmente el emisor consigue englobar al receptor en su sistema. De ahí que pueda presentarse dentro de un abanico tan amplio que va desde la falsedad hasta una aproximación tal, con la información veraz, que el límite es difícilmente perceptible.
Jean Ferré la define como "la técnica que consiste en proporcionar a terceros informaciones generales erróneas llevándoles a cometer actos colectivos o a difundir opiniones que correspondan a las intenciones del desinformador".
La desinformación es uno de los recursos más importantes del poder político para minar la resistencia de sus adversarios. De ahí que sea precisamente el poder político el máximo difusor de mensajes desinformativos. Para que el mensaje desinformativo sea eficaz precisa de un calculado y permanente goteo en su difusión. La elección del momento es un aspecto esencial para la eficacia del mensaje. No es casual, por tanto, que sea casi siempre en determinados contextos cuando los medios de comunicación difunden informaciones con claros signos desinformativos.
La difusión consciente de mensajes desinformativos es solamente posible con la complicidad de los medios de comunicación. En el caso de la lucha contra el "terrorismo" existe esa clara complicidad de los medios, de ahí que éstos no se cuestionen nunca, o casi nunca la veracidad del mensaje que difunden y que hacen referencia a ETA y su entorno político.
Existe aquí una estrecha y clara relación entre las fuentes de informaciones oficiales, que participan del poder político, y los medios de comunicación que van a canalizar esas informaciones. Una relación tan estrecha que no dudarán siquiera en publicar informaciones sin citar la fuente de procedencia o claros síntomas de poseer cargas desinformativas.
Muchas veces se ha afirmado que los medios de comunicación publican las informaciones con la vista puesta en sus respectivos lectores, en su público. Sin embargo, en lo que a la lucha "antiterrorista" se refiere, podemos afirmar que los medios de comunicación escriben con un ojo puesto en su público y el otro en las instituciones que combaten por todos los medios la lucha armada.
El consenso entre todos los medios de comunicación, incluidos los vascos salvo los conocidos-, el sometimiento a la fuentes de información oficiales, la homogeneización del léxico para designar a los grupos que justifican o entienden la lucha armada y la difusión permanente de mensajes desinformativos se han convertido en los vértices informativos de la nueva "guerra santa" de los medios de comunicación contra ETA.
El recurso más utilizado por el poder para la difusión de mensajes desinformativos a través de los medios de comunicación es la puesta en práctica de la FILTRACIÓN.
La noticia filtrada es la que llega a un medio a cambio de que éste mantenga el secreto de la identidad de quien la suministra. Desde el punto de vista profesional es un inmejorable punto de partida para investigar sobre la veracidad de los datos ofrecidos y buscar más información, ya que ofrece pistas para desarrollar un texto casi siempre de gran interés.
La disponibilidad de filtraciones puede ser una manera importante para incrementar el prestigio del medio de comunicación, ya que se le considera "bien informado" y con buenos contactos.
Sin embargo, la utilización de fuentes filtradas que no son previamente contrastadas incrementa para el periódico el riesgo de ser manipulado por la fuente. Este riesgo puede desembocar en la difusión de mensajes desinformativos que le han llegado camuflados como informaciones filtradas.
Aunque la difusión del mensaje haya sido involuntaria, el medio de comunicación no puede substraerse de una responsabilidad implícita que deriva del hecho de difundir noticias filtradas sin haber sido previamente contrastadas con otras fuentes de información. En el caso de la lucha "antiterrorista" la difusión de mensajes desinformativos que provienen de filtraciones interesadas de la fuente no pueden atribuirse nunca o casi nunca a la ingenuidad del medio. En estas circunstancias, cualquier medio de comunicación sabe que puede estar siendo intoxicado.
La desinformación puede ser CONSCIENTE. El emisor del mensaje sabe perfectamente que emite algo incierto, pero por razones de unidad política decide desinformar.
Son informaciones que provienen del poder y que se canalizan a los medios de comunicación a través de cauces propios de información.
También puede ser INCONSCIENTE. La ideología del profesional comunicador produce de entrada una percepción deformante de la realidad, exagerando los defectos del mundo abertzale e.ignorando sus cualidades.
Las formas más elementales de la desinformación son la mentira, la omisión, la sobreinformación y la descontextualización.
En la utilización de la MENTIRA es aconsejable tener siempre presente el precepto inglés: "Se puede mentir siempre a un número limitado de personas o algunas veces a todo el mundo; lo que no se puede es mentir siempre a todo el mundo".
La OMISIóN es mucho más cómoda y segura, ya que el receptor del mensaje desconoce .lo que se ha omitido y por lo tanto puede dar credibilidad a lo que se informa.
Además, cada vez está más clara la aseveración de que lo que no se ve no o se conoce es casi como si no hubiera existido.
La SOBREINFORMACIÓN es un mecanismo muy frecuente que consiste en suministrar una cantidad apabullante de datos al lector y que, más que informarle sistemáticamente consigue desorientarle. En la mayoría de los casos se suministran sin una necesaria contextualización, entremezclando lo importante con lo secundario a incluso haciendo hincapié en este segundo aspecto. El lector, a pesar de que piensa que está siendo prolijamente informado, no consigue aislar los elementos esenciales que le permitan interpretar correctamente la información.
Si la contextualización es necesaria para conocer las causas desencadenantes de los conflictos, la DESCONTEXTUALIZACION consigue justamente lo contrario. El contexto contribuye a dar la información en su auténtica dimensión y es siempre necesario porque explica los motivos de ciertas actuaciones. Hay aspectos que difícilmente pueden ser entendidos si se les aisla de las causas que los desencadenan.
En el marco de la lucha "antiterrorista" la descontextualización es uno de los caballos de batalla más importantes. Si se aisla el fenómeno de las causas que lo provocan queda desnuda la crudeza del efecto, con lo que se incrementa el impacto entre el público.
Desde esta perspectiva de la descontextualización, las denuncias de torturas o las huelgas de hambre de los presos son, según se reitera en los medios de comunicación, "campañas orquestadas por ETA" o los "violentos" y por tanto unos elementos de propaganda.
Teniendo en cuenta los puntos de vista generales aquí apuntados, las noticias desinformadoras más características las podemos agrupar por tres categorías:
1: Noticias inventadas. Son aquellas informaciones publicadas en los medios de comunicación que están construidas a través de elementos, declaraciones, hipótesis,etc., que no existen en la realidad y que no reciben posteriorrectificación por parte de los medios que las difunden.
Las noticia inventada es una mentira y casi siempre tiene en su redacción elementos suficientes como para que a través de su lectura pueda descubrirse que no existe ningún hecho detrás de la noticia o que no se han producido los hechos que se narran.
Normalmente las fuentes aparecen ocultas mediante designaciones como "fuentes policiales", "fuentes oficiales", etc., a pesar de que suelen incluir declaraciones textuales.
La noticia inventada no quiere decir que sea el medio el autor, pero sí que normalmente se presta sin condicionantes a su difusión, ya que posee pistas para poner en duda su veracidad.
Los autores del Plan ZEN destacan la importancia de este tipo de informaciones cuando reafirman la necesidad de "dar informaciones periódicas, a través de terceros -o potenciar las que surjan que difundan enfrentamientos entre terroristas, sus ideologías foráneas, sus negocios sucios, sus costumbres criticables, etc, Basta que una información sea creíble para explotarla".
2: Noticias erróneas. Son aquellas noticias que se construyen con datos que se han dado a conocer como verdaderos y luego resultan ser falsos y reconocidos como tales posteriormente.
El error puede provenir de una información insuficiente, de una incorrecta interpretación del periodista de los datos de que dispone, o de una deliberada actitud desinformadora del periodista, el medio o la fuente que suministra los datos.
La noticia errónea es la más frecuente en los mensajes desinformativos y se suele presentar de dos formas: mediante la puesta en circulación de datos incompletos que alteran significativamente el sentido de la información o con la difusión de informaciones con datos incorrectos, con los que se modifica el sentido del mensaje.
3: Noticias basadas en la especulación. Son noticias basadas sobre hipótesis no comprobadas o rumores no confirmados. Se caracterizan porque introducen como noticia temas nuevos, sin ningún tipo de antecedentes o de hechos objetivos en los que basarse.
0tros mecanismos desinformativos
También hay mecanismos que sin ser desinformativos de por sí, se pueden emplear con mucho provecho para este fin. Se trata de mecanismos inductivos que se utilizan para articular mensajes y que se pueden disponer con clara intencionalidad desinformadora.
Provienen casi todos ellos de una determinada utilización del léxico con intencionalidad y existe un claro consenso entre los medios para su uso.
La ANALOGÍA y la METÁFORA. Los mecanismos analógicos son de use normal y universal, tanto en el lenguaje corriente como en la retórica política y se usan frecuentemente en los discurso políticos con intencionalidad desinformadora.
La Analogía compara con carácter intencional dos elementos que no tienen ninguna relación entre sí. Así, cuando se afirma que "ETA es el cáncer de la democracia" se está utilizando un razonamiento analógico. En este caso, el razonamiento tiene la virtud de que personaliza en un grupo todos los males y las desgracias de la democracia y, además, como en el caso de la enfermedad con la que lo compara, proclama la necesidad de intervención para seccionar el citado mal.
La gran ventaja del razonamiento analógico es que es muy difícil de rebatir "lógicamente". Es un argumento que se dirige a la sensibilidad y a la imaginación del receptor y coloca al otro en la difícil posición de tener que demostrar lo contrario mediante un mecanismo deductivo coherente y con la desventaja de tener que utilizar una negación.
El TONO, y no nos referimos exclusivamente a la voz en sí, con todas sus entonaciones y sus ritmos, sino también al conjunto de expresiones que la acompañan y especialmente a una serie de matices que no son debidos al contenido semántico de las palabras, sino a una especie de musicalidad general del discurso que se encuentra también en el texto escrito.
El tono, sarcástico en unos casos es incisivo en otros, impregna la mayoría de los mensajes desinformativos que en materia de lucha "antiterrorista" difunden los medios de comunicación, fundamentalmente en sus textos interpretativos u opinativos.
El RUMOR, tiene una amplia bibliografía. Uno de los primeros trabajos sobre el tema se publicó en 1726 y su autor define el rumor como "...informes falsos o inventados que se difunden maliciosamente por gente malintencionada, sin confirmación, con mala intención o quizás por gusto o placer". Según Dovifat "los rumores son noticias con contenido cargado de tensión, puestas en circulación sin garantía... En épocas de agitación provocan acciones emocionales. Dirigidos de forma planificada despiertan el odio y la calumnia, o fantásticas esperanzas de victoria".
El rumor tiene tendencia a la generalización. Los defectos de una persona pasan a caracterizar todo el grupo al cual ésta pertenece, clase, raza o nación. Cuando corresponde al estado de ánimo de una sociedad se enriquecerá a medida que circula con aportaciones personales que van a darle una cierta credibilidad como la referencia a una fuente inexistente pero que alguno habrá añadido, produciéndose la amplificación automática del mismo.
La PALABRA. En el proceso de desinformación las palabras se convierten en armas que se proyectan contra el receptor de los mensajes. Pueden ser defensivas y se utilizan para disimular las intenciones del emisor, o pueden ser ofensivas y tienen por finalidad debilitar, engañar y conquistar al enemigo. Son palabras mayoritariamente abstractas. Con abstracciones como libertad o democracia el emisor se aleja voluntariamente del substrato concreto y averiguable de la definición.
La importancia de la palabra es tan grande que los expertos militares remarcaron en su día a los medios de comunicación la necesidad de utilizar el término "individuos" (característico de las noticias sobre acciones delictivas) al de "jóvenes"; el de "acusados" en lugar de "presuntos"; "terrorista" en lugar de "militante de ETA", "asesinados" en lugar de "muertos"...
La utilización de la palabra "violentos" para designar al "mundo abertzale", además de ser una generalización es una designación claramente desinformativa. Hay que tener en cuenta que la palabra es un signo y tal provoca en la mente un estimulo que a su vez induce la imagen recordativa de otro estimulo. La imagen que se crea el receptor es la de que todo el conglomerado abertzale está impregnado de violencia y destrucción. Por contra, la utilización de la palabra "tolerancia" para designar al llamado "bloque democrático" busca el efecto contrario.
Al hablar de "bloque democrático" es necesario apuntar que es precisamente la palabra democracia una de las más prostituidas y utilizadas en los mensajes desinformativos.
Normalmente circula acompañada de un calificativo: directa, indirecta, orgánica, popular.. y, en este caso, asociada al termino "bloque". La utilización de dicho término permite una amplia confusión que es utilizada por diferentes corrientes y líderes políticos que pueden no tener nada de democráticos para así facilitar la difusión de mensajes desinformadores.
La designación "bloque democrático" es claramente excluyente, y de ahí su virtud como elemento desinformador. Todo to que existe ajeno al grupo que lo integra no puede ser calificado de democrático. Será, en todo caso, otra cosa diferente; por ejemplo, totalitario.
Además, a los mensajes que se difunden provenientes del "bloque" se les debe suponer que son siempre democráticos y, por consiguiente, cargados de razón y deben ser acogidos positivamente por los receptores.
Sin embargo, la existencia de un llamado "bloque democrático" no sirve para designar una realidad que se supone democrática, otra cosa diferente es que sus autores pretendan que así suceda. El "bloque democrático" puede ser utilizado perfectamente para la difusión de mensajes de desinformación.
Los BINOMIOS ANTIÉTICOS. Hay ciertas palabras que forman binomios antiéticos (demócratas/terroristas). Contraponen siempre palabras que han perdido su auténtico significado y tienen la ventaja, desde el punto de vista desinformativo, que permiten cargar sobre una persona todos los defectos que previamente se ha convenido en atribuir al grupo en el cual ha sido clasificado arbitrariamente. También puede conseguir el efecto contrario: cargar todo el grupo humano con defectos de alguno de sus miembros.
La violencia es uno de los atributos de ETA considerado negativo por sectores de la sociedad.
Al designar como violentos a todo el mundo abertzale, no sólo al grupo que práctica la violencia como arena política, se pretende cargar sobre todos los colectivos una cualidad que les es ajena pero que es considerada como defecto por parte de la sociedad.
Los EUFEMISMOS. Son de gran utilidad en el discurso desinformativo.
"Espectacular operación policial" es un eufemismo que pretende disimular el aspecto dramático que seguramente acompaña a una acción policial. La frase evoca un acto heróico a introduce efectos teatrales cualquier cosa excepto crear en el lector la idea de la muerte. Un eufemismo de estas característica busca como objetivo esencial desinformar sin alterar los hechos en sí. La GENERALIZACIÓN FALSA. Busca a través de una generalización incorrecta atribuir al conjunto los aspectos que por parte del poder o bien por sectores de la sociedad se pueden considerar más "negativos" de una de sus partes. Intenta producir el efecto de culpabilización del "todo" de aspectos que no competen más que a alguna de las partes.
Cuando se difunden los mensajes -bien a través de fuentes oficiales que buscan la desinformación, bien bajo iniciativa de los medios de comunicación- de que "los que votan a Herri Batasuna son coautores de los crímenes de ETA", o que "los que compran Egin sufragan los atentados de ETA", se están propagando mensajes desinformadores para la sociedad a través de una generalización incierta.
La presente lista no es más que una muestra de los múltiples mecanismos desinformadores. Una muestra suficiente para conocer, sin embargo, parte de la estrategia que los responsables de la lucha antiETA ponen en circulación a través de los medios de comunicación.
En algunos casos, los medios de comunicación funcionarán simplemente como vehículos en la transmisión de mensajes desinformadores. En otros, son los propios medios quienes a través de sus editorialistas, comentaristas a informadores especializados ponen en marcha la máquina desinformadora. En cualquiera de estas dos circunstancias existe una clam responsabilidad de los medios en la difusión de mensajes desinformadores hacia una sociedad que se cree que cada vez está más y mejor informada.