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La vieja Europa

15 de septiembre del 2002

Las calles romanas se llenan contra Silvio Berlusconi

Gara

Alrededor de 200.000 personas secundaron ayer la movilización ciudadana convocada por el cineasta Nanni Moretti contra las llamadas «leyes a medida» del primer ministro

«Pensaba que el centro-derecha era mejor que en el 94 ­cuando Berlusconi ganó por primera vez las elecciones­. Sin embargo, son todavía más incapaces, sometidos a los intereses de Berlusconi. En el contrato con los italianos no estaban el fraude fiscal ni la despenalización de muchos delitos. Por ello los italianos deberían pensárselo bien: votaron persiguiendo un sueño y se encontraron en una pesadilla», afirmó Moretti.
«Contra el hombre que el día de mañana podría ser presidente de la República, de todos los italianos, si esto sucediera, si el hombre con más intereses que pueda existir llegase al Quirinal, Moretti no se perdonaría no haber hecho lo que está haciendo ante una plaza que le sigue sin fatiga. Sentiría sólo vergüenza ­añadió el cineasta­. Sin embargo, estas manifestaciones contribuyen a incrementar la fuerza de la tranquilidad».
La última gran polémica suscitada por Il Cavaliere es la propuesta de ley sobre la legítima sospecha, que debate la Cámara de los Diputados, según la cual se podrá cambiar de tribunal si se considera que el juez no es imparcial.
De entrar en vigor esta ley, Berlusconi podría salir impune de todas sus causas pendientes con la justicia, ya que el cambio de tribunal retrasa los trámites del proceso y este tipo de delitos fiscales prescriben una vez pasados siete años desde el comienzo del mismo.
Moretti instó al Gobierno a la sinceridad, al preguntarles si de verdad creen que «existe un complot de la justicia contra Berlusconi» y no creen que se esté dando en Italia «una situación de monopolio de la información», haciendo referencia al control ejercido por el primer ministro sobre los medios de comunicación, especialmente la televisión, a través del grupo mediático Mediaset, propiedad de su holding Fininvest, y de la gestión de la RAI, la televisión pública italiana, en calidad de jefe del Gobierno.
El cineasta tampoco ahorró sus críticas para el centro-izquierda, con referencias precisas al secretario general de los Demócratas de Izquierdas (DS), Piero Fassino, a su presidente y ex primer ministro Massimo D'Alema y al también ex primer ministro Giuliano Amato. Moretti les pidió que «discutan sobre cosas concretas, que no pierdan tiempo discutiendo por nada, que discutan de política, de guerra y de paz, de referéndum, de derechos de los trabajadores, de servicios públicos, de cómo hacer oposición y ganar las elecciones. Pero basta de caprichos, no perdáis más tiempo en continuas e infructuosas cumbres, personalizaciones, celos, rivalidades que no nos interesan».
Las palabras de Moretti fueron escuchadas con atención, con entusiasmo en algunos casos, por los miles de personas que acudieron a Roma procedentes de toda Italia (llegaron a la capital 700 autobuses). El acto contó con discursos y actuaciones musicales y fue retransmitido en directo por La7, la única cadena de televisión italiana considerada fuera del ámbito de poder de Berlusconi. Los partidos del centro-izquierda, agrupados en torno a El Olivo, se encontraban representados en su totalidad.
El Nobel de Literatura Dario Fo, otro de los intelectuales italianos que encabezan las protestas contra la política de Berlusconi, expresó ayer su deseo de que «Berlusconi pruebe lo que es la cárcel en sus propias carnes» para darse cuenta de las duras condiciones que soportan los presos en Italia. El escritor afirmó en un acto de solidaridad con ellos que «la cárcel está llena de chantajes, humillación y violencia», al tiempo que invitó también al ministro de Justicia, Roberto Castelli, a conocer de primera mano lo que el ministro definió como «hotel de cinco estrellas».