15 de agosto del 2002
Intelectuales judíos británicos renuncien a su ciudadanía israelí en protesta contra el gobierno de Sharon
Colectivo Al-Awda (Retorno). Madrid
Un grupo de cuarenta y cinco intelectuales judíos británicos
ha anunciado ayer, a través de una carta mandada al periódico
The Guardian, su renuncia al derecho que todo judío tiene a la ciudadanía
israelí. El grupo incluye escritores, y representantes del mundo académico
y artístico. Entre los firmantes está Steven Rose, director del
grupo de investigación Brain and Behaviour cercano a la Open University,
actualmente en lucha para conseguir la suspensión de las financiaciones
de la Unión Europea a las universidades israelíes y la profesora
Irene Bruegel, perteneciente a Jews for Justice for Palestinians, un grupo de
judíos que defiende los derechos de los palestinos. También el
director teatral y productor cinematográfico Michael Kustow, el cantante
Leon Rosselson y el escritor Mike Marqusee han suscrito el documento.
"Somos hebreos, nacidos y crecidos fuera de Israel y, en virtud de la "ley del
retorno", tenemos el derecho de conseguir la residencia y la ciudadanía
israelí. Deseamos renunciar a este "derecho" no solicitado por los siguientes
motivos:
1 - Consideramos moralmente injusto que este derecho adquirido nos sea otorgado
mientras a los que más necesitan este derecho al "retorno" son obligados
a irse o permanecer aterrorizados y son de hecho excluidos.
2 - La política de Israel respecto a los palestinos es bárbara,
no deseamos identificarnos en ningún modo con lo que Israel está
haciendo.
3- Estamos en desacuerdo con el principio de que la emigración sionista
a Israel representa una "solución" por la diáspora hebrea, para
el antisemitismo o el racismo - independientemente de que los judíos
hayan sido víctimas del racismo, no tienen derecho a transformar otros
en víctimas.
4 - Deseamos expresar nuestra solidaridad a todos los que están trabajando
en Israel para que en el futuro Cisjordania y Gaza vuelvan a ser lugares donde
las personas puedan vivir sin restricción de naturaleza racial, cultural
o étnica.
Esperamos con ansiedad el día en que todos los pueblos de la región
sean capaces de vivir en paz sobre la base de la no discriminación y
del respeto recíproco. Quizás algunos de nosotros querrán
vivir allí, pero sólo si los derechos a los palestinos son respetados.
A los que consideran Israel un "refugio seguro" para los judíos frente
al antisemitismo, les decimos que no puede haber seguridad cuando se asume el
papel de ocupante y opresor. Esperamos que el pueblo de Israel y sus líderes
puedan comprenderlo lo antes posible.