El vocero de Batasuna, Arnaldo Otegui, acusó ayer al juez Baltasar Garzón de ser "una marioneta" del primer ministro, José María Aznar, y señaló que la pretensión de ilegalizar su partido no sólo supone "el aniquilamiento" de esta formación sino "el genocidio de todo el pueblo vasco acabando con sus señas de identidad".
"Este pueblo --prosiguió Otegui-- va a superar esta coyuntura histórica y lo va a hacer organizándose, peleando, trabajando, haciendo propuestas y derrotándolo".
El histórico dirigente de Batasuna Jon Idigoras comparó "las prisas del régimen fascista español por hacer desaparecer a Batasuna con la actuación de Hitler en la Alemania nazi. La solución final: las cámaras de gas o los campos de concentración, sólo le falta eso".
El vocero de Batasuna también advirtió al Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el poder en la comunidad autónoma, que "no se le ocurra utilizar los mecanismos de que dispone para golpear a Batasuna y cerrar sus sedes, para colaborar con una estrategia genocida del Estado español", en alusión a la posibilidad de que Garzón ordene a la Ertzaintza (policía autonómica) el cierre de las sedes de Batasuna.
El lehendakari (presidente del gobierno autónomo vasco), Juan José Ibarretxe, respondió inmediatamente a Batasuna diciéndole que las instituciones vascas cumplirán la ley "como es debido".
Las iniciativas política y penal de ilegalizar y suspender las actividades de Batasuna fueron asimismo criticadas por los partidos nacionalistas vascos (Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna).
Xabier Arzalluz, presidente del PNV, dijo que del juez Baltasar Garzón ya no le sorprende nada y que "empezará a meter a líderes de Batasuna en la cárcel", mientras que sobre la posible ilegalización de la formación política opinó que "ningún tribunal decente puede ilegalizarles por hechos anteriores a la ley".
"La retroactividad --añadió Arzalluz-- es un poco una de las fronteras entre democracia y dictadura y será Garzón quien ventile este problema por otro camino".
A su juicio la medida tampoco puede justificarse por el hecho de que Batasuna no condene la violencia tras la nueva ley de partidos.
Arzalluz también declaró que se debe "profundizar en una serie de posibilidades sobre autogobierno hasta que nos echen la tropa, la Guardia Civil".