Según el diario británico The Independent la ilegalización de Batasuna es un grave error
Simón Royo
Rebelión En España la proximidad de los árboles no dejan ver el bosque, de ahí que al igual que los historiadores británicos son quienes mejor han visto muchas veces la historia de nuestro país, sea también la prensa británica la que en ocasiones nos presenta la visión más objetiva de los sucesos de la Península Ibérica.
En la primera página del diario británico del 27 de agosto de 2002 se informaba a los británicos de la ilegalización de Batasuna y se hacía de un modo que recordaba el Pacto de Lizarra, en el que se quería tomar como referencia el proceso de paz en Irlanda del Norte para seguir un proceso paralelo en el País Vasco. El Pacto de Lizarra fue seguido de una tregua de ETA, pero no fue aceptado por el gobierno, que contestó con el Pacto Antiterrorista entre el PP y el PSOE, negando la naturaleza política del conflicto y considerando el fenómeno como delincuencia a erradicar (1). La ilegalización de Batasuna es una aplicación de lo programado ya en el Pacto Antiterrorista. Pero al fijarnos en como se ve el conflicto desde fuera, en cómo lo ven los británicos, que tienen la experiencia de un conflicto político semejante, vemos que el Editorial del The Independent al respecto no sólo no dice, como en su día todos los medios en España ante la propuesta de Lizarra, que el conflicto vasco nada tiene que ver con el irlandés, sino que, por el contrario, toman como referencia su propio experiencia para poner de manifiesto el error político en que consiste la ilegalización. Extractamos y traducimos a continuación casi la totalidad del Editorial del The Independent de 27 de agosto de 2002:
"A las autoridades españolas les gustaría estrangular a Batasuna, el brazo político de nacionalismo vasco". (…) "No es sorprendente. La frustración de España, y la revulsión de muchas personas vascas ante las atrocidades de ETA se siente profundamente. Están indignadas porque Batasuna no ha condenado algunos de los peores atentados, el más reciente un coche-bomba que mató a una niña de seis años en su casa y un hombre 57 años que esperaba el autobús. Parece ofensivo que Batasuna se aproveche de los privilegios de democracia mientras se confabula con el terror.
También nos parece muy familiar. Batasuna está haciendo lo que el Sinn Fein hizo durante muchos años en nombre del IRA, excusando el asesinato de civiles con la fría charla sobre las injusticias históricas. Era esa clase de comportamiento la que hizo que muchos quisieran prohibir el Sinn Fein. Los británicos e irlandeses han estado ahí ya antes, y, aunque el parangón es impreciso, la experiencia del proceso de la paz irlandesa ofrece algunas lecciones para España.
La más importante es que prohibir un partido político no funciona. El Sinn Fein se prohibió en Irlanda del Norte hasta las 1974, se le excluyó fuera de la radio y de la televisión en la República desde 1977 hasta 1994, y estaba sujeto al esfuerzo famoso de Margaret Thatcher por asfixiarlo del "oxígeno de la publicidad" con una prohibición de la radiodifusión en el Reino Unido de 1988 a 1994. Todo lo que hicieron fue enviar un mensaje a los simpatizantes republicanos diciendo que la ruta democrática estaba cerrada y que la violencia era en adelante la única manera. La medida no detuvo el republicanismo como fuerza política, sino que, simplemente, lo transformó". (…) "Cuando, por fin, el Sinn Fein se volvió parte del proceso de paz, cambió, y el éxito electoral del Sinn Fein, al norte y al sur de la frontera, y el número de miembros del poder ejecutivo-compartido en Belfast, es ahora dependiente de sus métodos pacíficos de apoyo. Prohibir los partidos no acaba con la violencia; llevarlos hacia un acuerdo político sí lo hace. Más pronto o más tarde España tendrá que llegar a entenderse con lo que Batasuna representa".
(Editorial del The Independent, 27 de agosto de 2002). En el interior del The Independent de la fecha señalada nos encontrábamos con una serie de informaciones, recogidas en los artículos de Julia Hayley & Linda Linton, que raramente se pueden encontrar en ningún diario español. Se informaba de que "Los partidarios de Batasuna que tiene casi 1,000 representantes elegidos" y de que "algunos temen que mueve para prohibir Batasuna alienará a las 143,000 personas que votaron por la fiesta - sobre un décimo del electorado de la región vasca" finalizando con las declaraciones de "Arnaldo Otegi. Dijo: Nosotros vamos a luchar contra el fascismo y el Estado totalitario. Estas decisiones dictatoriales no van a intimidarnos y nosotros continuaremos luchando con todas nuestras fuerzas. Batasuna niega que sea el brazo político de la organización terrorista, pero rechaza condenar sus acciones".(Spanish parliament bans Eta's political wing. By Julia Hayley in Madrid and Leyla Linton. The Independent. 27 August 2002). Con estas muestras podemos hacernos una idea de cómo se informa en el extranjero del conflicto vasco y darnos cuenta de que el enquistamiento y la forma maniquea de presentar el problema es algo propio de quienes están demasiado cerca de los acontecimientos como para poder verlos desde fuera y con un distanciamiento objetivo. En Inglaterra se ha llegado a la paz mediante un proceso que bien pudiera ser tomado como ejemplo, no sólo por los españoles, sino incluso por los israelíes o los colombianos, aunque los parangones resulten imprecisos. Se llega a la paz mediante un acuerdo para conseguir acabar con el enfrentamiento violento y arribar a dirimir las diferencias y promover las propuestas de forma política, es decir, ganando el favor de los ciudadanos mediante la persuasión y no mediante la fuerza. Se llega a la paz no ilegalizando y prohibiendo sino, por el contrario, legalizando y dando pleno uso de la palabra y de la acción política.