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La vieja Europa

9 de octubre de 2002

Acto de presentación de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas

Malime
Rebelión

Esta mañana, domingo día 6 de octubre ha tenido lugar en Madrid un importante acto de presentación de la ALIANZA DE INTELECTUALES ANTIIMPERIALISTAS, en el que se hizo público un MANIFIESTO leído por Pilar Bardem sustituyendo a su padre que por enfermedad no pudo asistir.

Este manifiesto lo reproduzco al final de mi comentario sobre el acto.

Carlo Frabetti, escritor y presidente de la Asociación contra la Tortura presentó el acto en el que intervinieron además de Pilar, José Luis Sampedro, Juan Madrid y Gloria Berrocal. En primer lugar leyó un telegrama de adhesión de James Petras. Seguidamente concedió la palabra a José Luis Sampedro, que nos deleitó con un discurso de intelectual de verdad, de los comprometidos humanamente, que rompe con la tradición "moderna" del intelectual comprometido con el pesebre. Fue una delicia escuchar su alocución interrumpida por largas ovaciones de los asistentes.

Destaco algunos de los comentarios que nos hizo. En su presentación lamentó que la juventud de entonces, en 1.936 le impidiera adherirse a los verdaderos intelectuales que defendieron la bandera tricolor. Pero su juventud si le permitió integrarse en el Batallón 139 del Ejercito del Norte.

Seguidamente pasó al fondo de su compromiso como intelectual antiimperialista. Resaltó la barbarie en que la humanidad se ve sometida gracias a la tecnocracia que dispone el gran poder capitalista, a la sociedad del mercado en que han convertido la convivencia. Arremetió contra Bush al que le definió como pelele del complejo financiero militar, representante de los intereses bancarios y petroleros, y al amigo Aznar como limpiabotas de aquel, aunque pareciera un igual por los pies puestos encima de aquella mesa que nos ofreció la televisión. Al referirse a la bandera de 300 m2, -aclarando que no era la suya esa de color rojo y amarillo- dijo que era una bandera totalitaria y puso como contraejemplo las banderas iguales que ondean delante de la ONU. Finalizó su intervención y su asistencia, -ya que tenia otro compromiso con intelectuales a favor de la resolución de la ONU sobre el TPI al que Bush se niega a reconocer- pronunciando el slogan que figura delante de la mesa OTRO MUNDO ES POSIBLE, argumentando esa esperanza en la experiencia de los procesos históricos, donde desaparecieron aquellos imperios antiguos como los asirios y otros más modernos.

Compartiendo ese deseo suyo y llevado de un optimismo nada mecanicista me atrevo a puntualizar que otro mundo puede ser imposible si los pueblos no somos capaces, con la urgencia que requiere la situación, de movilizarnos y luchar, para hacer parar ese gran vehículo que dispone el gran capital, para provocar guerras y robar las mentes. La barbarie imperialista puede hacer desaparecer a los propios bárbaros presos de su locura nuclear y antiambiental.

Seguidamente intervino el escritor Juan Madrid definiendo los objetivos y funcionamiento de la Alianza en la que caben todos, independientemente de las ideologías de cada uno, siempre que nos demos cuenta del mundo que nos han creado. Se atrevió a criticar el error, la decadencia del concepto intelectual como elemento progresista, que consideró tuvo lugar a raíz de la transición. Destacó la necesidad de la movilización ciudadana como la única alternativa para parar la barbarie imperialista. Precisamente sobre este término "imperialismo", explicó el pequeño debate que sobre el mismo habían argumentado algunos compañeros, que consideraban pareciera demasiado duro, anclado en el pasado y que provocase el rechazo de personas más influidas por las definiciones al uso impuestas por el pensamiento dominante, como globalización o mundialización, términos ambiguos contra los que dijo había que luchar para poder recuperar los verdaderamente definitorios. Invitó a la intelectualidad a librar esa dura batalla contra la influencia ideológica y el pensamiento dominante impuesto a la sociedad.

Finalmente intervino Gloria Berrocal, que como profesional del periodismo sabía de la influencia nefasta que provocan los medios de difusión de alta tecnología puestos al servicio del imperialismo, la influencia de poder llegar a amplias masas para la manipulación de la opinión pública. Ante esos poderosos medios que dispone el capital, con los que resulta casi imposible competir, realizó un llamamiento a la razón y al compromiso para recuperar los viejos medios de los tiempos difíciles de la dictadura con multitud de pequeños o grandes actos, para que desde abajo con el boca a boca, actos públicos, los medios impresos y los que las modernas tecnologías nos posibilitan, emprender la contrainformación y poder realizar la necesaria información sin manipulación. Destacó como la precariedad laboral que impone la legislación laboral, que impide la libertad de los profesionales del periodismo que se ven abocados a realizar el trabajo manipulador para no verse en la calle sin puesto de trabajo, unido a la influencia que el pensamiento dominante impone provocando la carrera competitiva para intentar escalar a puestos superiores. Entrando en el tema de la guerra que se prepara contra Irak, nos proporcionó multitud de datos sobre cómo se promocionó la guerra de 1990 con manipuladoras y falsas informaciones que tuvieron gran impacto en Estados Unidos, posteriormente descubiertas y denunciadas en 1995. En el CAUM disponemos de un vídeo realizado por periodistas independientes norteamericanos donde se demuestra aquella manipulación, retransmitida a su vez por Pedro Erquicia en TV 2. Muchos de los datos aportados por Gloria Berrocal proceden de la ONU, destacando la dimisión de tres de los responsables de Naciones Unidas encargados en el cumplimiento de la resolución de ALIMENTOS POR PETROLEO que en contra de la información vertida, que nos hace creer que el dinero es controlado por Irak, lo que falso ya que es por un organismo dependiente de la ONU que a su vez controlan los americanos. Leyó la carta de dimisión que una de las directoras del cumplimiento de esa Resolución A. por P., envió a la ONU porque consideraba se estaba cometiendo genocidio contra la población iraquí al provocar hambre, enfermedades que habían conducido a la muerte después del fin de la guerra de 1.500.000 personas de las cuales 500.000 eran niños. La bolsa con alimentos que se entrega a cada familia donde no figuran alimentos frescos, no cubren nada más que 1800 calorías, insuficientes para las necesidades del cuerpo humano, así como el impedimento para poder adquirir las medicinas y tecnología médica con la que combatir la enfermedades generadas como consecuencia de la guerra y el embargo. En esa carta haciendo alusión al proceso de Neuremberg que definía los casos de complicidad con el genocidio, para no caer en él aquella directora presentó su dimisión. Destacó Gloria que en la guerra fueron lanzadas 80.000 Toneladas de bombas que destruyeron la infraestructura del país, así como entre otros objetivos a 30.000 escuelas, y las depuradoras de aguas. Que estaban produciéndose enfermedades desconocidas debidas a las bombas de uranio empobrecido lanzadas, que provocaban malformaciones horrorosas en fetos de niños que no llegaban a nacer y que aparecían -citando algunos ejemplos- con nariz en medio de la frente o carentes de otros órganos. Así mismo con la excusa antinuclear y antibiológica se impide adquirir quimioterapia con la que poder combatir el cáncer que está provocando las bombas de uranio y que al explotar expanden la radioactividad en el terreno, provocando la contaminación cuyos efectos no desaparecen en 4500 millones de años.

Muchos más datos se pueden encontrar en la página del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe que es www.nodo50.org/csca

Anunció la manifestación unitaria que se celebrará en Madrid el domingo 27 de octubre a las 12 h de Cibeles a Sol. Y el encuentro internacional en contra de la guerra que se celebrará también en Madrid en el mes de noviembre.

Se denunció la complicidad en el genocidio al que contribuimos todos con nuestro silencio y nuestra inactividad.

Seguidamente reproduzco el Manifiesto leído y aprobado con una larga ovación de todos los asistentes, que rebosaban el salón de actos del Instituto Cardenal Cisneros.

MANIFIESTO De la ALIANZA DE INTELECTUALES ANTIIMPERIALISTAS

La humanidad está siendo arrastrada hacia una catástrofe material y moral sin precedentes.

La sedicente "cruzada contra el terrorismo" emprendida por el Gobierno de Estados Unidos y sus aliados, cuyo próximo capítulo pretende ser la invasión de Iraq, no es más que una nueva y desmedida agresión imperialista cuyo objeto es consolidar a cualquier precio la hegemonía estadounidense, fortaleciendo a Israel y debilitando a los países árabes e islámicos que pudieran representar una amenaza para el sionismo.

Consideramos, por tanto, imprescindible llevar a cabo un amplio debate sobre la situación mundial generada tras los acontecimientos del 11-S y plantear una alternativa al discurso oficial, que oculta o falsea la información y tiende a criminalizar toda forma de disensión o protesta.

En este sentido, la responsabilidad de quienes hemos hecho de la cultura y la comunicación nuestro oficio, es especialmente grande, puesto que el imperialismo pretende sustituir la libre circulación de ideas por un "pensamiento único" administrado desde el poder, con objeto de enmascarar la profunda injusticia de sus fines y la implacable brutalidad de sus medios.

Los intelectuales (en el sentido más amplio y menos elitista del término), en función del privilegio que supone el acceso al conocimiento y a los instrumentos necesarios para elaborarlo, tienen una responsabilidad tan específica como grave: la crítica radical y continua de los argumentos esgrimidos por el poder, la denuncia sistemática de sus mentiras, sofismas y tergiversaciones. No podemos olvidar que el término "intelectual" va unido desde su mismo origen (caso Dreyfus) a la idea de lucha, de refutación del discurso dominante, de defensa de la justicia frente a los abusos del poder.

Por ello, tomando como referente moral e histórico la Alianza y el Congreso de Intelectuales Antifascistas de 1936, un amplio grupo de personas relacionadas con la literatura, el arte y la ciencia hemos decidido promover una Alianza de Intelectuales Antiimperialistas con objeto de analizar y afrontar de forma colectiva la gravísima situación mundial generada tras el 11 de septiembre de 2001.

Porque no es suficiente que cada cual oponga su trabajo individual a la máquina de guerra y represión puesta en marcha por el imperialismo: solo mediante la unión y la coordinación, primero a nivel estatal y luego internacional, podremos detenerla.

Hacemos nuestro el llamamiento NION (Not In Our Name) de los y las intelectuales y artistas estadounidenses que se niegan a permitir que su Gobierno lleve a cabo en su nombre sus planes de expolio y exterminio. Nosotros y nosotras también nos negamos a que los Gobiernos de la Unión Europea apoyen en nuestro nombre la sangrienta "cruzada" del imperialismo estadounidense. La guerra no es inevitable, como pretenden hacernos creer sus promotores y beneficiarios. La guerra es el fracaso de la política y de la razón, la derrota de todos los pueblos que se ven envueltos en ella; sólo beneficia a las grandes multinacionales, a sus políticos a sueldo y a los organismos a su servicio, como la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, que sacrifican el bienestar, la salud, la libertad y la vida de millones de personas a los intereses de los ricos.

Hacemos nuestra la lucha de los multitudinarios movimientos sociales que a la denominada "globalización" oponen su proyecto de universalización de la solidaridad y de la cultura. Es una insoslayable responsabilidad de la izquierda implicarse en los pujantes movimientos de denuncia y de desobediencia civil que buscan nuevas formas de superar la barbarie capitalista y nuevos caminos hacia una democracia realmente participativa.

Los y las firmantes de este manifiesto fundacional conminamos a escritores/as, artistas, profesores/as, científicos/as e investigadores/as a asumir la gravísima responsabilidad de contribuir a la comprensión y la transformación de un mundo azotado por la guerra, el hambre, la opresión y la injusticia. Cada libro, cada artículo de opinión, cada comentario, por pequeño que sea, refuerza o debilita el discurso dominante, en un momento en que la dominación se ejerce mediante el discurso tanto como mediante las armas. Porque, con la complicidad de los medios de comunicación, el poder inunda las mentes de consignas explícitas e implícitas, de promesas que no cumple y presuntas amenazas de enemigos construidos a la medida de sus intereses. Modela el imaginario colectivo a su antojo y conveniencia. Consuma la corrupción política, económica y jurídica con la corrupción semántica.

Exigimos, por tanto, a quienes trabajan en los medios de comunicación de masas, el cumplimiento de su compromiso deontológico con la objetividad informativa. Los informadores pueden y deben negarse a difundir noticias falsas o tergiversadas, del mismo modo que los militares tienen el irrenunciable deber de negarse a cumplir una orden injusta.

Los y las abajo firmantes nos comprometemos a apoyar con nuestras palabras y nuestros actos a las innumerables víctimas del imperialismo y de la "globalización" neoliberal: los pueblos desposeídos y pisoteados de todo el mundo, así como las bolsas de marginación y pobreza de los países presuntamente desarrollados, que un dramático flujo de inmigrantes perseguidos por el hambre y la injusticia acrecienta sin cesar.

Combatiremos, sí, el terrorismo, pero empezando por sus formas más abyectas e intolerables: el terrorismo de Estado y el terrorismo del capital. Las torturas y malos tratos en las comisarías y en las cárceles, la brutalidad policial en la represión de las manifestaciones, la pena de muerte, la explotación despiadada de los recursos naturales y humanos, los embargos genocidas, las incursiones militares contra poblaciones indefensas: ésos son los más graves atentados terroristas contra la libertad, la dignidad y la vida. Hasta que no acabemos con ellos, no podremos hablar de democracia, ni siquiera de civilización.

El Imperio ha declarado la guerra a quienes nos oponemos a sus planes de expolio y exterminio. Y tenemos que resistir con nuestra unión y contraatacar con nuestros instrumentos de trabajo: las ideas, las palabras, las imágenes... La guerra total desencadenada por el Gobierno de Estados Unidos y sus aliados se libra en muchos frentes, en todos los frentes, y uno de los más importantes es el lingüístico. Si quienes hemos hecho del pensamiento nuestra herramienta y nuestra arma, no salimos al paso de los que pretenden detener el flujo de las ideas y convertir las palabras en instrumento de opresión, ¿quién lo hará?

Bush lo ha dicho de forma inequívoca: "Quien no está con nosotros, está contra nosotros". Y su declaración de guerra puede y debe convertirse en nuestra propia consigna sin más que invertir el orden de los términos: quien no está contra ellos, está con ellos. Quien no se opone abiertamente a sus actos criminales y a sus falsas palabras, los apoya con su silencio. Y el silencio es la cobardía de los intelectuales. Cobardía que en circunstancias como las actuales se convierte en imperdonable vileza, en alta traición a la cultura y a la humanidad.

Nuestro enemigo, el enemigo de los pueblos del mundo, tiene la segunda arma más poderosa: el dinero. Pero nosotros tenemos la primera: la razón.