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POR PRIMERA
VEZ, UN GOBERNADOR ADMITE QUE SE TORTURA EN LA PROVINCIA
"Una práctica
terrible aún presente"
Por Carlos Rodríguez
Al dejar inaugurado ayer el 130º período de sesiones ordinarias en la
Legislatura bonaerense, el gobernador Felipe Solá salió a ponerle
el cuerpo a uno de los problemas más graves que afronta su administración
en materia de derechos humanos: los permanentes casos de tortura en comisarías
y cárceles provinciales. Solá anunció la creación
del Programa Provincial Contra la Tortura, que según sus propias palabras
"procurará terminar con esta práctica, terrible e inaceptable,
pero lamentablemente aún presente aunque de una manera cada vez más
residual". Página/12 pudo establecer que el proyecto estará
listo "en 15 días o un mes" y será diseñado por
la Secretaría de Derechos Humanos, cuyo titular, Jorge Taiana, puso como
condición al asumir que se trabajara a fondo para terminar con los casos
de tortura en la provincia. En los últimos años la reiteración
de esos casos (hubo casi mil en el último año) han motivado denuncias
de organismos nacionales e internacionales.
Fuentes de la Secretaría y el propio Solá aclararon que en la
redacción del plan está trabajando el equipo encabezado por Taiana,
pero habrá consultas con la Defensoría de Casación, los
fiscales, la Legislatura, el Servicio Penitenciario y la Policía Bonaerense.
En su exposición ante los legisladores, Solá anticipó que
lo que se busca es instrumentar el "control cruzado de todos esos organismos,
para que el propio Estado sea el primero que verifique si hay tortura o no".
El gobernador opinó que de lo contrario "parecería ser que
la vida continúa, mientras nosotros miramos para otro lado y al otro
día aparecen las denuncias. Nosotros –insistió– somos los que
tenemos que verificar" que hay torturas.
En la Secretaría, la postura fue la de impulsar el programa de prevención
como una respuesta concreta frente a las denuncias que formularon, en forma
reiterada, entidades u organismos nacionales como el Centro de Estudios Legales
y Sociales (CELS), la Defensoría de Casación o el Consejo Federal
de Derechos Humanos que nuclea a todas las provincias, y los reclamos que llegaron
del exterior a través de Amnistía Internacional o las Naciones
Unidas. En la dependencia oficial, que desde febrero está a cargo de
Taiana, con reconocida trayectoria en el campo de los derechos humanos, fue
considerado auspicioso que el gobernador se haya comprometido en forma personal
con el proyecto.
La idea de Taiana es articular medidas de prevención que permitan evitar
la práctica de la tortura y recién después pensar en la
aplicación de la legislación sobre el hecho consumado. "Lo
importante es que no pase nunca más y en caso de que ocurra, hay que
aplicar la ley en toda su dureza", explicó la fuente consultada
por este diario. Desde la Secretaría no se alienta ningún cambio
en la legislación vigente "que ya es suficientemente dura"
en la materia sino establecer mecanismos preventivos. Uno de ellos será
la capacitación y la educación del personal policial y del Servicio
Penitenciario para terminar con los resabios de la dictadura militar.
El defensor del tribunal de Casación, Mario Coriolano, denunció
en diciembre que el llamado Banco de Torturas creado en marzo de 2000 constató
desde esa fecha hasta febrero de este año un total de 994 casos de torturas
en comisarías bonaerenses y unidades penales bonaerenses. El gobernador
Solá también dejó sentada ayer la intención de hacer
cumplir "las reglas mínimas de Naciones Unidas para el tratamiento
de reclusos, las cuales son el marco de referencia de la política penitenciaria".
En ese sentido se impulsará la demorada construcción de alcaidías
para sacar a los presos de las comisarías. Solá habló de
un plan de construcciones "de bajo costo" para mejorar "las condiciones
de reclusión para los detenidos y procesados".
Consultado por este diario sobre el plan contra la tortura, el senador del Frepaso
Eduardo Sigal dijo que estaba de acuerdo "con el contenido del discurso
de Solá". Aclaró, sin embargo, que la exposición de
ayer del gobernador estuvo destinada "a hablar de una serie de proyectos
y en el caso del dirigido a terminar con las torturas, nosotros lo que esperamoses
que pase a ser una realidad". El senador opositor le pidió al Gobierno
"que tenga coherencia, porque la represión de la que fueron víctimas
ayer (por el jueves) los maestros bonaerenses, no tiene nada que ver con los
enunciados del gobernador". Aludió así a la actitud policial
que impidió el ingreso de los docentes a la sede de la Legislatura. Los
maestros fueron reprimidos con golpes, gases y balas de goma.
"No se puede hablar de terminar con la tortura mientras se reprime a los
maestros, trabajadores y protagonistas cotidianos de la realidad argentina que
reclaman y tienen derecho a tener una participación activa en el debate
legislativo", precisó Sigal. Sobre el plan propiamente dicho, estimó
que es "imprescindible que el Poder Legislativo tenga una intervención
directa cuando llegue el momento de aprobar el proyecto, una vez que se tenga
la idea totalmente definida porque hasta el momento nosotros no hemos recibido
ni siquiera un borrador".
Desde la Secretaría se dijo que "existe la voluntad política
de enfrentar el problema y ése es un avance importante frente a una situación
compleja y difícil". El gobernador Solá, ante la Asamblea
Legislativa, admitió incluso que en la provincia "se ha generalizado
una situación de falencia judicial", motivo por el cual consideró
que "es urgente propiciar reformas para optimizar el servicio de Justicia".
Habló de reflotar la Mesa de Concertación Judicial para readaptar
el Poder Judicial "a la actual realidad de la provincia".