Poca gente en el cierre de la marcha convocada por el sector piquetero moderado
Correio Sindical Mercosul
Fue ante el Congreso, en la tercera y última jornada de protesta. Sólo hubo grupos dispersos y muchas banderas, en fuerte contraste con otras marchas. Muchas banderas, muchos grupos, poca gente. Así terminó ayer en el centro la protesta piquetera que durante tres días inundó de cortes las calles de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, y que ayer volvió a complicar el tránsito porteño, aunque no como en otras marchas del sector. La concentración final, en la esquina del Congreso, apenas reunió unas 500 personas y a una infinidad de agrupaciones con reclamos diferentes. Un resumen: planes de trabajo, tierras y rechazo al FMI.
Ayer, fue evidente el contraste entre lo que ocurrió en el Congreso y lo que este mismo sector piquetero moderado de la CTA y la CCC suele reunir cuando marcha sobre la ciudad. Desde los distintos grupos que convocaron a la marcha ensayaron la misma explicación: que estaba programado que hasta la esquina de Rivadavia y Entre Ríos sólo iban a llegar pequeñas delegaciones de los distintos piquetes. Así, se pudieron ver banderas de la Federación de Tierra y Vivienda y la Corriente Clasista Combativa de La Matanza, o del comedor Los Pibes de La Boca. Pero a los que no se vio fue a los principales dirigentes, como el jefe de la CTA, Víctor De Gennaro, y los líderes piqueteros D''Elía y Alderete, quienes optaron por no moverse del corte en la ruta 3.
Tampoco tuvo demasiado eco la primera actividad de la jornada: una protesta frente a la Secretaría de Empleo porteña para reclamar planes de empleo para jóvenes y ancianos juntó sólo a unos cuarenta militantes de la CCC. La pobreza de la convocatoria los llevó a dejar de lado la idea original de recorrer el microcentro.
La columna principal de la concentración, encabezada por ATE y la CTA de Capital, arrancó desde el Cabildo. Pretendían llegar hasta el Banco Nación pero chocaron con las vallas que dividen la Plaza de Mayo.
Sin grandes presencias, el pequeño acto que se realizó frente al Congreso fue capitalizado por los trabajadores de las empresas que fueron recuperadas del cierre. Ellos presentaron un proyecto de ley para que se suspendan las liquidaciones de activos por 24 meses, para que las empresas en quiebra puedan ser manejadas por los empleados.