Tres
cr�nicas para que todo el mundo sepa
�c�mo es la "maldita polic�a" que asesina en Argentina
LATINAcoop
Europa
29-12-2001
Violentos
incidentes en Floresta luego del asesinato de tres j�venes
Un polic�a asesin� a tiros a tres hombres j�venes despu�s de discutir con ellos
en el bar de una estaci�n de servicio del barrio porte�o de Floresta, seg�n
el testimonio de testigos. El hecho ocurri� a las 4 en el local de Bah�a Blanca
y Gaona, cuando los tres j�venes ingresaron al bar, supuestamente en forma intempestiva,
y fueran increpados por el polic�a que custodiaba la estaci�n de servicio. Luego
de este hecho, esta tarde se registraron violentos incidentes frente a la comisar�a
43�, donde estaba alojado el acusado por los cr�menes, y los vecinos que protestaban
se enfrentaron con la Polic�a.
El enfrentamiento entre vecinos de Floresta y
polic�as, que hab�a comenzado cuando los manifestantes lanzaron piedras sobre
la comisar�a y se desat� la represi�n, se profundiz� esta tarde con corridas
por las avenidas Avellaneda y Juan B. Justo.
El polic�a, un suboficial que realizaba un servicio
adicional en la estaci�n de servicio, habr�a discutido con los muchachos y pronto
el cruce de palabras se transform� en una pelea, seg�n testigos, en la que el
polic�a extrajo su arma, dispar� y mat� a dos de ellos e hiri� al tercero, quien
muri� luego en el hospital en donde estaba siendo atendido.
Los muertos, cuyas identidades no fueron informadas
por el secreto sumarial, ten�an entre 20 y 25 a�os y eran vecinos del barrio.
Una mujer que presenci� la discusi�n dijo que
el polic�a apoy� la pistola en la cabeza de uno de los j�venes y le dispar�,
y que luego tir� contra los otros dos muchachos. Se trata de la encargada del
kiosco que funciona en la estaci�n de servicio YPF de Gaona y Bah�a Blanca,
donde ocurri� la tragedia.
La mujer relat� que todo comenz� cuando los chicos
ingresaron al local y comenzaron a observar por televisi�n las im�genes de manifestantes
que golpeaban a un polic�a. "Est� bien por lo que ustedes hicieron la semana
pasada", dijo uno de los muchachos -a quien identific� como Maxi- dirigi�ndose
al polic�a, quien ofuscado se levant�, dijo "basta" y acto seguido
lo apunt� con su pistola, dispar� y lo hiri�.
La testigo asegur� que luego el custodio le tir�
a otro de los muchachos. "Cristian cay� y le volvi� a tirar", dijo
la mujer en referencia a la segunda v�ctima. "Un muchacho de la gomer�a
me puso debajo de la mesada, desde donde segu� escuchando disparos y luego vi
a Adri�n (la tercer v�ctima) detr�s de la caramelera que se estaba agarrando
el est�mago y yo le dije que se callara porque (el polic�a) iba a volver y seguir
tirando".
Cuando terminaron los disparos la encargada del
kiosco dijo que vio al polic�a arrastrando de los pies a los j�venes para sacarlos
del local. "Los tir� ah� afuera y se puso a hablar por tel�fono",
relat� y dijo que vio entre los j�venes un cuchillo que antes no estaba.
Un grupo de familiares, amigos y vecinos de los
tres j�venes asesinados protestaba este mediod�a frente a la comisar�a 43 en
donde qued� detenido, en forma preventiva, el polic�a que los mat�.
Seg�n la mujer, el custodio prestaba servicios
en el lugar desde el mes de octubre y que se trata de una persona callada que
no hablaba con nadie.
"Les dispararon a quemarropa"
Hac�a dos horas hab�a terminado el cacerolazo con el que los porte�os, tambi�n
en el barrio de Floresta, protestaron contra la situaci�n del pa�s. En el barcito
de una estaci�n de servicio, en la esquina de Bah�a Blanca y Gaona, un grupo
de amigos se detuvo a mirar por televisi�n los incidentes de la Plaza de Mayo.
Eran cuatro, sentados alrededor de una mesa pl�stica blanca, de patas rojas.
"Est� bien. Si es lo mismo que hicieron
ustedes la semana pasada... "dijo en voz bien alta uno de ellos cuando
pasaron las im�genes de varios manifestantes golpeando a un polic�a. Le hablaba
al custodio del lugar, un suboficial retirado de la Federal, sentado una mesa
m�s atr�s.
"�Basta!" fue lo �nico que le contest�
el ex polic�a. Y en cosa de segundos hizo un desastre: se levant� de su silla
y, como enceguecido, sac� su arma y fusil� a tres de los j�venes. Fuentes de
la investigaci�n informaron a Clar�n que el autor de los disparos es el ex sargento
primero Juan De Dios Velaztiqui, tiene 61 a�os y est� preso.
Hasta anoche permanec�a en la comisar�a 43, a
cinco cuadras de donde ocurri� todo. No pudieron trasladarlo a la alcaid�a de
Tribunales, como pidi� el juez que tom� la causa, porque los vecinos de Floresta
tuvieron virtualmente sitiada la seccional durante todo el d�a: hubo, otra vez,
balazos de goma y gases lacrim�genos.
Anoche, la estaci�n de servicio donde se produjo
el triple crimen estaba llena de graffiti garabateados con aerosol: "Mataron
a tres inocentes". Dentro del bar hab�a un manch�n de sangre, estirado
varios metros como si hubiera sido dibujado con pintura. Una mujer que vio lo
que pas� explic� que, tras los balazos, Velaztiqui arrastr� los tres cuerpos
hacia la calle. Y que a uno le apoy� un cuchillo como para simular un enfrentamiento.
Despu�s se acerc� a un tel�fono p�blico y, con absoluta frialdad, llam� �l mismo
a la comisar�a.
Fue a las 4.10 de una madrugada caliente. Primero,
tras la frase que lo ofendi�, el ex polic�a se par� al lado de Maximiliano Tasca
(25 a�os) y le dispar� a quemarropa a la sien. Sigui� con Cristian G�mez (25),
a quien le habr�a dado en la nuca. Luego a Adri�n Matassa (23), el �nico que
alcanz� a ser trasladado al Hospital Alvarez, donde muri� a las 9, con heridas
grav�simas en el est�mago. El cuarto joven "cuyo nombre de pila ser�a Ernesto"
pudo escapar.
Velaztiqui trabajaba como guardia en la estaci�n
de servicio desde hac�a un mes, cont� a Clar�n el due�o del lugar, que s�lo
dijo llamarse Jorge. Los vecinos describieron al ex polic�a como un hombre alto,
corpulento, siempre con anteojos oscuros.
Hoy mismo podr�a ser interrogado por el juez
de Instrucci�n Ricardo Warley. A diferencia de otros casos, el �rea de Prensa
de la Polic�a Federal esta vez dijo no tener mayores detalles sobre el hecho.
Hasta unos minutos antes de la tragedia, las
tres v�ctimas hab�an estado en el cacerolazo. Tasca llevaba un jean celeste,
zapatos de gamuza y una camisa oscura. G�mez "a quien llamaban "Gallego",
como a su padre" vest�a una remera blanca y un jean azul, igual que Matassa.
Hab�an pedido cervezas y Coca-Cola.
Sus nombres tambi�n quedaron, desde ayer, escritos
en varias paredes del barrio: "Maxi, Cristian, Adri�n". Desde temprano,
sus amigos se reunieron frente a la estaci�n de servicio y cortaron el paso
de los coches por la avenida Gaona. Despu�s fueron hasta la comisar�a, en Chivilcoy
al 400. Entonces empezaron los incidentes.
Mostrando el corte que le habr�a dejado un piedrazo,
el subcomisario Carlos Norberto Sixto trat� de convencer a los vecinos de que
Velaztiqui ya no estaba ah�. Pero no le creyeron y terminaron rompiendo las
puertas de vidrio de la seccional.
M�s tarde lleg� la Infanter�a. Unos cincuenta
j�venes les arrojaron piedras y petardos, a los que siguieron los correspondientes
gases y balas de goma. Los choques se extendieron hasta las 7 de la tarde, cuando
la Polic�a logr� recuperar Gaona.
Los manifestantes iban y volv�an de la comisar�a
a la estaci�n de servicio, con la Infanter�a detr�s. En algunas esquinas se
encendieron fogatas para contrarrestar los efectos de los gases. Y una autobomba
qued� averiada de tantos piedrazos.
"�C�mo puede ser que repriman as� a los
vecinos que se quejan por esta masacre?", gritaba, de fondo, Mar�a Ang�lica
Matassa, madre de una de las v�ctimas. Su hijo, Adri�n, y sus amigos Maximiliano
Tasca y Cristian G�mez van a ser velados desde hoy a la tarde.
"Son unos asesinos hijos de puta"
"Pon� que a mi hermano lo asesinaron, no que lo mataron." Con los
ojos llorosos, uno de los dos hermanos de Daniel Enrique Matassa, de 23 a�os,
hizo hincapi� en el tono que, desde su dolor, sent�a que deb�a tener la cr�nica
sobre un acto irracional que acab� con la vida de tres j�venes. En la madrugada
del s�bado, un suboficial retirado de la Polic�a Federal acribill� a balazos
en un maxikiosco a tres muchachos, todos vecinos del barrio porte�o de Floresta,
s�lo porque uno de ellos hizo un comentario jocoso al ver por la TV im�genes
de la paliza que recibi� un uniformado durante el cacerolazo del viernes por
la noche. Ayer por la tarde, los vecinos atacaron dos veces la sede de la Comisar�a
43, donde estaba alojado el acusado por el triple crimen, y al cierre de la
edici�n segu�an caldeados los �nimos por las muertes y por la represi�n policial
que sigui� a la protesta.
"Asesinos hijos de puta." "Mataron
a tres pibes inocentes." "Maldita puta polic�a." Las pintadas
clausuraban, m�s que las cintas que puso la polic�a, el maxikiosco ubicado en
la esquina de Gaona y Bah�a Blanca, cercano a una estaci�n de servicio de GNC.
La tragedia ocurri� a las 3.50 de la ma�ana de ayer, cuando ingresaron en el
negocio Matassa, Cristian G�mez (25), Maximiliano Tasca
(25) y un cuarto joven que logr� escapar de la
virtual cacer�a de la que fue ejecutor un suboficial retirado de la Federal
de quien apenas trascendi� el apellido, Bel�ustegui, y la edad estimada, que
rondar�a los 60.
La televisi�n mostraba las escenas violentas
en Congreso y Plaza de Mayo. "Maxi" Tasca coment�, con una sonrisa,
mientras miraba a los manifestantes golpear a un polic�a: "Est� bien, eso
es en respuesta por lo que hicieron la semana pasada". Nadie acierta a
saber si tuvo la intenci�n de ofender al polic�a retirado, que estaba de civil
cumpliendo "desde octubre" servicios de custodio tanto en el maxikiosco
como en la estaci�n de YPF. "El polic�a se enoj�, grit� "basta"
y le peg� un tiro." La testigo principal, que hizo declaraciones a la prensa,
fue la encargada del kiosco. Otra mujer, que estaba comprando en el negocio,
y el empleado de una gomer�a cercana, hicieron la misma descripci�n de los hechos,
que ahora deben ser analizados por el juez Julio Qui�ones. La causa fue caratulada
"triple homicidio".
La m�s locuaz fue la encargada: "Despu�s
de decir "basta" le apunt� con la pistola y dispar� una vez".
Maxi fue el primero en caer al piso. El segundo blanco fue Cristian "El
Gallego" G�mez, que viv�a a metros del lugar. "Cristian cay� y cuando
estaba en el piso, le volvi� a tirar", relat� la encargada, que mantuvo
su nombre en reserva a pesar de que su imagen sali� por televisi�n.
La mujer estuvo a punto de ser herida: "Un
muchacho de la gomer�a (otro de los testigos) me puso debajo de la mesada, desde
donde segu� escuchando disparos y luego vi a Cristian detr�s de la caramelera
se estaba agarrando el est�mago". Los testigos aseguraron que el suboficial
retirado "sac� a los tres chicos fuera del negocio, arrastr�ndolos mientras
los tomaba por los pies y despu�s hizo un llamado telef�nico". A los pocos
minutos lleg� personal de la Comisar�a 43, que se llev� de inmediato los cuerpos
y realiz� "una limpieza general en el negocio, que por un rato m�s sigui�
atendiendo a la gente como si nada hubiera pasado", comentaron varios vecinos
del barrio. Eso provoc� la primera reacci�n, contra los due�os del kiosco, que
cerraron para evitar lo que era un virtual linchamiento.
La calentura general tuvo el efecto de una olla
a presi�n. Cerca de las 17, un grupo de vecinos carg� contra las instalaciones
de la 43, en Chivilcoy 453, tratando de hacer justicia por mano propia, ya que
Bel�ustegui hab�a sido llevado a esa seccional. Despu�s de las primeras escaramuzas,
durante las cuales fueron destruidos dos autos estacionados frente a la comisar�a,
la polic�a tir� gases y los vecinos retrocedieron. Media hora despu�s se sum�
un grupo de j�venes, algunos de ellos se�aladospor la polic�a como supuestos
miembros "de la barra" de All Boys. Esta vez el enfrentamiento fue
feroz.
La polic�a tir� gases lacrim�genos y balas "supuestamente
de goma", mientras los vecinos arrojaban piedras que convirtieron a la
calle Chivilcoy, entre Gaona y Avellaneda, en un campo de batalla. La violencia
policial fue mantenida a raya con piedras que dejaron al barrio sin los coquetos
canteros de ladrillo a la vista que circundan cada �rbol, cada jard�n. Una autobomba
de la Federal perdi� el parabrisas durante la pelea, que fue cuerpo a cuerpo.
Los j�venes siguieron montando guardia sobre Gaona, mientras que otros vecinos,
con cacerolas y bombos, cortaron la avenida Avellaneda. "El barrio, unido,
jam�s ser� vencido", fue la consigna. La tensi�n hizo que algunos confundieran
al enemigo e increparan a los fot�grafos. Otros salieron en defensa y justificaron:
"Estamos mal porque nos mataron a tres amigos, sin ninguna raz�n".
Enrique Matassa, el pap� de uno de los j�venes
asesinados, es propietario de una inmobiliaria. El padre del "Gallego"
G�mez tiene un negocio enfrente del maxikiosco y vive a media cuadra de la comisar�a.
"Maxi", la tercera v�ctima, es hijo de un portero y viv�a a s�lo cuatro
cuadras. Todos eran habitu�s del lugar y nada hac�a suponer que pudieran correr
alg�n peligro all�, en el barrio de toda la vida. "Al asesino lo sacaron
en una ambulancia", asegur� un vecino minutos despu�s de la segunda batalla
sobre el asfalto. "A Maxi le vol� los sesos, a mi hermano le peg� dos tiros
y al "Gallego" le vaci� el resto del cargador: te das cuenta de que
fue un asesinato salvaje, una locura que nadie puede entender". El hermano
de Daniel Matassa ten�a todos los argumentos para pedir contundencia en la cr�nica
period�stica. La furia de los vecinos era incontenible para el oficial Lallana,
con varios a�os en el barrio, quien trataba de convencerlos para que volvieran
a sus casas:
"Ya nos rompieron dos autos, ahora v�yanse.
"Mataron a tres pibes, d�jennos expresar la bronca. No sean corporativos.
Est�n defendiendo a un asesino. Avanzada la noche, el di�logo se hac�a cada
vez m�s dif�cil y los vecinos hab�an iniciado una larga vigilia en la calle,
mientras los tres chicos eran velados a metros del lugar. "Estamos podridos
de los que nos matan a los hijos. Y de estos hijos de puta que nos reprimen."
La mam� de Cristian no pod�a dejar de gritar.