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Argentina: La lucha continúa

¿ Sí todos los días fueran viernes en Argentina ?

"Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía"
Marío Benedetti

Por Hugo Alberto de Pedro

El Viernes 30 de agosto una multitud de personas en todo el país se expresó por la necesidad de realizar un cambio en las reglas de juego impuestas por los partidos mayoritarios -que hace muchos años tenían ideas y principios peronistas y radicales- exigiendo la caducidad de todos los mandatos y la convocatoria a una asamblea constituyente libre y soberana, el juicio político a los jueces de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en contra de la corrupción, los tarifazos, la represión, el FMI y las empresas privatizadas entre muchos otros temas más.
El Viernes 6 de setiembre millones de personas, también en todo el país a tan sólo siete días, hicieron estrepitar por varios minutos sus voces, palmas, bocinas, rejas, cacerolas, martillos, sirenas, llaveros, campanas y cuanto otro objeto nos podamos imaginar para manifestarse en contra de la violencia, a lo cual se sumaron actividades en las escuelas.
Ambos ejemplos de civilidad y civilización nos dan la pauta que existe una comunidad cansada, harta y fastidiada de que le sigan imponiendo hambre, indigencia, desempleo, inseguridad, en fin todo eso que los dueños del poder y de la Argentina todos los días hacen lo posible para aumentarlo a límites ya insostenibles.
Mientras tanto desde los comedores populares, asambleas barriales, fábricas recuperados y autogestionadas por los obreros, piqueteros, organizaciones no gubernamentales, acorralados, movimientos políticos y sociales, gremialistas de base, organizaciones de pequeños y medianos empresarios; y tantos otros ejemplos de los muchos que existen, le siguen diciendo "NO" a los poderosos que empecinados con su "sistema = modelo" siguen diciendo siempre "SI" a quienes dictan sus políticas de destrucción social.
Durante la semana los abusadores del poder -políticos, jueces, policías, banqueros, empresas privatizadas, organismos de crédito internacionales- no descansan en continuar sus prácticas lesivas hacia cualquiera que tenga la desgracia de ser acreedor en nuestro país de sufrimientos y padecimientos a límites inimaginables.
Los políticos se están desangrando en las luchas intestinas por mantener los espacios de poder y ver la mejor manera de seguir el camino para que nada cambie. Unos quieren volver a las políticas de la década del 90, otros llegar al gobierno nacional para imponer las prácticas de autoritarismo, corrupción e injusticia practicadas en sus provincias como gobernadores, algunos desde sus vacíos partidos hacen alianzas con extraños para pretender seguir enquistados en el poder. El juicio político a la CSJ lo han convertido en una farsa que no saben como desandar.
Los jueces, de la Corte Suprema de Justicia y los Federales, también convertidos en políticos, aprietan y negocian su permanencia con fallos extemporáneos y con amenazas de resolver favorablemente lo que todos sabemos que sería justicia hacerlo.
Los policías conocen muy bien que todo su accionar -muertes, secuestros y represión- ha sido realizado y sigue siéndolo con el amparo y protección del poder político, y que jamás serán investigados y condenados como corresponde, y que mañana saldrán nuevamente a realizar sus andanzas de muerte contra el pueblo.
Los banqueros, que se han robado todo, siguen con sus esquemas de redescuentos, dólar a futuro, altas tasas de interés, no devolución de los depósitos, bonos que serán una basura, etc. Conocen muy bien cuales son las reglas de entrega que imprimen el ministerio de Economía y el Banco Central, y no dudan en aportar a sus hombres para desempeñarse en los sitios claves de las decisiones que siempre terminan beneficiándolos.
Las empresas privatizadas, que han tenido niveles de rentabilidad nunca soñados en los países de sus accionistas, pretenden el aumento de las tarifas o bien no paran en incrementar sus precios internos. El triste y lamentable proceso de privatización les brindó las herramientas necesarias para hacerlo y el tibio gobierno las tratan con guantes blancos.
Los organismos de crédito internacionales presionan y exigen sobre cuestiones tales como: privatización de la banca nacional, bonos y depósitos acorralados, gasto público, asistencia a los pobres e indigentes, etc. Ahora, Argentina, su mejor alumno es convertido también en ejemplo de cómo se trata a los que no pagan los nefastos compromisos adquieridos a espaldas del pueblo y sin intervención parlamentaria como la Contstitución Nacional lo impone.
Todo esto cambiará, sin dudas, cuando los Viernes como los señalados al principio se transformen en todos los días de la semana y nos demos cuenta que la fuerza del cambio está solamente en nuestras luchas y resistencias, comenzando a desobedecer todo aquello que nos quieren imponer para que la marginalidad y la falta de futuro se impregnen para siempre en nuestro país. Obliguemos a la justicia que sea tal y llevemos a los corruptos y mafiosos a los nuevos tribunales, mientras nuestras rebeldías se transforman en un proyecto de vida, seguridad y progreso para todos.
Después del 19 y 20 de diciembre del año pasado vino el Viernes 21, pero seguramente nos equivocamos en abandonar a partir de ese día nuestras calles y plazas. Ojalá que volvamos a conseguir esas mismas ganas y fuerzas porque como escribí hace ya un año "Hay que detenerlos. Mañana será tarde" (
http://usuarios.advance.com.ar/hugo-de-pedro/hay.htm)
7 de setiembre del 2002