Ejercicios militares combinados de Estados Unidos y Argentina en la provincia de Misiones
Rina Bertaccini
MoPaSSol La noticia -difundida a mediados de agosto por la Red Eco de Argentina y luego publicada por el diario Clarín de Buenos Aires el 29 de agosto de 2002- de que fuerzas especiales de Estados Unidos, junto a efectivos militares argentinos, realizarían en Misiones unos ejercicios combinados, encendió una luz de alarma en la conciencia de miles de personas. Y tuvo su natural repercusión en la versión local del Foro Social Mundial que por esos días, 22 al 26 de agosto, se desarrollaba en el país; al punto que, planteado el tema en el Seminario-Taller sobre "La guerra infinita de Bush y la mitarización de América Latina" y expuesto luego en la Asamblea de Movimientos Sociales con que culminó el Foro, originó el consecuente y unánime repudio. No se trata de simples trascendidos. El Poder Ejecutivo -con la firma del Presidente Duhalde, del Jefe de Gabinete Alfredo Atanasof, y del Ministro de Defensa Horacio Jaunarena, ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación un Proyecto de Ley, actualmente en análisis en la Comisión de Defensa, por el que se autoriza el ingreso al país de tropas norteamericanas para realizar, en la provincia de Misiones, "un ejercicio combinado de operaciones convencionales de planeamiento y ejecución". Las tropas arribarían al próximo 24 de octubre para permanecer hasta el 25 de noviembre. Y aunque al momento de escribir este artículo otra noticia indica -ver diario Clarín del 30 de agosto- que el gobierno argentino suspendería los ejercicios previstos para octubre en Misiones "ante el reclamo de Washington de firmar un convenio de inmunidad para que sus efectivos no puedan ser reclamados por la Corte Penal Internacional, por casos de crímenes de guerra", vale la pena detenerse en una cuestión que no está, ni muchos menos, descartada. Es más, fuentes del Ministerio de Defensa se limitan a señalar que "de seguir con este requerimiento de parte de los Estados Unidos es difícil que el ejercicio finalmente se concrete". Posiblemente se trate apenas de una postergación para "cubrir las formas" o simplemente de una medida de desinformación para evitar el repudio popular .
Es que las maniobras en Misiones no constituyen un hecho aislado o rutinario. Existen demasiados antecedentes y proyectos específicos derivados de una estrategia global del imperialismo para América Latina, que se implementan sistemáticamente con la anuencia gubernamental, que se vienen realizando en distintos lugares del territorio nacional, normalmente sin autorización del Congreso, aunque según nuestra Constitución Nacional es obligatoria dicha autorización para el ingreso de tropas extranjeras al país.ia de sucesivos gobiernos que no vacilan en servir intereses ajenos a los del pueblo y la nación. En este punto es necesario recordar que esos ejercicios combinados, a veces con la participación de tropas de varios países de la región y siempre dirigidos por el Comando Sur del Pentágono, como ocurrió con los Operativos Cabañas 2000 y 2001, se vienen realizando en distintos lugares del territorio nacional, normalmente sin autorización del Congreso, aunque según nuestra Constitución Nacional es obligatoria dicha autorización para el ingreso de tropas extranjeras al país.
Por otra parte, existen numerosos trabajos elaborados por estrategas norteamericanos, como los documentos de Santa Fe I, II y IV; se conocen las Resoluciones de las Conferencias de la OEA, como las realizadas en Lima (1996) y Mar del Plata (1998) sobre Terrorismo; además de las conclusiones de reuniones de Ministros de Defensa del Continente y acuerdos de los gobiernos de la región, de todos los cuales surge con meridiana claridad que estamos en presencia de una estrategia integral de dominación con un fuerte componente militar, en el que no sólo intervienen las tropas de Estados Unidos sino también las Fuerzas Armadas y de Seguridad de diferentes países del área. Claro que Washington - según la denominada "doctrina de la cooperación para la seguridad hemisférica" pergeñada en los últimos años- reserva para sí la tarea principal de dirección y adiestramiento del resto de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que en tal diseño cumplen una función subordinada. Traducido a la realidad de nuestro tiempo, en un Continente en el que estallan luchas de todo tipo, eso significa la acción conjunta de los efectivos militares de la región para planificar, preparar y ejecutar la represión de los combates populares.
Desde esa comprensión, resulta natural que la asamblea de movimientos populares del reciente Foro Social Mundial en Argentina haya repudiado las proyectadas maniobras militares en Misiones, del mismo modo que el conjunto del Foro se pronunció contra la guerra infinita de Bush, el Plan Colombia y la militarización de América Latina, tanto como contra el pago de la ilegítima deuda externa y los intentos norteamericanos de anexión definitiva de nuestros países por medio del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
En cuanto al escenario en que tendrían lugar los ejercicios militares, resulta altamente significativo. La provincia argentina de Misiones es territorio clave de la llamada área de la triple frontera, limítrofe con Paraguay y Brasil. Esta zona hace años que merece una particular atención por parte de los Estados Unidos, al punto que hace algunos años atrás, durante el gobierno de Carlos Menem, con la diligente gestión del entonces ministro del Interior Carlos Corach, presionó y obtuvo la firma, a principio de 1998, de un Acuerdo de la Triple Frontera, cuyo objetivo era la coordinación militar y de seguridad para reprimir las movilizaciones populares en la región, en particular las heroicas luchas del campesinados paraguayo y los Sin Tierra de Brasil. Los medios locales informaron que fue la Central de Inteligencia de los Estados Unidos, la tenebrosa CIA, la que advirtió al gobierno Menem sobre la posibilidad de que la triple frontera sirviera como "plataforma de atentados terroristas". Y ya sabemos de qué hablan cuando dicen terrorismo, subversión y otras cosas por el estilo. Lo cierto es que Estados Unidos busca asegurarse el control directo de esta zona estratégica que, en el presente, con los nuevos niveles de la protesta social y la conciencia política en Bolivia y Argentina , y la posibilidad de un nuevo gobierno en Brasil, se hace aún más relevante.
Pero hay todavía otros hechos recientes que se conectan con la nueva movida norteamericana en Misiones, hechos apenas reflejados en la gran prensa, pero que felizmente circulan por medios y redes alternativas. Su simple enunciado justifica la preocupació que nos anima:
* Una noticia de Redacción VISUR de Sao Paulo (agosto 2002) indica que, mientras los Gobiernos y las Fuerzas Armadas de Brasil, Panamá, Venezuela y Ecuador y, más tímidamente Perú, anunciaron que estos gobiernos no apoyan la participación en las maniobra militares conjuntas alrededor de Colombia -que el gobierno norteamericano viene organizando con el nuevo presidente colombiano Uribe Velez, como preludio de la Fuerza Multinacional de Intervención que el Pentágono ha venido proyectando- "desde el Cono Sur al Caribe se desplazaría la fuerza de elite de intervención de Estados Unidos". Y agrega: "como resultado del ajedrez diseñado por la CIA para la Seguridad Nacional, en su versión de Seguridad Continental y mundial, la Fuerza sí se empieza a entrenar y movilizar desde Argentina, Chile y Uruguay". Señala asimismo que en Argentina los nuevos pactos militares con Estados Unidos vienen desde hace siete años atrás. En Uruguay, los mandos militares se han mostrado más cautelosos pero han participado en todos los ejercicios y maniobras conjuntas con Estados Unidos; han reafirmado viejos pactos y en dos ocasiones por lo menos (1998 y 2001) han expresado al Pentágono su decisión de participar en una fuerza común hacia Colombia.
* El diario Clarín de Buenos Aires (13 de agosto de 2002) informa que Estados Unidos analiza enviar tropas de elite a todo el mundo. Un plan que estudia el Jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, considera distintas alternativas para expandir el papel de la fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos en lo que llama campaña global contra el terrorismo. Proyectan perseguir y aun matar a terroristas incluso en países donde Washington no libra una guerra. En ediciones anteriores el mismo diario había informado que Estados Unidos asume el mayor gasto militar en veinte años. El presupuesto de Defensa para 2003 será de 355.400 millones de dólares, casi 35.000 millones más que el año anterior. Ese presupuesto ya aprobado por el Senado representa casi el 40 por ciento de los gastos totales del mundo en ese rubro.
* Una noticia procedente de Misiones, Argentina, fechada el 4 de junio pasado y citando como fuente a la Agencia de Información Frei Tito para América Latina, consigna que "de a poco, Estados Unidos está desembarcando con sus fuerzas militares en la Triple Frontera". Dos meses antes dicha provincia firmó un convenio con los Marines yanquis para hacer un monitoreo de enfermedades tropicales como el dengue. El comunicado informa también que en un Seminario internacional organizado por el Ministerio de Defensa de Paraguay y la Secretaría del Ambiente, por iniciativa y con el apoyo del Comando Sur de los Estados Unidos, realizado en el Yacht y Golf Club de Asunción, con participación de unas ochenta personas, más militares que civiles, de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile , Estados Unidos., Uruguay y Paraguay, "se acordó dar plena autorización para que el Comando Sur coopere activamente y dé asesoramiento en las funciones de seguridad, defensa y desarrollo en los seis países del Cono Sur, incluida la seguridad ambiental. Esa función sería desempeñada principalmente por el grupo de elite del ejército norteamericano conocido como Marines, cuerpo que tiene en Lima la delegación más importante de Sudamérica".
* El 31 de julio de 2002, una nota de Roberto Lopes para Jornal do Brasil -citado por la Agencia ANNCOL, señala que "Chile ya comenzó a estudiar la operación de tropas para combatir a la guerrilla colombiana". Treinta coroneles y tenientes coroneles de la Academia de Guerra chilena estudian realizar una operación en territorio colombiano. El texto citado informa además que "existe una expectativa en Santiago de que por lo menos otros cuatro países sudamericanos¨ (entre ellos Argentina, Uruguay y Perú ) integrarían una expedición militar de las Naciones Unidas".
* "Militares latinoamericanos se reunieron en Montevideo para recibir instrucciones de especialistas estadounidenses" consigna un mensaje de la Red Eco Uruguay del 16 de agosto de 2002. Montevideo fue sede de un Seminario, orientado por el Comando Sur de los Estados Unidos, del que participaron militares de Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay. El principal tema considerado fue el manejo y la relación de las fuerzas armadas con las poblaciones de sus respectivos países mediante los medios de comunicación. Contaron omo asesores a periodistas del Miami Herald.
Como decimos anteriormente, esta sucesión de hechos provoca una seria preocupación confirmando la existencia de una estrategia imperial que se aplica sin pausa contra nuestros pueblos. Pero no quisiéramos quedarnos en dicha comprobación. Entendemos que de lo que se trata es, a partir de la información y la comunicación, anudar los esfuerzos de resistencia y movilización, en pos de la segunda y definitiva independencia, lo que incluye la lucha contra la guerra, el Plan Colombia y la militarización del continente con la misma energía y unidad con que rechazamos el pago de la ilegítima deuda externa y enfrentamos el ALCA. Quisiéramos que todos y todas quienes se sientan convocados nos hagan llegar sus propuestas para trabajar juntos, ahora contra la realización de los proyectados ejercicios militares en Misiones, y para lograr por fin que se vayan para siempre de todos los países de nuestra Patria Grande no solamente los marines sino todos los representantes y socios del imperialismo.