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Argentina: La lucha continúa

7 de septiembre del 2002

Argentina: A dos meses de la masacre de Avellaneda
Vamos hacia el fuego como la mariposa

En la Calle
Tanto comunicadores de derecha como propagandistas de izquierda insisten en destacar la incompetencia y debilidad del gobierno del presidente Eduardo Duhalde para enfrentar la crisis de legitimidad política, la bancarrota económica y la miseria cultural que han sustituido la conducta social conocida por una suerte de reflejos de superviviencia en el que la vida cotiza por debajo de un crédito de trueque.
Sin embargo si algo han demostrado estos ocho meses duhaldistas es que mas allá de las pujas propias a la construcción de acuerdos, los grupos de poder actúan desde una identidad de clase muy clara que les permite, a pesar del escaso margen de maniobra, mantener su plan de ajuste y dominio permanente.
Duhalde es hoy la expresión presidencial de una trama de mafias que se apoderó del país, donde se cruzan negocios comerciales, policiales, financieros, industriales, militares, de comunicación en torno a las empresas privatizadas y los bancos (...) es el sistema de saqueo engendrado en 1976 y hegemónico desde los ´90
"El apriete financiero que no corta carreteras pero destroza presente y futuro de todos nosotros y nosotras, trabajadores y trabajadoras" era "interpretado desde el gobierno como una ley natural de la economía". Si en reiteradas ocasiones se ha dicho (y esto hasta el carapintada golpista Aldo Rico, intendente del municipio de San Miguel lo sostiene en cuanto programa de televisión es invitado) que este modelo "no cierra sin represión", el 26 de junio quedó al desnudo en ese planificado operativo de terrorismo de Estado que fue la masacre de puente Pueyrredon.
Casualidades del destino o agenda de negocios, en el exacto momento en que se desarrollaba la operación de exterminio de piqueteros en Avellaneda, un halcón de la administración norteamericana, el teniente coronel Oliver North estaba en Buenos Aires tras una breve visita clandestina de tres días a Montevideo. North mantuvo bajo control las organizaciones paramilitares integradas por uruguayos, argentinos y chilenos que actuaron en la represión ilegal en Centroamérica. Mas tarde, la actividad de los cuadros de la represión paramilitar fue "legalizada" mediante la creación de organizaciones de asesoramiento en seguridad o empresas dedicadas a ese servicio en Uruguay y Argentina, donde jugó un importante papel el ex agente de la CIA, John Battaglia. Precisamente Battaglia aparece como representante en Argentina de la empresa de seguridad Trident, de la que es propietario Oliver North, amigo íntimo de Otto Reich, designado por el presidente norteamericano George W. Bush como secretario adjunto para el hemisferio occidental y hombre número uno para América Latina.
Y como en materia de represión las casualidades tampoco existen, doce "boinas verdes", el grupo comando de élite estadounidense, compartió entrenamiento en Buenos Aires junto al GEOF, el grupo de operaciones especiales de la Policía Federal. Los "boinas verdes" son cinco mil hombres y fueron creados a principios de los ?60 por el presidente norteamericano John Kennedy, en el auge de la "Guerra Fría" (...) Tienen entrenamiento para llevar a cabo operaciones de guerra psicológica y contraterrorismo. Los doce que están en Buenos Aires pertenecen al grupo de boinas verdes dedicado al contraterrorismo y la toma de rehenes, llegaron en mayo y planeaban quedarse hasta el 20 de junio pero no se conoce la fecha exacta de su retirada ni los contenidos completos del programa de entrenamiento impartido a las fuerzas locales.
No podrá entonces tampoco ser considerado azar que el ministro de economía Lavagna haya renegociado los plazos de las obligaciones con los duros acreedores internacionales luego de conocida la noticia de la masacre ejemplar a los piqueteros y mientras aún se desarrollaba la espectacular operación de prensa para tergiversar los hechos, mentir y criminalizar a las víctimas.
En nuestra edición anterior de EN LA CALLE sostuvimos que el movimiento popular deberá, para sobrevivir, para arrancar reivindicaciones y para conquistar espacios sociales para sí "preservar sus logros y expandirlos". La participación consciente debía entonces imponerse por sobre la mocion-voto, que limitaba el enfrentamiento contra el capital a una serie de consignas abstractas y agotaba la experiencia transformadora desde abajo en una lucha por imponer slogans y fechas de movilización. En el carácter eminentemente burocrático de esta manera de repetir la vieja política debe buscarse gran parte de los obstáculos al desarrollo del movimiento de asambleas.
Al perder el barrio, el peronismo construye consensos cada vez con mayor violencia. A caballo del hambre, del chantaje de los planes de empleo, de las prebendas y promesas no ha perdido resortes de acción. Para la continuidad del sistema, para el gobierno del partido único del ajuste perpetuo, el candidato a presidente del establishment saldrá de las filas justicialistas. Si la feroz campaña de propaganda y la guerra de internas consigue imponer a Menem, con o sin fraude, por la simple mayoría de un puñado de seguidores, se abrirán aguas de fuego bajo los pies de la sociedad argentina. Un pueblo harto de postergaciones, que a saltos y golpes aprendió a cazar sueños dormidos no resignará su derecho a futuro, hoy rehén de los verdugos.
Pero los burgueses no cederán sus riquezas, ni siquiera un plato de arroz, sin resistencia armada. Nos han declarado guerra. Guerra muda de exterminio sustentada ideológicamente en los análisis del pentágono sobre conflictos de baja intensidad para América Latina y propalada desde los grandes medios de comunicación de masas.
Durante la última aparición de EN LA CALLE se produjo el crimen de Javier Barrionuevo. Juan Arredondo fue baleado en una manifestación por planes de empleo en Lanús. Luego las imágenes en vivo de la masacre de Avellaneda para escarmiento del pueblo. Y una semana después, minutos antes de la multitudinaria marcha en repudio a la masacre de Avellaneda, desconocidos abrieron fuego contra militantes de la CUBa en Remedios de Escalada (tambien Lanús) hiriendo gravemente a Luis Barrios. El asesino de Javier y el agresor de Juan están libres, de los sicarios que abrieron fuego contra Luis nada se sabe. Por el doble homicidio y los numerosos intentos de asesinato en Avellaneda son el pato de la boda dos chivos expiatorios.
En momentos en que nos disponíamos a marchar este 20 de julio (a siete meses del 20 de diciembre) desde el centro social donde militaba Petete hasta aquel en el que militó Dario Santillán, ambos en Monte Chingolo, Lanús, provincia de Buenos Aires, el cadáver de Poly, integrante de la CTD de Lanús, apareció con un disparo en la cabeza en la puerta del centro social del barrio. Con los métodos de las tres A y la incertidumbre como fondo de acompañamiento.
Pero condenados a desaparecer nos resistimos a morirnos. En ese querer seguir, la vida solo es vida cuando digna. Comedores infantiles, alfabetización, roperos comunitarios, hornos de barro para hacer pan, peñas de encuentro, huertas comunitarias, bibliotecas, cine debate, talleres de electricidad, bloqueras de autoconstrucción, confección de zapatos, alimentos, techo, centros asistenciales, decisiones desde abajo y sin un mango: resultados que se van edificando sin permiso del amo. Eso reprime el gobierno de empresarios cada vez que disuelve un corte de ruta y persigue a hombres, a mujeres y a chicos hasta el corazón de sus barrios.
El movimiento social viaja hacia el fuego como la mariposa. El fuego no es suyo, suyos son los vuelos. Y no puede menos, porque no se resigna a extinguirse en silencio. Aunque busquen eclipsar en sangre la osadía de desafiar el orden de un mundo injusto, paradójicamente la mano tendida de Dario socorriendo a Maximiliano es ese poema que rima con vivir.
DARIO SANTILLAN Y MAXIMILIANO KOSTEKI ¡SALUD! ¡PRESENTES!
Mano tendida al compañero, puño cerrado al enemigo