Las comunas avanzan en la integración
Intendentes de las dos provincias ya comenzaron a debatir medidas para la regulación de licitaciones
Son los primeros signos de la iniciativa planteada por los gobernadores Sobisch y Verani
Los vecinos de Viedma consideran que la idea es "deseable y necesaria"
Posición de la Iglesia

NEUQUEN.- Los intendentes de las ciudades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén tomaron la posta del proyecto de regionalización que acordaron, en junio último, los gobernadores de Neuquén, Jorge Sobisch, y de Río Negro, Pablo Verani.
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Desde General Roca, en Río Negro, hasta Cutral-Có, en Neuquén, los intendentes ya debaten temas muy concretos que apuntan a la integración.
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La estrategia en discusión consiste en modificar regulaciones locales que les permita unir esfuerzos en la licitación de obras, en la compra de alimentos para comedores escolares, en insumos y hasta prestar servicios de recolección de residuos y de transporte de pasajeros. "Nosotros ya estamos trabajando", dice a LA NACION Horacio Quiroga, el intendente de esta capital, un radical que llegó de la mano de la Alianza y piensa en la reelección, sin la ayuda de sus correligionarios, por medio de un partido vecinal.
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Quiroga, junto con los intendentes de la zona más poblada de la región, ya se reunieron en dos oportunidades para tratar estos temas, en el convencimiento de que la regionalización se construye desde abajo.
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Sobisch quiere acelerar los tiempos en su propia casa. El próximo martes convocó a todos los jefes comunales de Neuquén a una reunión en Villa El Chocón para analizar, entre otros temas, el de la regionalización.
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A pesar de que existen señales de buenas intenciones, el único proyecto de integración de provincias que hoy se debate en el país madura en tiempo bien argentino.
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Cuando los gobernadores Verani (UCR) y Sobisch (MPN) decidieron trabajar por la fusión, aquí se abrió una discusión que recorre toda la escala de grises.
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Mientras muchos intendentes respaldan el proyecto, otros no quieren saber nada. "Entiendo que hacer este tipo de movidas es peligroso y sirve a intereses que no son justamente nacionales. Si uno se informa un poco, descubre que hay intereses internacionales que pretenden hacer de la Patagonia un país", dice Rodolfo Canini, de la pequeña localidad de El Huecú, ubicada en el norte neuquino
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En la otra vereda se encuentra Pilar Gómez, la intendente de Plottier, del MPN, que sostiene que la idea es "excelente" porque integra y no disgrega. La mujer redobla la apuesta: opina que hay que pensar en una regionalización de toda la Patagonia.
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Eso mismo piensa el jefe de Gabinete de Neuquén, José Brillo, que habló con los intendentes del Alto Valle y les dijo claramente que Neuquén no sólo plantea la fusión de Neuquén y Río Negro sino que alienta la fusión de todas las provincias de la Patagonia.
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Debate ampliado
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En Viedma, donde Verani y Sobisch firmaron el 19 de junio último el convenio para motorizar el proyecto, los vecinos dieron a conocer un documento en el que sostienen que la regionalización es "deseable y necesaria", pero no comparten la idea de una "impuesta y engañosa fusión". En otras palabras, quieren integración, pero rechazan la unión de las provincias.
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El debate llegó hasta en la Universidad Nacional del Comahue. Cinco investigadores, el doctor en Historia Enrique Mases, la contadora Norma Noya, el sociólogo Demetrio Taranda y los geógrafos Julio Anguita y Gerardo De Jong, advirtieron, en el primer documento de una serie que piensan difundir, que si no se logran consensos sociales firmes, la regionalización puede generar "ingobernabilidad y fraccionamiento territorial".
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El obispo de Neuquén, Marcelo Melani, también hizo su contribución, pero puso el dedo en la llaga porque habló de unas de las contradicciones más palpables del proyecto. Recordó que Neuquén puso barreras laborales para los docentes de otras provincias. "Seamos coherentes y hagamos gestos que esta idea tiene también un sustento social", dijo el obispo.
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La idea de regionalización la reflotó Sobisch el 1° de mayo último, cuando inauguró un nuevo período de sesiones legislativas.
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Luego Neuquén salió a buscar la adhesión de su vecino, le propuso un acelerado calendario que incluía una plebiscito en 2003 y hasta una convocatoria a elecciones de convencionales constituyentes.
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Verani marcó otros tiempos. La regionalización, que para Sobisch era casi un hecho, quedó en una declaración de intenciones. Los gobernadores firmaron un acuerdo en el que se comprometieron a formar comisiones interprovinciales para discutir los temas relacionados con la integración, entre ellos el de una consulta popular, los jurídicos, sociales y económicos.
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Funcionarios de ambas provincias trabajan en documentos cuyos contenidos no se conocen y los avances son, por el momento, más de forma que de fondo. El dato más palpable de que la propuesta se cocina a fuego lento es el calendario para el plebiscito, un fin que era de corto plazo, pero no tiene fecha.
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Gerardo Bilardo
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Aspectos de la regionalización
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Se fusionarán Neuquén y Río Negro y otras provincias patagónicas.
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Se procurará consenso por una consulta popular.
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Se crearon comisiones para debatir temas jurídicos, económicos, sociales, de seguridad e institucionales.
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Se redefinirá el límite territorial de los municipios y se unificarán las políticas fiscales.
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Compartirán la planificación de los sistemas de salud y de educación para unificarlos.
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