A CLAUDIO POCHO LEPRATTI
A CLAUDIO POCHO LEPRATTI ASESINADO POR LA POLICIA DE REUTEMAN EL 19 DE DICIEMBRE DEL 2001 EN SU LUGAR DE TRABAJO (COMEDOR ESCOLAR DE LA CIUDAD DE ROSARIO) CUANDO RECLAMABA EL CESE DE LA REPRESION. POCHO VIVE LA LUCHA SIGUE
/ POCHormiga:
POCHO era y es una hormiga, pero una hormiga muy pero muy especial. Exploradora
y a la vez Obrera (altamente calificada), sin mencionar, por supuesto, las tareas
de organización interna de los hormigueros y las vinculadas con la capacitación
de nuevos líderes comunitarios.
En su trabajo de hormiga, localizó los cien lugares del Gran Rosario
y del Cordón Industrial donde está el alimento y los materiales
necesarios para la construcción del Hormiguero Nuevo, el Hormiguero Grande
que otros soñaron, una verdadera Patria donde Todas las hormigas sean
Hermanas.
Pocho exploraba y señalizaba los caminos que recorría para
que todas las hormigas honestas, dignas y luchadoras se fuesen encontrando,
compartiendo sus conocimientos, sus experiencias en la construcción,
sus fuerzas y todas las reservas que empezaron a guardar cuando el Rey de los
hormiguicidas pronunció aquello de que "Hay que pasar el invierno", (mientras
aplicaba el plan del invierno eterno).
- ¡El invierno eterno no existe, si despertamos se va!, andaba gritando
y predicando el Pocho con su Bicicleta. - ¡Podemos y debemos construir la Primavera!!!,
para eso usaba su garganta y su sangre esta Hormiga ciclista que pedaleaba y
pedaleaba bajo la lluvia, contra el viento, cagándose de frió,
de calor y de risa hasta llegar a la otra punta del camino, que, para él
era apenitas el inicio de otro y otro.
El "NOSOTROS" de Pocho era un nosotros mucho pero mucho mas grande que
el que podamos pensar y recorrer en auto o en tren. Era un nosotros como de
doscientos idiomas, mil religiones y millones de fiestas de cumpleaños
y pesebres. No se limitaba a las hormigas negras, rojas, cumbieras, tangueras,
grandes, medianas, pequeñas, diestras, zurdas, chuecas, NO, él
creía en un mundo construido por hormigas granito a granito, donde pudieran
vivir cómodamente caballos, grillos, perros, abejas, abogados, unicornios,
dentistas, elefantes blancos, psicólogos, pastores alemanes y de los
otros también. Y también tenía un plan secreto para Vegetarianizar
a los hermanos carnívoros e insectívoros, especialmente a los
osos hormigueros que con la excusa del neoliberalismo, el fin de la historia
y la cadena alimenticia colaboran con el exterminio de hormigas.
Pocho exploraba y señalizaba los caminos como decía, pero
mientras tanto hacia el trabajo de obrera transportando pesadas cargas en su
mochila que se vaciaba sólo para llenarse nuevamente con auténticos
productos regionales.
La mochila de POCHormiga era algo así como un muestrario de hojitas,
semillas, boletines, afiches, revistas, y convocatorias de decenas de organizaciones
de hormigas rebeldes y solidarias; y en un costado: mate, yerba, gomines, agenda,
parches, torta asada o frita, solución y algún paquete de fideos
(y una cebolla) pa improvisar un guiso.
Cada cosa que sacaba iba acompañada de una sintética, efectiva
y particular explicación sobre los autores, sus objetivos y su forma
de organización, y por supuesto alguna referencia a la necesidad de apoyar
y/o trabajar en conjunto. Breve y telegráfico era si, accidentalmente,
salía rodando la cebolla: "para el guiso" (y punto).
En un acto convocado por el Encuentro de hormigas en defensa de la salud
pública, frente al Vilela, (antes del asesinato de Pocho), una Hormiga
periodista nos contó que una hormiguita muy chiquita que acompañaba
a su mamá en el reclamo desesperado de comida, había recibido
como respuesta oficial una bala de goma en la pancita.
Plomo en lugar de alimento, plomo en lugar de caricias, cosquillas y
mimos. Nos habló de lo tremendo de este hecho por lo simbólico
y por cómo desnudaba la perversidad y la crueldad de los planes hormiguicidas.
Ignorábamos, en ese momento, que a las pocas horas, un 19 de diciembre
a las 18h, en la escuela de uno de los hormigueros más pobre de Rosario,
sucedería otro hecho cargado del mismo simbolismo.
Esta vez no fue en la panza, Pocho no reclamaba comida para él,
estaba usando su garganta como siempre, para predicar que el invierno eterno
es un verso, que podemos y debemos construir la primavera, y exigiendo a viva
voz a las hormigas que andan con armas y sin memoria, (las que visten uniformes
color azul mercenario que es el color más triste de todos) que dejasen
de matar y reprimir a quienes deberían estar defendiendo. La garganta
de Pocho era para eso, para intentar lo que para otros es imposible; y ahí
fue el disparo, no fue a la panza. A la pancita va cuando pedís comida,
cuando gritas por los otros va a la garganta.
Hoy pasé por una de las tantas asambleas de hormigas, siguen preocupadas
por hacerle entender a todas las otras especies cómo y quien era El Pocho,
buscan y buscan traducir con palabras y gestos tanto amor y compromiso, tratan
de encontrar algún sinónimo, algo que defina a ese flaco despeinado,
ex-seminarista, profesor de filosofía, cocinero-murguero-delegado-campamentero-catequista-organizador
de no se sabe cuantos grupos de hormigas.
Si bien sigue el debate (y seguirá), es una necesidad compartir lo que
se dijo y también lo que me pareció y quise escuchar:
"Pocho era el Taller de Alas de Colibríes que canta Silvio...era un horno
de pan,...era el principito,... parecía una carpa para dos personas pero
cuando lo conocías era un camping cincuenta estrellas,...era un despertador....un
multiplicador de panes y guisos,...un santo,...era como Cristo,... como el Che...un
amigo, un hermano, un compañero...el compañero,...era como un
padre,...era el mate cocido calentito para el alma,...el espejo para ver todo
lo que nos falta comprometernos... un quijote en bicicleta que no perdía
el tiempo con los molinos de viento,...era el chef guisero de la solidaridad
y la cebolla,...era el puente, el durazno y el país de benedetti pero
las tres cosas juntas, era la chata que te levanta en la ruta después
de hacer diez horas dedo,...era lavioladesantana, charangodejaime, violindepetecoydevechio,
bandoneondepichucopiazolayjuarez,..que se yo era todo eso y no se fue: lo fueron,
lo mataron, lo fusilaron, lo empalaron, lo crucificaron como al otro flaco que
nunca anduvo en bicicleta, los mismos de siempre, los mismos que asesinaron,
torturaron y desaparecieron a toda una generación de hormigas.
Y ahora andamos con el Pocho por las calles, cargándolo en las
pancartas junto a Juan, a Yanina, a Graciela y a todas las hormigas ejecutadas,
cargándolo en las pancartas porque se quedo sin sangre de tanto "hacer
el amor" como dice Barón.
Eso sí, no era de los que se van así nomás, no te
lo decía directamente, pero algo picando dejaba el muy guacho. En las
chapas del techo de la escuela donde lo crucificaron alguna Pocheada se mandó.
Seguro que esa mancha ahí arriba, el charco seco, es mucho más
que eso. Tal vez un mapa, un sueño, una flecha que señala por
donde va a llegar el fin del invierno o simplemente algunas tareas o notas de
viaje, pero seguro que algo dibujado, escrito o manchado dejo para todas las
hormigas que formaban ese nosotros hermosamente grande que él palpaba,
sentía y construía todos los días.
Una hormiga chaqueña, conocida en el ambiente masculino como Manolo
y en el femenino como Manuel Daniel, con mucho respeto y mucha mas ternura escribió
una nota que tituló: Pocho de Ludueña al Cielo. Y si lo dicen
los diarios, y lo dice Manolo así debe ser, ahí andará
Pocho desparramando nubes con su bicicleta, sacándose el gusto de organizar
campamentos, mateadas y guisos con todos los pibes que no llegaron a conocerlo
porque "se murieron" antes a causa de Gatillo fácil, hambre, enfermedades
curables, "suicidios carcelarios", bolsitas y submarinos, y otros tantos accidentes
del capitalismo.
El Tata Dios tendrá que bancarse andar esquivando los piolines
de las carpas y soportar celestialmente a la más maravillosa música
que es la murga ensayando hasta la madrugada, pero, a lo mejor, podrá
enterarse a través de Pocho (si previamente el Sup de allá arriba
compromete su apoyo irrestricto e incondicional a la causa) quien es el que
anda regalando botellas con un velero enorme adentro sin su permiso y quienes
son los que cuando todos duermen pintan en las paredes del cielo:
los Ángeles de Lata,
los Chicos del Pueblo
las luciérnagas,
las lucecitas,
los Juanes,
lasGracielas,
las Yaninas,
los Cañetes,
Los Perros,
Los Huesos,
los Ninguneados,
los Chuecos,
Los Lápices,
las Hormiguitas,
Los murguistas,, seguimos de pie y luchando".
Gustavo Martínez
ctoate@infovia.com.ar
NO OLVIDAMOS-NO PERDONAMOS-NO NOS RECONCILIAMOS
LA LUCHA SIGUE