MAS DE LA MITAD DE LA POBLACION
ES POBRE
Y LA CUARTA PARTE ES INDIGENTE
Hiperpobreza con hiperindigencia agregada
Por primera vez, el Indec publicó datos detallados de proporciones de
hogares y personas que viven en la pobreza o en la indigencia a lo largo y a
lo ancho del país, provincia por provincia, y confirmó lo que
ya se sospechaba: el fenómeno abarca a más de la mitad de las
personas (que habitan en los centros urbanos y es, en las provincias del norte,
mucho más grave de lo que se verifica en el área metropolitana,
la única sobre la que hasta ahora había estadísticas. Los
fríos números refieren que casi un 70 por ciento de las personas
que habitan en los centros urbanos en las provincias del Noreste viven en la
pobreza. Con un pico del 78 por ciento en Formosa, los indicadores de pobreza
en los tres restantes núcleos urbanos no le van en zaga: Gran Resistencia,
Posadas y Corrientes se alinean con proporción de pobres entre sus respectivas
poblaciones del 67 al 69 por ciento. El otro extremo está representado
por la ciudad de Buenos Aires y el extremo sur del país, con índices
de pobreza en la primera menor al 20 por ciento y del 27 y 30 por ciento en
Río Gallegos y en Ushuaia-Río Grande.
El Indec define como pobres a los hogares cuyos ingresos no alcanzan a satisfacer
un conjunto de necesidades consideradas esenciales (canasta básica de
alimentos más otros bienes y servicios no alimentarios, como vestimenta,
transporte, educación, salud, etc). El organismo juzga indigente, a su
vez, a los hogares cuyos ingresos no cubren siquiera una canasta de alimentos
capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas
y proteicas. Las estadísticas suministradas por el Indec muestran que
los niveles de pobreza e indigencia medidos por cantidad de personas son mayores
a los que se registran a partir de la cantidad de hogares. Ello se explica por
la mayor cantidad de miembros, en general, en los hogares pobres e indigentes.
En todo el país, los valores absolutos son que sobre 6,8 millones de
hogares existentes en centros urbanos, 2,8 millones viven por debajo de la línea
de pobreza y, entre estos últimos, 1,2 millones son hogares indigentes.
A su vez, de 23,5 millones de habitantes urbanos, 12,5 millones son pobres y
5,8 millones, entre ellos, son indigentes.
El estudio considera como canasta básica de alimentos para un adulto
las siguientes cantidades mensuales:
- 6 kg de pan, 420 gramos de galletitas saladas y 720 gramos de galletitas dulces;
- 630 gramos de arroz, 1,2 kg de harina, 1,3 kg de fideos;
- 7 kg de papa, 690 gramos de batata, 240 gramos de legumbres secas (lentejas,
porotos, arvejas), 3,9 kg de hortalizas (acelga, cebolla, lechuga, tomate, zanahoria
y zapallo), 4kg de frutas (banana,mandarina, manzana y naranja);
- 1,4 kg de azúcar, 240 gramos de dulces (de leche, batata y mermeladas);
- 6,3 kg de carnes (asado, carnaza, carne picada, cuadril, falda con hueso,
nalga, paleta, pollo);
- 630 gramos de huevos, 8 litros de leche y 270 gramos de queso;
- 1,2 litros de aceite mezcla, 4 litros de bebidas edulcoradas y 3,5 litros
de bebidas gaseosas sin edulcorar;
- 150 gramos de sal fina, 90 gramos de sal gruesa, 90 cl de vinagre, 60 gramos
de café, 60 gramos de té y 600 gramos de yerba.
Así, un hogar con cinco miembros, compuesto por un matrimonio y tres
hijos menores de seis años requeriría 3,36 veces dicha canasta
de alimentos (los alimentos requeridos por la esposa y los menores son proporcionalmente
menores al del adulto jefe de hogar).
En base a los precios relevados para cada región, el Indec determinó
que la canasta básica total por persona adulta costaba en el lugar más
caro, el área metropolitana, 193,77 pesos al mes de abril (651 pesos
para el grupo familiar de cinco miembros), mientras que la canasta básica
de alimentos costaba más cara en la Patagonia que en el resto del país,
con 84,62 pesos por adulto o 284,32 pesos para toda la familia. Juan Carlos
Del Bello, director del Indec, "para el total de la población del país,
que estimamos en 35 millones de personas, estaríamos hablando de 18,5
millones de pobres y de ellos, 8,7 millones son indigentes". Además,
según las proyecciones efectuadas por el organismo, siete de cada diez
niños vive en la pobreza y cuatro de ellos son indigentes.
Entre la medición de mayo pasado y la de octubre del año anterior,
5,2 millones de personas cayeron por debajo de la línea de la pobreza,
por un efecto combinado de aumento de los precios –que en el primer semestre
alcanzó al 30 por ciento–, caída nominal de salarios y el incremento
del desempleo, que pasó del 18,3 por ciento en la última medición
del año pasado al 21,5 en mayo. Incluso, de los que aún tienen
empleo, el 25 por ciento gana menos de 200 pesos, informó el Indec.
Analizando las distintas regiones, se observa una elevada proporción
de pobreza e indigencia en Concordia (Entre Ríos) con respecto al resto
de la zona pampeana. Con el 61 por ciento de hogares y 72 por ciento de la población
pobre, la ciudad entrerriana se ubica 20 puntos por encima de los indicadores
para toda la región.
Más marcada aún es la distancia entre los indicadores de la Ciudad
de Buenos Aires y los partidos del conurbano. La pobreza en la primera alcanza
al 13,4 por ciento de hogares y el 19,8 por ciento de personas, mostrando los
índices más bajos del país. En el conurbano, los indicadores
respectivos llegan al 48,1 y 59,2 por ciento, poco más de seis puntos
por encima de los promedios nacionales.
Conforme a la evolución de la pobreza entre octubre de 2001 y mayo último,
cada cuatro segundos se agregó un pobre a las estadísticas. Es
de suponer que desde mayo hasta la fecha siguió creciendo –aunque a un
ritmo mucho menor– el número de pobres, por efecto de la continuidad
en el aumento del precio de los alimentos y el congelamiento, en el mejor de
los casos, de los ingresos familiares. La cifra de 20 millones de pobres en
todo el país, en consecuencia, no debe estar tan lejos