LA FISCALIA
PIDIO EL PROCESAMIENTO
DE UN SARGENTO EN EL CASO PERALTA
El cerco se cierra sobre la policía Se trata de Miguel Angel Giménez,
jefe de calle del destacamento de El Jagüel. Fue acusado de haber participado
en el secuestro de Diego Peralta. El juez aún no decidió sobre
el pedido fiscal para que sea indagado. Si accede, el policía iría
preso en forma inmediata.
La madre de Diego Peralta y un familiar a la espera de novedades que se demoran
en la causa.
Por Carlos Rodríguez
En la causa por el secuestro y homicidio de Diego Peralta, la fiscalía
pidió que se le tome declaración indagatoria –como imputado– al
jefe de calle del destacamento El Jagüel, sargento Miguel Angel Giménez,
quien en el expediente fue señalado como uno de los tres policías
que habría intervenido en el hecho. La información fue dada a
conocer anoche a Página/12 por Adrián Tenca, abogado defensor
del único detenido hasta el momento, José Pablo García.
El letrado afirmó que el pedido, de ser aceptado por el juez de la causa,
Carlos Ferreiro Pella, significaría "la inmediata detención
del sargento Giménez". Según Tenca, que recién ayer
tuvo acceso a la lectura del expediente, hay tres testimonios –entre ellos el
de su defendido– que coinciden en señalar la presencia de policías,
entre ellos el propio Giménez, en el operativo durante el cual se produjo
el secuestro del joven Diego Peralta, el 5 de julio pasado en la localidad de
El Jagüel. Ayer, fuentes policiales confirmaron que el sargento Giménez
fue trasladado a una seccional de Lomas de Zamora.
"El pedido de la fiscalía figura en el expediente", aseguró
Tenca en diálogo con este diario. Esto contradice lo dicho el martes
por el jefe de la Bonaerense, Oscar Sobrado. El funcionario policial, si bien
dijo que se esperaban detenciones, aclaró que no le consta que "haya
policías involucrados" entre los sospechosos. Tenca informó
que a su defendido le hicieron "una prueba de voz" para confirmar
si fue él quien hizo tres llamados a la familia Peralta, supuestamente
solicitando dinero a cambio de información sobre el paradero del joven.
La pericia será realizada por la Gendarmería y sus resultados
se conocerán entre mañana y el lunes.
El abogado pedirá que se compare la voz de García con la que aparece
en los primeros nueve llamados recibidos por la familia Peralta, entre el 5
y el 19 de julio, "para saber si realmente tuvo que ver con el secuestro",
sostuvo Tenca. En esos llamados, los secuestradores, que inicialmente pedían
la exorbitante suma de 200 mil dólares, terminaron acordando el pago
de un rescate de 9000 pesos y 2000 dólares. La suma fue entregada por
la familia aunque el chico no fue liberado con vida como se había prometido
y apareció asesinado el 12 de agosto.
Tenca admitió que "hay un pedido de dinero a cambio de información"
en uno de los tres llamados recibidos por la familia el 2 de agosto, día
de la detención de García, a quien le adjudican esas comunicaciones,
hechas en todos los casos desde un teléfono público que se encuentra
cerca de El Jagüel. La única aclaración que hizo Tenca es
que "ahora, a través de la pericia de voz, tiene que determinarse
fehacientemente que García fue quien hizo esos llamados". El propio
García admitió que se comunicó con Luis Peralta, el padre
de Diego, pero afirmó que sólo ofreció darle información,
sin pedirle dinero alguno.
"Y en una de las comunicaciones recibidas por la familia –recalcó
el abogado defensor–, tal como consta en el expediente, la persona que llama
le dice a Luis Peralta que el que sabe donde está Diego es el sargento
Giménez", jefe de calle del Destacamento de El Jagüel. Eso
contradice las declaraciones públicas de Luis Peralta, quien dijo que
ignoraba la existencia de una imputación contra algún policía.
Una fuente judicial le dijo a este diario que el nombre del sargento Miguel
Angel Giménez figura en las primeras fojas del expediente, porque fue
introducido en una declaración de Luis Peralta. El papá de Diego
les había comentado a los investigadores que en una ocasión Giménez
le preguntó si la familia había cobrado "un juicio o una
herencia". Por esa mención fue citado a declarar, pero sólo
como testigo y no como imputado, el sargento sospechoso, como ya informó
Página/12. La versión sobre esa supuesta herencia habría
sido la que llevó a los secuestradores a pedir el descabellado rescate
de 200 mil dólares.
En la causa, como adelantó este diario, tanto García como el remisero
Fermín Amarilla, que llevaba a Diego al colegio privado El Jagüel
en el momento en el que se produjo el hecho, declararon que el secuestro fuerealizado
por dos policías uniformados que parecían realizar un operativo
de control de tránsito. Hay un tercer testimonio, el de una mujer llamada
María Rosa, que también vio a los dos policías que llevaban
"uniformes y chalecos antibala". Según consta en el expediente,
Giménez habría estado en el interior de un coche blanco, como
supervisando el operativo que hacían tres hombres que se movilizaban
en un Senda rojo.
Dos de ellos eran los uniformados y un tercero esperaba al volante del auto.
Según la declaración del detenido García, en el auto blanco,
además de Giménez, estaban dos jóvenes considerados en
el barrio como "chorritos que trabajan para la policía". Siempre
según García, los tres civiles que estaban presentes, junto con
los tres policías, son conocidos como "Chino", "Peluca"
y "Marcelo". Más allá de algunos datos sólo aportados
por el único detenido, su relato es coincidente en general con el del
remisero Amarilla y la testigo María Rosa, la mujer que fue vista en
el lugar del secuestro cuando pasaba en una bicicleta playera de color azul.
Por todas las constancias que hay en la causa, el fiscal Carlos Daneri pidió,
la semana pasada, que se le tome declaración indagatoria al sargento
Giménez. El pedido todavía no fue resuelto por el juez Ferreiro
Pella, a cargo de una causa que avanza muy lentamente. Eso es así desde
el comienzo: el remisero Amarilla, testigo de los hechos del 5 de julio, fue
llevado al juzgado a declarar un mes después, el 6 de agosto.