Dura carta de evangelistas argentinos a Paul O ‘Neill
De Agencia Ecupres, Argenpress.info
Con motivo de la visita de Paul O’Neill, Secretario del Tesoro de los Estados
Unidos de América, el Consejo Nacional Cristiano Evangélico (CNCE)
le solicitó una entrevista, al no serles concedida el CNCE le envió
una carta exponiendo su posición ante la situación Argentina y
que hizo pública el 6 de agosto pasado.
La misiva, titulada "La Crisis Argentina, Un llamado del Consejo Nacional Cristiano
Evangélico (CNCE) al Gobierno de los Estados Unidos" explicita que la
crisis socioeconómica y política argentina "ha sido un asunto
de profunda preocupación para la comunidad evangélica" y hecha
pública en varios documentos y declaraciones, entre los cuales se destacan:
"Mensaje a la Nación Argentina", del 11 de septiembre de 1999, "Dios
quiere una Nación diferente", del 15 de septiembre de 2001, "La crisis
argentina: diagnóstico y propuestas", del 23 de febrero de 2002 y "Declaración
del Encuentro Pastoral para la evangelización de la Nación", del
12 de abril de 2002.
"Sobre la base de una cuidadosa consideración de los hechos" el CNCE
realiza varias afirmaciones. Al referirse al "hambre" que "siega diariamente
la vida de un promedio de cien niños", que afecta "a más de dieciocho
millones de habitantes que viven bajo la línea de la pobreza" incluidos
"seis millones de indigentes", la consideran como "una verdadera afrenta al
Creador" y una vergüenza para un país fue el "granero del mundo"
pero que "es sólo una muestra de la situación que aflige a todo
el continente latinoamericano" en el que "el hambre y la marginación
afectan a más de doscientos millones de personas" de los cuales un alto
porcentaje son niños.
En cuanto a la "responsabilidad" por esa situación del país el
CNCE considera que la mayor parte es de las clases dirigentes "que a su vez
son la expresión de una sociedad en la cual está instalada la
corrupción en todos los niveles" que pone en evidencia una triste ausencia
de valores éticos y una constante búsqueda del bienestar material
individual en la que se hace caso omiso del bien común", causa principal
de la creciente brecha entre ricos y pobres que "crece y está presente
en todo el mundo, como lo demuestran los recientes escándalos de las
empresas ENRON, Xerox, MCI World Com, Arthur Andersen y otras".
Sobre la corrupción interna el CNCE afirma que "es exacerbada por la
corrupción del sistema económico global" denunciando "una trágica
complicidad entre empresas multinacionales y organismos financieros internacionales,
por un lado, y los gobernantes argentinos, por otro lado".
Sobre ese punto se recuerda que la forma en que se privatizaron las empresas
públicas tiene "el origen espurio de gran parte de la deuda externa y
el cobro de intereses desmedidos en los servicios de dicha deuda, son el ejemplo
más elocuente del círculo perverso de la corrupción entre
empresas multinacionales, organismos financieros internacionales y políticos
locales".
La actualidad de Argentina -"junto a muchos otros países"- el CNCE la
considera como consecuencia "de sus propios errores" pero sobre todo por "la
opresión económica y política que ejerce Estados Unidos
en aras de un dominio imperial sin paralelo en la historia humana" colocando
como ejemplo la nueva fórmula propuesta por el Council of Foreign Relations,
de canje de la deuda externa por territorio y el juego siniestro de exigencias
cambiantes del FMI que corroboran las afirmaciones de Joseph Stiglitz de ser
"una curiosa mezcla de ideología y mala economía diseñada
para velar por intereses creados".
Desde estas afirmaciones el CNCE le dice al Secretario del Tesoro de los Estados
Unidos de América que ellos saben "que una gran parte de la solución
de los problemas de nuestro país está en manos de los argentinos"
bajo la "responsabilidad (de) construir una nación justa y soberana donde
la riqueza se reparta con equidad y la preocupación por el bien común
sea el desvelo de quienes gobiernan".
Pero el CNCE avanza para expresarle al emisario del gobierno de EE.UU. que "dadas
las consecuencias funestas de políticas implementadas o alentadas por
vuestro país" el CNCE solicita que "el gobierno de los Estados Unidos
abra su economía y cese en las prácticas proteccionistas" porque
"es una hipocresía hablar de "libre comercio" y subsidiar con U$S 180
billones a las corporaciones agrícolas haciendo posible el "dumping"
masivo de sus productos".
Además el CNCE pide que "Estados Unidos detenga su escalada belicista
en la región" y que "Rechazamos el proyecto de instalación de
bases militares estadounidenses en Argentina como las asociadas al Plan Colombia
o al Plan Puebla-Panamá" considerando que el incremento del militarismo
"está directamente vinculado a la estrategia recomendada por el National
Security Council (1999) que auspicia el uso de la fuerza militar y hacer todo
lo necesario para derribar las barreras comerciales en el extranjero y defender
sus intereses".
También se le pide al gobierno de los Estados Unidos que "use todo su
poder político y económico para el desarrollo de políticas
que verdaderamente estén dirigidas al bien común y pongan al ser
humano en el centro de su interés" y que "Como cristianos no podemos
dejar de expresar nuestra perplejidad ante el presupuesto militar recientemente
aprobado en vuestro país" porque en medio de la crisis económica
mundial "destinar mas de U$S 330 billones a la industria de la muerte es uno
de los actos criminales más horrendos de la historia de la
humanidad".
Finaliza la carta expresándole a Paul O'Neill que "Las verdaderas causas
Ud. las conoce bien. Ud. está en una posición clave y es parte
del gobierno más poderoso que hay sobre la tierra" y que "Muchos en su
gobierno, incluyendo el Sr. Presidente Bush, se dicen cristianos" por lo que
"Apelamos a vuestra capacidad humana, a vuestro poder y a vuestra fe para que
cambien de actitud y tomen la decisión de trabajar por la justicia y
la paz de toda la humanidad, única fuente de la verdadera prosperidad".
La carta del CNCE está firmada por los pastores Emilio N. Monti, Presidente
de FAIE, Roberto Prieto, Presidente de FECEP y Rubén Proietti, Presidente
de FACIERA, dirigentes de las tres entidades evangélicas argentinas que
constituyen el CNCE