ERIC DOMERGUE - BUENOS AIRES, AFP

Hace 25 años, en medio de la noche de terror y persecución impuesta por la última dictadura militar en Argentina (1976-83), un comando a cargo del capitán Alfredo Astiz secuestraba a dos monjas francesas y a un puñado de padres que buscaban a sus hijos desaparecidos.
Sor Alice Domón fue secuestrada el 8 de diciembre de 1977, en la porteña iglesia Santa Cruz, al ser entregada cual Judas por Astiz que, semanas antes, se había infiltrado en el movimiento de Madres de Plaza de Mayo bajo el seudónimo de Gustavo Niño.
Junto a ella, en medio de la noche, autos policiales sin identificación se llevaban a una decena de familiares, víctimas de los mismos victimarios de los hijos que ellos buscaban.
Dos días después, el 10 de diciembre, era llevada otra monja francesa, Sor Léonie Duquet, de la parroquia donde residía.
Ninguno de los secuestrados volvería y nunca el gobierno de facto informaría sobre su paradero, aunque testimonios coincidentes señalan su paso por la temible Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionaba el principal campo de concentración del régimen. *