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Argentina: La lucha continúa

Proyecto de la UIA de reforma laboral.

Bajo el manto de reconstruir el tejido industrial y las inversiones de capital se avanza sobre las condiciones de trabajo, el salario y los derechos sindicales de los trabajadores.
Las alianzas políticas y movilizativas entre patronales y sindicatos para sostener los puestos de trabajo y lograr la apertura de fuentes laborales, han quedado públicamente cuestionados en una nota del diario pagina 12 del domingo 21 de Octubre, tal cual de nuestra parte lo habíamos hecho meses atrás, ante la movilización del gremio metalúrgico, junto a las patronales del mismo sector por los objetivos señalados.
En aquél análisis apuntábamos a que era un error atribuir la causa de la brutal desocupación Argentina, solamente a la ofensiva imperialista y que se hacía necesario observar, además, que otro hecho fundamental estaba tipificado por la adaptación de los capitalistas criollos a la ofensiva del capital financiero y el carácter profundamente antiobrero de la burguesía argentina, en todas las variantes y dimensiones. Llevando a cabo una línea contra los trabajadores, sobre el salario, las condiciones de trabajo y la ocupación.
En la nota de pagina 12,del domingo 21 de Octubre, el periodista David Cufré hace conocer el texto de un proyecto de Reformas laborales, para la pequeña y mediana industria, presentado por la UIA que se titula "Dureza sin precedentes en un proyecto laboral de la UIA". Con el increíble subtítulo "solo olvidaron abolir el salario" el periodista desgrana, una a una, las líneas del proyecto: "En las pequeñas empresas, no existirá representante sindical de los trabajadores".
Aparece luego la noticia que las patronales llamadas equivocadamente por muchos sectores políticos y sindicales"progresistas" y "nacionales" se proponen extender el período de prueba aumentándolo "de 6 meses a un año", aclarando que, "durante ese lapso se podrá extinguir la relación laboral, sin expresión de causa y sin generar derecho a indemnización alguna". Más adelante, se golpea duro contra el monto de la indemnización por despido, por la que solo se podrá cobrar: "como máximo una indemnización igual a tres sueldos, sin importar la cantidad de años de servicio que haya prestado en la empresa". Contra toda lógica, violando abiertamente derechos adquiridos, si los trabajadores no voltean pronto, con su lucha, semejante proyecto elaborado por la "antiimperialista" UIA, afirma la nota que: " ese artículo será aplicable a todos los trabajadores, aún cuando hubiesen ingresado con anterioridad al dictado de la presente ley".
Nos preguntamos:¿qué motivación puede tener esta ley en un país en que la crisis capitalista ha llevado a la parálisis? ¿Solo defensivo? O sea las pequeñas y medianas industrias, "las progresistas Pymes", ante el ataque imperialista y del capital financiero, solo tienden a no caer en el precipicio, apelando a sacar desquite momentáneo contra el trabajo.
En tiempos no lejanos y sin embargo próximos, la entidad fabril y las organizaciones sindicales de la burocracia, impulsaban un pacto entre la producción y el trabajo como eje de la salida de la crisis y de "la nación a reconstruir".Pacto que era y es seguido desde la política por planteos takes comu "unidad nacional" o "movimiento nacional y popular". En cambio, ahora, para soportar la crisis, guerra a muerte contra los trabajadores para sobrevivir a la ofensiva imperialista.
Pero hay que ver que no es apenas defensivo el proyecto, lo cual no le quita nada de feroz, al tratar de apretar el cuello del obrero nada más que en el momento de la crisis. Es un proyecto preparando a futuro para una salida ilusa de la crisis argentina en el medio de un mar de desaceleración y freno de la economía mundial. O sea preparar épocas de nuevas inversiones, aún en el medio de la crisis mundial. Leyes para la propuesta de producción y acumulación capitalista en argentina dirigida a las inversiones nacionales y a los capitalistas extranjeros que buscan rumbos de ventajas adicionales, en este caso el salario y las condiciones de trabajo indisimuladamente a favor de las empresas.
Apelando a fondo a la lucha contra el trabajo y encauzando las luchas actuales, hacia una salida de recomposición del régimen político vía elecciones y candidatos que generen expectativas en las masas con una nueva propuesta del capital.
Más allá de la crisis mundial y la parálisis de la economía en el mundo, piensan que la crisis argentina por las consecuencias políticas de la falta de estrategia y organización revolucionaria de las masas, no les impidirá que los capitalistas argentinos puedan avanzar desde donde ya han desembocado en la actualidad: condiciones relativamente favorables para una salida de la crisis, por supuesto altamente inestable, pero salida al fin. Con radicación de nuevos capitales pequeños y medianos para un avance de la producción tendiente a cubrir sustitución de importaciones y algunas exportaciones que han logrado cierta competitividad; por las razones antes apuntadas, que implican ventajas comerciales con otros países.
La razón es sencilla: pese a la inestabilidad política del gobierno y el crecimiento de las luchas posteriores al 19 y 20 de diciembre y aunque la recuperación de los capitalistas no está firme, porque la bronca y las respuestas de las masas prosiguen sin pausa, si bien carente de objetivos estratégicos de los explotados, lo cierto es, que la baja drástica del salario, con la devaluación y el papel de los planes de Jefas y Jefes de familia, apoyados por todas las organizaciones sindicales y de desocupados, por los cuales los capitalistas consiguen incorporar obreros por un poco más de 30 dólares efectivo inmediato por salario, abren un camino de inversiones sin altos riesgos económicos ahora sostenidos por la leyes Pymes, muchos más antiobreras que las votadas meses atrás bajo el monitoreo de las empresas privatizadas. Es importante para salir del pensamiento que las empresas más chicas son favorables e incluso aliadas de los trabajadores; ver que las leyes de las pequeñas y medianas industrias así como hacen de nueva iniciativa para la producción capitalista paralizada por la concentración del capital son vanguardia y banco de prueba en nuevas formas de flexibilización laboral y ahora en su imposición basada en el argumento que con las pequeñas empresas se reconstruye el tejido industrial del país.
Por eso en las crisis, cuando no pueden ser contrarrestadas y resueltas con la revolución antiimperialista, anticapitalista y socialista, porque faltan los instrumentos políticos, concientes y organizados para esa salida, se convierten las crisis mismas, junto con la imposición de la ofensiva contra el trabajo (ensanchando lo límites de la dominación capitalista) en instrumento que reaviva el fuego de la producción y la acumulación. Sería, en este caso, una puesta a prueba más de una experiencia varias veces repetida en el mundo y Latinoamérica: la recomposición de un equilibrio inestable por la ausencia de una perspectiva revolucionaria de las masas y la vanguardia. En nuestro país, la gran cantidad de desocupados que conforman un inmenso deposito de reservas para el capital, similar a un deposito de insumos, o de gas oil para las maquinarias, no actuaría, en estas condiciones, como factor de inestabilidad sino de recomposición productiva sobre la base de una mayor plusvalía absoluta y relativa, confeccionada legalmente ahora, esta última, por el proyecto de reforma laboral de la UIA para pequeñas y medianas empresas.
Lo que acabamos de plantear no lo hacemos porque, es seguro va a suceder, sino para entender la peligrosidad de dejar pasar la oportunidad de la crisis, aún no recompuesta, para llevar a fondo los objetivos revolucionarios y sus instrumentos concientes organizativos y políticos, al margen y por fuera del sistema y sus desvíos parlamentarios y electoralistas, donde triunfarán los nuevos escuderos de la industrialización: Rodríguez Saa y Kirchner, muy cerca del ALCA y Elisa Carrio, tras el capital europeo y el Mercosur.
Imposible, no señalar la responsabilidad que cabe a los sectores de la vanguardia que, influidos por el espontaneismo militante, se dedicaron a desarrollar sin vínculo con la necesidad de organizaciones revolucionarias, organizaciones sociales que trataron de transformar en la única respuesta de las masas a la ofensiva del capital, con su secuela de movimientismo y rechazo a las propuestas políticas revolucionarias, por deterministas y pasadas de moda.
También es imposible no señalar el rol que en el avance del capital contra el trabajo tienen los planteos de los que introducidos en la caída de los estados obreros a principios de la década pasada, dejaron de lado la organización revolucionaria y los planteos estratégicos, volcándose al electoralismo, el pacifismo, el intelectualismo estéril o a formulaciones antiimperialistas sin vínculo con la explotación capitalista.
Osvaldo González.