¿Otro caso Carrasco?
Denuncia penal por la muerte del cadete del Ejército
Graciela Cazanave, la madre del cadete que murió tres días
después de salir de baja del Ejército, presentó la denuncia
ante la justicia penal. Dijo que un médico forense certificó que
su hijo murió por el maltrato recibido.
La madre del cadete pampeano Segundo Cazanave, después de presentar formalmente
este mediodía la denuncia ante la justicia penal, dijo que su hijo fue
"torturado" y que un médico forense certificó que su muerte fue
por el maltrato que recibió en la Escuela de Suboficiales General Lemos,
donde cursaba el primer año.
En declaraciones a la prensa, Graciela de Cazanave confirmó lo adelantado
por Clarín al sostener que a su hijo "lo maltrataban los compañeros
de tercer año y algunos de segundo, que lo tenían de punto". Además,
Cazanave pidió que el jefe del Ejército, teniente general Ricardo
Brinzoni, entre otros, sea condenado a prisión perpetua por la muerte
de su hijo.
Silvia Graciela Pereyra de Cazanave realizó el reclamo ante el juez de
instrucción porteño Eduardo Moumdjián, a quien sus abogados
le solicitaron este mediodía que remita el expediente a la justicia federal
por estar involucrados en el hecho funcionarios nacionales.
Patrocinada por los abogados Eduardo Barcesat y Mirta Mantarás, y acompañada
por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la mujer presentó
ante el magistrado un escrito de una decena y media de carillas en el que asentó
el pedido para que el expediente cambie de fuero.
En la misma presentación, la mujer atribuyó responsabilidades
de lo ocurrido al director de la Escuela, coronel Ricardo Sarobe, y a los oficiales
y suboficiales a cargo de la Subunidad de Aspirantes de Primer Año.
En el escrito se deja constancia de que "se ejercita la acción civil,
la que es dirigida contra el Estado Nacional, Poder Ejecutivo, Ministerio de
Defensa y Ejército Argentino", a quienes pide que "se los condene al
pago de la indemnización de daños y perjuicios, lucro cesante,
daño moral y psicológico".
Los abogados recordaron ante el magistrado que "el cadete fue hallado muerto
el 28 de mayo último, en el departamento de Federico Lacroze 4136", que
le prestaba su tutor, Guillermo Pérsico, para que use los fines de semana.
El 20 de mayo último, se reseña en el escrito, "la víctima,
que no podía seguir soportando los tormentos físicos a que era
sometido por sus superiores" pidió ser "dado de baja", por lo que al
día siguiente se presentó en el Hospital Militar de Campo de Mayo
"para cumplir con la revisación obligatoria previo a que se de curso"
a su pedido.
"En lugar de procederse a su internación y tratamiento hasta ser repuesto
totalmente, se le autorizó la baja, dejándolo librado a su suerte,
que es decir la muerte, por abandono y omisión de asistencia a quien
había sido víctima de insoportables tormentos físicos",
se afirma en la presentación judicial.
Los letrados añadieron que, en los sumarios internos realizados, los
aspirantes de tercer año habían reconocido que lo "bailaban",
ya que "lo habían tomado como punto". El maltrato, según lo investigado,
incluía además de las exigencias físicas "humillaciones
morales, insultos y extorsiones económicas para dejarlo tranquilo".
"Es, en su lecho de muerte, el testigo silencioso que denuncia el suplicio a
que ha sido sometido. Ese cuerpo, quebrantado, es la denuncia de las vejaciones
y humillaciones por las que fuere victimizado", se sostiene en la presentación
ante Moumdjián.
La madre del joven advirtió: "Tal vez esta vida quitada pueda impedir
otras muertes, modificar las prácticas de los bárbaros, humanizar
la metodología de las bestias. Ese es mí deseo". Y reclamó
además castigo para "los autores de escritorio y materiales que llevaron
a mi hijo a la muerte" y quienes "urdieron y toleran el barbarismo de las prácticas
de tormento del cuerpo y alma, como los que disponen la ejecución de
las vejaciones a conciencia del quiebre de salud y moral que habrán de
producir".
Finalmente, la mujer denuncia la existencia de una "obediencia debida a las
reglas no escritas, al espíritu de cuerpo que lleva a encubrir con tal
de no ser considerado delator o buchón".