Las Fuerzas Armadas en escena
La memoria duerme y el miedo de no haber entendido la historia
despierta
Olvidar es seguramente una forma de eliminar la identidad. No recordar ni reflexionar
sobre los errores del pasado es estar condenado, casi seguramente, al fracaso.
Los hombres construyen su presente y su futuro sin despojarse de lo que fueron,
de sus vivencias y de sus recuerdos. Tal vez una de las peores calamidades que
un ser humano pueda sufrir sea la perdida de su historia. El sufrimiento, la
incertidumbre y la angustia se convertirían en los sentimientos permanentes.
De la misma manera una Nación debe comprender su historia para construir
su futuro.
Hoy las fuerzas armadas plantean la posibilidad de auspiciar como institución
de "contención social". La semana pasada Horacio Jaunarena, lanzó
la idea de crear un "servicio social obligatorio" para los jóvenes de
entre 18 y 19 años, controlado por las Fuerzas Armadas y para ayudar
"solidariamente en la salud, la educación o la construcción";
el jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni, feliz del anuncio, propuso
"revitalizar" directamente el servicio militar obligatorio, aunque con "características
diferentes a las del pasado".
Citando a Juan de Wandelaer: "Las Fuerzas Armadas son socialmente inútiles.
Lo saben, e intentan por varios medios remediar esta situación: repartir
comida, educar, intervenir en catástrofes naturales... Son tareas que
corresponden a ámbitos civiles"*
Escalofriante es recordar:
Durante el ´76 y el ´83 las aguas del Río de la Plata se tiñeron
de rojo con la sangre de hombres y mujeres que sostenían ideas y valores
opuestos a los del gobierno de facto. Las gargantas se desgarraron de pánico
y sufrimiento, de sangre y dolor. Por todo el país miles y miles de personas
fueron perseguidas como cucarachas y exterminadas de la misma forma: el plan
sistemático de exterminio masivo mas macabro que la Argentina habría
vivido jamás.
El pasado domingo 20, en pagina 12, un documento revelo que más de la
mitad de los cuadros del Ejército piensa que el golpe fue justificado
y sólo una muy pequeña minoría lo ve como un error histórico.
El 40 por ciento niega o no está seguro de que hubo abusos contra los
derechos humanos. Un veinte por ciento cree que hay sistemas de gobierno mejores
que la democracia.
Mientras tanto, en la pantalla chica, el hecho corre como un suceso más,
como una noticia que pueda caer bien o no, pero que es algo lógico. Es
tan volátil la memoria de la tv que, casi simultáneamente, olvida
la muerte de un cadete del liceo militar, tres días después de
haberse dado de baja del Ejercito. Un chico que en manos de sus superiores,
quienes lo habrían querido "educar y contener" encontró el final
de sus días.
Si ni siquiera se permite en este país vendito analizar los hechos de
hoy, la posibilidad de recorrer la historia y reflexionarla resulta, en el mejor
de los casos, un trabajo muy difícil.
Cuando el modelo fracasa, para poder reprimir, la excusa es educar. Cuando la
represión no debe llamarse como tal, las FFAA le buscan nombres tales
como "contención" o "ayuda social". Cuando la memoria duerme el miedo
estremece.
Leonardo Farías
Agencia ConoSur
Fuentes: Pagina 12, Clarín, ConoSur inf. 19
* Cita: Juan De Wandelaer, Domingo 20 de Octubre, pagina 12