El juicio a Diego Quintero y Carlos Bertola, en su punto culminante
Tras cuatro días de audiencias en el Tribunal Nº 5 de Comodoro Py 2002 en Retiro, Capital Federal Argentina, la fiscalía no encuentra ninguna prueba que justifique la detención de los dos militantes populares. Fotos del Che, un pañuelo blanco de las Madres y volantes de HIJOS son las únicas evidencias para mantener en prisión a Bertola y Quintero. Más allá de Diego y de Carlos, es la militancia social la que está sentada en el banquillo de los acusados. Se espera una importante movilización para el próximo viernes, cuando reanude el Juicio Oral y Público.
El día jueves 24 de octubre comenzó en los Tribunales de Comodoro Py el juicio a Diego Quintero y Carlos Bertola. Más oral que público, durante la primera jornada del juicio las Madres de Plaza de Mayo fueron impedidas de ingresar a la sala, a pesar de que tenían reservados sus lugares en el salón del Tribunal. "No se puede entrar con símbolos políticos", recitó a las Madres un "tipo de traje y corbata" –según señaló Hebe de Bonafini-. "Pero nosotras no nos sacamos el pañuelo nunca, porque es el único símbolo de justicia. Nosotras no entramos, pero estuvimos", afirmó la presidenta de las Madres ese mismo jueves, al término de la habitual marcha en Plaza de Mayo.
Tras las primeras cuatro jornadas de juicio, se pudo apreciar que los testigos propuestos por la Fiscalía no aportaron nuevos elementos que comprometan a mayor grado la situación judicial de los compañeros. Las argumentaciones de los testigos del fiscal apuntaron a demostrar la "intencionalidad" por parte de Quintero y Bertola en la explosión; sin embargo las contradicciones entre los dichos de unos y otros conspiraron contra sus propios testimonios. Además de gruesas diferencias entre las declaraciones actuales y las de los días cercanos al hecho investigado, de los testimonios brindados ante el Tribunal surge que la Secretaría de Inteligencia del Estado intervino, aunque en forma encubierta, en la etapa de instrucción.
También, de los dichos de los mismos policías que actuaron en los allanamientos ordenados en aquellos días de abril de 2001, se desprende que los oficiales buscaban material ideológico, de acuerdo "con lo pedido en la orden de allanamiento". Más explícitamente, el policía Enzo Gentile, quien requisó la casa de Bertola, reconoció que "seleccioné fotos, folletos y todo lo que estaba vinculado a la ideología".
Además de parafina, nafta y tuercas, que "en nada tienen que ver con lo que explotó en el auto" –según lo reconoció el perito de la Policía Federal, de la División Brigada de Explosivos-, el material entregado públicamente como prueba acusatoria estaba compuesto por afiches del Che, de Santucho, volantes de HIJOS, una gorrita del MST y hasta un pañuelo de las Madres. Esta aberración jurídica demuestra hasta qué punto el Tribunal presta acuerdo a la política oficial de criminalizar las luchas populares y de culpar ante la institución judicial a todo aquel que resista el actual sistema de hambre, desocupación e impunidad para los asesinos y explotadores del pueblo.
No obstante la presentación de los testigos que refuerzan la hipótesis incriminatoria por parte de la fiscalía, la defensa propuso sus propios declarantes. Entre ellos, Patricio Echegaray, y próximamente Luis Zamora y una representante de las Madres de Plaza de Mayo, quienes testificarán acerca de la militancia social y pro derechos humanos de los acusados.
Ante la evidente intencionalidad política que se esconde tras el proceso, el masivo acompañamiento de las organizaciones piqueteras, las asambleas barriales, los partidos políticos, los organismos de derechos humanos, la Asociación Madres de Plaza de Mayo, miembros de la agrupación HIJOS., más los familiares y amigos de Diego y de Carlos, fortaleció el ánimo de los compañeros y demostró al Tribunal que los luchadores populares no están solos.
Resulta indispensable subrayar la importancia que en este punto adquiere la movilización frente a los Tribunales. Es trascendente que los compañeros injustamente encarcelados sientan el abrazo solidario de las organizaciones populares y que también lo adviertan sus carceleros. Los jueces Di Renzi, Codo y Madueño deben escuchar el reclamo del pueblo y no convalidar en el juicio las arbitrariedades cometidas durante la etapa de instrucción a cargo de Canicoba Corral.
El próximo viernes ( 1/11/2002) a las 9 de la mañana, cuando reinicien las audiencias, se anuncia la presencia de cientos de compañeros frente a los despachos de Comodoro Py, en reclamo de la libertad de Quintero y Bertola. Los convocantes saben que si ellos son condenados, será el pueblo entero el que habrá retrocedido en su justo anhelo de justicia, libertad y dignidad para vivir.