Luego de la caída del convenio "UTE Público-Privado" (reapertura del Julio Corzo con fondos del PAMI), y del fracaso de la Disposición 3370 (privatización del servicio de ambulancias propio), se ha generado un sospechoso silencio institucional, que ha diferencia del viejo proverbio hospitalario que reza "El silencio es salud", aquí en PAMI preanuncia algún nuevo intento privatista por parte de la intervención y las mafias sindicales.
Los trabajadores continuamos sin que se nos devuelva nuestro 13%, con promesas que van y vienen con versiones de toda índole sobre el tema, soportando pésimas condiciones de trabajo, faltante de insumos, en fin, estamos en presencia de un moribundo al cual el gobierno quiere liquidar cueste lo que cueste.
Este es el mandato imperativo que le ha dictado el FMI, la banca usurera, es la política genocida que beneficiará a los grandes pulpos sanatoriles y prestadores del PAMI, a los mercaderes de la muerte que hacen de la salud un negocio.
De este entierro quieren participar los dirigentes gremiales que conducen los sindicatos del PAMI, ya que se dedican únicamente a ver de qué manera se prenden a estos negocios, en lugar de organizar una pelea unificada de todos los trabajadores contra este desguace del PAMI.
Para evitar que este "silencio" nos mate a todos los trabajadores, ya tenemos que empezar a hacer ruido, tratando de unir desde las bases, lo que nuestros dirigentes gremiales dividen por arriba.
Debemos comenzar a darle la espalda al Convenio negrero que quieren firmar UPCN, Grimaldi y Praino, y rechazar el contenido de la ley que supuestamente "normalizaba" el PAMI, cuando en verdad lo ata y asfixia a las deuda multimillonarias contraídas por las intervenciones, además de fraguar elecciones que dejarán en los cargos de decisión, a los mismos mafiosos que hoy lo llevan a la ruina.
Esta es una tarea que debemos llevar adelante entre todos. ¡¡¡Manos a la obra!!!
Rosario 16/10/2002