"El derecho de los desaparecidos a ser conocidos por sus hijos"
En el marco de los 25 años de Abuelas, mañana se presentarán trabajos con la reconstrucción de historias de vida de desaparecidos.
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Por Luis Bruschtein
"Queremos que cuando un chico recupere su identidad tenga toda la información sobre su familia", explica Mónica Muñoz, codirectora del proyecto de investigación sobre "Reconstrucción de la Identidad de los Desaparecidos, Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo" que se ejecuta a partir de un convenio entre la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA con el organismo de derechos humanos. Mañana y pasado, como parte de los actos por el 25 aniversario de las Abuelas, se realizarán las Jornadas para Jóvenes Investigadores de este tema en el que se presentarán 25 trabajos, algunos de los cuales serán leídos por Leonor Manso y Daniel Fanego.
En el proyecto, que dirige Enrique Oteiza, trabaja un equipo de 44 personas, entre investigadores, ayudantes de investigación y estudiantes de las carreras de Trabajo Social, Comunicación y Antropología, así como un equipo de coordinación integrado por nietos de las Abuelas. El trabajo se desarrolló en el área de UBACyT que monitorea los trabajos de investigación en la Universidad.
"Ahora, los chicos recuperados por las Abuelas tienen por lo general la posibilidad de que su propia familia les cuente la historia de sus padres –señala Muñoz–, pero dentro de diez o 20 años es probable que eso ya no sea posible para muchos, entonces estará el trabajo que estamos haciendo, que además quedará como registro histórico."
El trabajo consiste en la reconstrucción de la historia de vida de desaparecidos, padres de hijos nacidos en cautiverio, algunos todavía en poder de sus apropiadores. "Tenemos que reconstruir la historia de vida de alrededor de 330 parejas y de los desaparecidos de cada una de las familias", explica Muñoz, a través de entrevistas a padres, amigos del barrio, compañeros de militancia, de estudio, de trabajo o de clubes.
"Uno de los fundamentos de este trabajo es que los chicos tengan la historia de sus padres cuando recuperan su identidad y el otro es la restitución de un derecho a esos padres desaparecidos de tener identidad, historia, y que sus hijos las conozcan", afirma Muñoz.
Ya han realizado 373 entrevistas a 412 personas y faltan realizar otras 700. Por cada chico apropiado el trabajo demanda un promedio de cinco entrevistas, aunque en algunos casos pueden ser diez o quince. Las familias deciden participar en el proyecto como una especie de registro histórico, de resistencia al olvido. Muchas no saben cuándo recuperarán a sus familiares nacidos en cautiverio y quieren dejar constancia para cuando ocurra. Los trabajos se asientan en tres soportes, una parte escrita con las entrevistas desgrabadas, otra con las voces de familiares y amigos y la tercera con fotografías. Tres de estos trabajos ya fueron entregados. "A Hilda Montenegro le pudimos entregar el trabajo completo –recuerda Muñoz–, ella lo bautizó como ‘el libro de la familia’, pero cuando apareció Claudia Poblete, que fue la primera que lo recibió, todavía no habíamos terminado de desgrabar las entrevistas, y el año pasado se lo entregamos a Eugenio Sampayo Barragán."
En las Jornadas para Jóvenes Investigadores organizadas el viernes y el sábado por el proyecto de Recuperación de la Identidad de los Desaparecidos se presentarán 25 trabajos sobre este tema. "La idea es apoyar a los investigadores jóvenes que, por lo general, trabajan sin recursos, con mucho esfuerzo y con pocas posibilidades de publicar", explicó Mónica Muñoz.
La mayoría de ellos serán publicados por la Universidad. Sobre la base de esos trabajos se seleccionaron textos de Gilda Bona y Mariana Eva Pérez, con el asesoramiento dramatúrgico de Patricia Zangaro, que serán leídos mañana a las 17 horas por Leonor Manso y Daniel Fanego en el salón de actos de la Escuela Carlos Pellegrini, en Marcelo T. de Alvear 1851, con la presencia de la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, Enrique Oteiza, director del proyecto y presidente del INADI, y el decano de Ciencias Sociales, Federico Schuster