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Medio Oriente

25 de abril del 2003

Análisis socio-político para tratar de comprender mejor el drama.
Ituri: la guerra en la guerra

Umoya

"Mambassa, epicentro de saqueos en meses pasados, es una ciudad fantasma. Las altas hierbas que han invadido el centro de la ciudad expresan la deriva de una pequeña aglomeración, en un cruce de pistas, en la linde de la selva, cuyo oro y diamantes han avivado la fiebre de los saqueadores. Las puertas destrozadas de las casas de adobe hablan de pillajes sufridos en los meses pasados, y el miedo, como la vecina selva, cierra las bocas". Esta constatación de Jean-Philippe Rémy, publicada el 27 de febrero en Le Monde, podría aplicarse a toda la región de Ituri, noreste de la RDC. En efecto, mientras la opinión tanto nacional como internacional dirige su mirada hacia Pretoria IV - donde el senegalés Moustafa Niasse trata de convencer a los actores de la crisis congoleña para que apliquen los acuerdos sobre el reparto de poder, negociados laboriosamente y firmados a mediados de diciembre - en Ituri reina un clima de tensión y todas las partes en conflicto corren el peligro de enfrentarse en la región, poniendo punto fin a la cualquier esperanza de paz en Congo. Varios grupos armados y movimientos rebeldes se enfrentan en esta rica región fronteriza con Uganda para asegurar su control, sobre un fondo de conflictos interétnicos sabiamente manipulados por la mafia político-económica que encuentra en ellos un inesperado terreno apropiado. En cuando a las poblaciones, privadas de todo desde hace casi cinco años de violencias de una amplitud nunca alcanzada en el pasado, viven con el miedo en el cuerpo y ni siquiera pueden contar con la hospitalidad de la selva cercana para escapar de la locura sangrienta de unos y otros. Se han hecho varios análisis de lo que todos llaman el drama de Ituri. Pero, la mayoría sólo lo abordan bajo en ángulo "cultural", poniendo en primer plano los conflictos seculares entre cultivadores lendu y ganaderos hema, situando a las otras comunidades locales según su inclinación en esta balanza del odio.

Semejante lectura es peligrosamente reductora, ya que oculta el factor político de esta drama en esta región en la que, a golpe de masacres, se están jugando las posiciones, cara a la transición, en el tablero nacional; al mismo tiempo no tiene en cuenta la dimensión económica que fomenta todas las codicias. Estas tres dimensiones, en realidad, están tan íntimamente entremezcladas, y los discursos políticos de los actores locales tan impregnados de manipulación, que a menuda uno está tentado por no ver más que la dimensión cultural, dado que los políticos y las bandas armadas al servicio de los intereses económicos mafiosos se atribuyen el papel de buenos, de pacificadores, que tratan de hacer volver a posiciones razonables a sus hermanos enemigos. Pero esta actuación de bomberos-pirómanos se ha acabado ya, y las alianzas que se establecen y se rompen en la vertiente oeste del Rwenzori ponen en evidencia los verdaderos intereses que están en juego; los lendu y hema sólo son los que pagan el pato en esta farsa sangrienta. La Dimensión cultural: el conflicto étnico lendu-hema La región de Ituri contaría alrededor de 4.605.403 habitantes en 2001 (en el Congo no ha habido un censo serio desde hace varios años), repartidos entre las etnias lendu, hema, alur, bira, nyari, mambisa, ndo-okebo, lugbwara, kakwa, logo, lese y ngiti.

Los ngiti, llamados también lendu-bindi, pertenecen a la gran familia de los lendu, que, ella sola, constituye cerca de la mitad de la población de Ituri. Los Mbuji vivían prácticamente al margen de la sociedad, sacando sus recursos de la selva, hasta que las salvajadas de los soldados del MCL los han puesto en primer plano a la par que los políticos han encontrado en sus desgracias ocasión para sus arreglos de cuentas. Los lendu y los hema son las etnias más influyentes de la zona. Los hema están subdivididos en dos grupos: los del sur, llamados a menudo "Banyoro", y los del norte, los gegere. Los lendu son tradicionalmente considerados como agricultores sedentarios, apegados a su tierra, mientras los hema, concretamente los nyoro, son pastores siempre a la búsqueda de mayores espacios para sus rebaños, lo cual les empuja a frecuentes migraciones. El conflicto entre tradiciones y tipos de economía diferentes es tan viejo como el mundo y es, en último caso, sano. Forma parte de la dinámica de las sociedades y encuentra solución en la negociación de los intereses de las partes en la lógica "doy-das". Pero en el caso que nos concierne, este conflicto está exarcerbado por las frustraciones acumuladas por los lendu desde la época colonial por el liderazgo local. En efecto, en Ituri como en el resto de las colonias, Bélgica instituyó mitos que, a fuerza de repetirlos, har terminado por enraizarse en la mente de las víctimas y de los beneficiarios, creando en consecuencia desequilibrios sociales cuyas consecuencias se observan hasta hoy mismo. "El primero de esos mitos es el de la superioridad intelectual. Los belgas estiman que algunas tribus son más inteligentes que otras", anota Colette Braeckman. De este modo, los hema van a ser identificados como más inteligentes que sus vecinos y van a sacar provecho y ventajas ligadas al acceso al sistema educativo. Más cercanos al blanco, ocupan puestos que envidiados por los otros, los cuales aceptan a pesar suyo esta discriminación. El régimen de Mobutu no va a rectificar este error fatal y va a asentar su poder en colaboración con la elite hema. Así, los lendu, tras tantos años de frustraciones reprimidas, juzgan tener derecho a luchar por "el poder" de decisión, por el liderazgo en Ituri, mientras los hema desean conservar los derechos adquiridos. Esta pugna por el poder es ante todo asunto de las elites, no de las poblaciones "ordinarias" que, tanto aquí como en otras zonas de la región, son instrumentalizadas por una inteligentsia sin fe ni ley. Los conflictos entre hema y lendu no son de hoy. Ya en 1911, el asesinato del jefe hema Bomera por los lendu-bindi en el actual territorio de Irumu, desencadena enfrentamientos que se extienden hasta Djugu. Después de la independencia, las violencias entre las dos etnias adoptan claramente un color político y el régimen de Mobutu no duda en reprimir sangrientamente estos movimientos. Pero, ni siquiera en los peores momentos del régimen de Mobutu, jamás los conflictos entre las dos comunidades habían alcanzado tal umbral de horro y destrucción. Hasta tal punto, que puede uno preguntarse si esto se detendrá algún día. Porque, con el juego de alianzas y divorcios políticos, con la multiplicidad de actores, no se ve quién posee la varita mágica de la paz en Ituri. La dimensión política: el ciclo de las alianzas. En el momento en que las actuales hostilidades se desencadenan, en abril de 1999, el distrito de Ituri está bajo la administración del RCD-K-ML de Mbusa Nyamwisi, que estableció su estado-mayor en Bunia, tras desembarazarse del profesor Wamba dia Wamba, su antiguo presidente con el que había abandonado Goma para establecerse primero en Kisangani. La batalla por el control de Kisangani entre los ejércitos ruandés y ugandés va a expulsar a los disidentes del RCD-Goma de esta ciudad, que permanecerá bajo el control de Goma y de su aliado ruandés. Abusa y su aliado ugandés se instalan en el rico distrito de Ituri, fronterizo con Uganda. Nacimiento del FLC - El líder del MLC, Jean-Pierre Bemba Gombo, que no pudo avanzar hasta Mbandaka, sueña con la expansión hacia el este para acceder a las minas de oro de Kilo- Moto y a las maderas dela selva de Ituri. Trata de lograrlo por las armas, pero, siguiendo el consejo de su padrino Uganda, termina por establecer una alianza con el RCD-K-ML. Es el FLC (Frente de liberación del Congo), puesto en pie en julio de 2001. Así es como veremos al líder del MLC/FLC entablar consultas en Bunia con los jefes consuetudinarios con vistas a la reconciliación entre etnias; lo veremos en Butembo pidiendo perdón al pueblo congoleño por los daños que los políticos le han inflingido. Pero esta bella armonía durará lo que dura un matrimonio por interés. Con ocasión del diálogo Inter.-congoleño de Sun City, el MLC y el RCD-K-ML firman, el 19 de abril de 2002, con otras fuerzas y con el gobierno de Kabila el llamado acuerdo de Sun City, el cual otorga al hombre de Gbadolite (Bemba) el puesto de primer ministro. (…) Principales alianzas y milicias en Ituri· ASD:

Alianza por la salvaguarda del diálogo intercongoleño (Etienne Tshisekedi).· FIPI: Frente por la integración y la paz en Ituri (Kawa Mandro Panga, sostenido por Uganda).· FLC: Frente de Liberación del Congo (ya no existe) Alianza entre RCD-K-ML, el RCD-N (Roger Lambala) y el MLC.· MLC: Movimiento de Liberación del Congo (Jean-Pierre Bemba.· PRA: Ejército de la redención del pueblo (disidentes ugandeses encabezados por el Coronel Kizza Besigye).· RCD-K-ML: RCD- Kisangani- Movimiento de liberación (Abusa Nyamwisi, aliado de Kinshasa)· UPC:

Unión de patriotas congoleños (Tomás Labanga, apoyado por Rwanda). Alianza gobierno/RCD-K-ML - El acuerdo de Sun City nunca será aplicado, pero el RCD-K-ML de Abusa abre un espacio (en la zona) al gobierno de Kinshasa. Los ministros de Kabila son acogidos en Ituri y en el Kivi-norte y se restablecen las líneas aéreas con la capital. Esta alianza gobierno/RCD-K-ML es vivida por Bemba como "una unión peligrosa". Bemba decide declarale la guerra y expulsarla de Ituri, incluso de su feudo del Kivi-norte. Para logralo, el MLC se alía con otro movimiento rebelde pequeño, el RCD/Nacional, cuyo líder, Roger Lumbala, otro tránsfuga del RCD/Goma, ha instalado su cuartel general en Bafwasende y controla Isiro y su aeropuerto, Banalia y sus minas de diamantes. UPC - Thomas Lubanga - Entre tanto, otro actor es invitado a saltar al terreno de la lucha por el control de Ituri: Thomas Lubanga, hema, antiguo "ministro" de defensa del RCD-K-ML (…) Thomas lubanga crea su Unión de Patriotas Congoleños (UPC) y empuña las armas para expulsar al RCD-K-ML, acusado de avivar los conflictos étnicos y de tomar partido por los lendu.

Las fuerzas de la UPC controlan entonces varias localidades de Ituri, concretamente los centros urbanos, pero las poblaciones pagaron por ello un alto precio (…) Bajo la presión de la comunidad internacional, un protocolo de acuerdo de cese el fuego fue firmado el 31/12/2002 por los principales protagonistas del coflicto de Ituri: Abusa, Bemba y Lumbala. Alianza UPC - RCD/Goma - Pero, la alianza más espectacular, y que corre el peligro de pesar grandemente sobre la situación en Ituri, es la que UPC negoció, el 6 de enero de 2003, con el RCD/Goma. La presencia del ejército gubernamental en las zonas de Kivu-Norte bajo control del RCD-K- ML no es como para tranquilizar a los rebeldes de Goma, que ven en ello la creación de una nueva línea de frente potencial. La alianza UPC-RCD/Goma coloca la zona norte del Kivi-norte entre dos fuegos en caso de conflicto abierto. Pero al mismo tiempo, pone en contacto, a través de sus aliados respectivos, a Rwanda y Uganda. Ahora bien, la cohabitación entre estos dos vecinos no siempre ha sido armoniosa, sobre todo en la gestión de la crisis congoleña. Tensiones Uganda - Rwanda - Los ejércitos de los dos países se han enfrentado en tres ocasiones en la ciudad mártir Kisangani y en las tres Museveni y sus generales han sido derrotados. De estos enfrentamientos en suelo congoleño, los ugandeses han guardado un sentimiento de gran frustración; la del hermano mayor que dobla el espinazo ante el pequeño más aguerrido, pero también por haber dejado en suelo congoleño varios jóvenes oficiales "bahima", el grupo étnico de Museveni. No hace falta decirlo, los ugandeses sueñan con una vendetta a la siciliana. Se observan ya algunos indicios en el deterioro creciente de las relaciones entre los dos países, a pesar de los discursos oficiales, más bien moderados. Por otra parte, la prensa ugandesa se hace eco de la existencia de un movimiento rebelde, el PRA (People's Redemption Army) del coronel Bessigye, candidato derrotado en las últimas elecciones presidenciales, asistido por los coroneles Anthony Nyakabale y Samson Mande, originarios de la región de Kabale, fronteriza con Rwanda. Según Kampala, los rebeldes del PARA están ayudados por Kigali y se organizan en el este de la RD del Congo. El jefe Kawa - Por otro parte, al día siguiente de la cumbre de Dar es-Salam del 10 de febrero de 2003 entre Museveni y Kabila, un nuevo movimiento rebelde vio la luz en Kampala: el FIPI (Frente por la Integración y la Paz en Ituri), dirigido por el jefe Kawa, antiguo militar de la UPC. Aureolado gracias a su estatus de jefe consuetudinario hema, promete hacer una limpieza en su comunidad para presentar batalla a su "hermano" Thomas Lubanga, con el apoyo de Uganda y de la RD del Congo. El 6 de marzo de 2003, mientras los delegados congoleños firmaban el enésimo acuerdo en Pretoria, la UPDF (Uganda People'sDefense Forces, ejército ugandés) expulsaba a Thomas Lubanga y a la UPC de Bunia, donde ahora reina el jefe Kawa. Retirado en Fataki, el aliado del RCD/Goma rumia su derrota, prepara su revancha y afina sus alianzas. Así pues, para cualquier observador despierto, todos los ingredientes para un nuevo pulso entre Uganda y Rwanda, con congoleños interpuestos, están presentes. En una palabra, en Ituri todas las fuerzas beligerantes en la RD del Congo han tomado posiciones: el ejército gubernamental a través del RCD-K-ML, el ejército del MLC y el de RCD-N, la UPC, el ejército ugandés, que en principio debería abandonar el Congo el 20 de marzo. Si añadimos a ello los guerreros lendu y hema, el coktail es explosivo. Pero, ¿qué es lo que hace moverse a toda esta gente en Ituri? Dimensión económica: esa riqueza que mata La región de Ituri permaneció más o menos cerrada hasta los años 1930. Su selva lujuriosa permanecía casi intocada, debido a la débil densidad de sus habitantes y ribereños, cuyo modo de vida tradicional sólo tenía un débil impacto sobre el entorno. Hacia los años 1930, pues, el colonizador desagarra la selva al trazar una carretera de 600 kilómetros, que, en los 60, va a drenar hacia Ituri masas humanas a la búsqueda de tierras arables y de materias preciosas. En efecto, la región de Ituri desborda de recursos naturales inmensos. Entre los más codiciados se puede citar la madera, cuya anárquica explotación tiene consecuencias ecológicas nefastas (algunas fuentes afirman que la selva retrocede un kilómetro cada años), pero sobre todo oro, diamantes, coltan y petróleo, del que se han encontrado cantidades importantes en el valle de Semliki.

Efectivamente, existe una verdadera red en las zonas bajo control ugandés, cuyo objetivo principal es ejercer un monopolio sobre los principales recursos naturales locales, sobre los intercambios trnasfronterizos y sobre los ingresos fiscales. Esta red incluye a oficiales superiores de la UPDF, a hombres de negocios y a políticos y administradores rebeldes. Entre los oficiales más notorios en esta red, el último informe del grupo de expertos de la ONU sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y otras riquezas de la RD del Congo (octubre de 2002), cita al general retirado Salim Saleh, hermanastro de Museveni, al general de división James Kazini, a los coroneles Noble Mayombo, Kahinda Otafiire y a Meter Karim. Entre los empresarios privados, la misma fuente incrimina a Sam Engola, Jacob Manu Soba y Mannase Savo, todos hema. Los principales miembros rebeldes de esta red de enriquecimiento personal señalados por los expertos onusianos son, concretamente, Wamba dia Wamba, Roger Lumbala, John Tibasima, Abusa Nyambwisi, Thomas Lubanga, etc. Las diferentes milicias y los hombres de la UPDF son utilizados por esta red como fuerzas de ejecución y delimitación territorial de las zonas de explotación, mientras que la administración rebelde le sirve de fachada de sector público para arramblar con los impuesto, que nunca sirven para financiar los servicios públicos. Los miembros de esta red operan bajo sociedades pantalla; entre las más citadas están: el grupo Victoria, Trinity Investiment, la Conmet y Sagricof.. Es preciso poner de relieve que esta red colabora estrechamente con el grupo de criminalidad internacional Victor Bout. El Sr. Bout es propietario de una compañía aérea basada en Kampala, Odessa, exOkapi air., que comparte los tiempos de vuelo y los destinos de vuelo con Planet Air, la compañía de la esposa del general Salim Saleh. Esta es la clave del drama en Ituri. La situación que se desarrolla no es un asunto de un enfrentamiento entre una y otra comunidad. Existen personas que sacan provecho de estos enfrentamientos: los traficantes de armas, las redes mafiosas de explotación de materias preciosas que no se andan con chiquitas para delimitar su territorio, imponiendo un clima de terror para acallar a cuantos promueven o predican la paz en este Far West, donde los señores de la guerra, los lobbis mafiosos y los oficiales ugandeses campan por sus respetos. Voluntarios del CIRC han sido masacrados en pleno ejercicio de su misión humanitaria en 2001 y, muy recientemente, el 24 de febrero, un helicóptero de la MONUC, con el general senegalés, Mountaga Diallo, a bordo fue objeto de disparos en Bunia, cuando iba a encontrarse con Thomas Lubanga para intentar poner fin a las hostilidades que que se reaunudaron con más violencia si cabe en el eje Irumu-Komada-Bogoro. La MONUC decidió inmediatamente interrumpir sus vuelos a Bunia, lo cual desagradará a algunos. Conclusión En su Informe sobre el conflicto interétnico Hema-Lendu en territorio Djugu en la Provincia Oriental del 7 de diciembre de 1999, la ASADAHO señala con razón que :"Son los actores políticos los que, por acción o por impotencia están regularmente en el origen de las violencias inter-étnicas, aunque puedan a veces encontrarse causas lejanas e históricas". En el caso de Ituri, acción e impotencia se conjugan, tan numerosos son los protagonistas de este drama. En el momento en que los delegados en Pretoria IV se enzarzan de nuevo en sutilezas lingüísticas para alcanzar un desacuerdo de paz y prolongar de ese modo la agonía de los congoleños; en el momento en que esos mismos delegados toman Ituri como pretexto para no avanzar hacia la elaboración de un boceto de Estado digno del siglo XXI, la sangre sigue corriendo en una región martirizada. Los depredadores, ello, adeptos a la ley del fusil, siguen recolectando oro, diamantes y marfil. Porque, el fantasme de Leopoldo II planea de nuevo sobre el Congo. El rey belga recolectaba el latex congoleño amputando las manos de los que no podían recoger la cantidad exigida por la bulimia real. Con los fondos generados por su empresa EIC (Estado independiente del Congo), erigió monumentos en Bruselas y arregló el puerto de Amberes y el museo Tervuren, donde se encuentran las piezas más raras del arte congoleño. Su política hizo émulos en la clase política congoleña: el robo ha sido erigido en sitema económico y la violencia en sistema político.

En cuanto a las poblaciones, éstas apenas sacan provecho de los frutos de esta cosecha que se realiza ante ellos. La solución del drama de Ituri pasa totalmente por la solución global del problema congoleño. Una solución que exige ante todo la identificación de los verdaderos actores para definir los verdaderos intereses en juego. Estamos convencidos de que los hema y los lendu no son los más salvajes de los congoleños para que sigan disparando unos contra otros a causa del desacuerdo entre el concesionario hema Singa Kodjo y sus vecinos lendu en abril de 1999. Onesphore, Pole Institute (http://www.pole-institute.org) Congo-RDC, marzo, 2003-04-12

Fuente:Onesphore, Pole Institute