Declaración de Independencia del Estado de Palestina con Jerusalem Capital
Declarada por S.E. Presidente YASSER ARAFAT
Consejo Nacional Palestino-Organización de Liberación
de Palestina
Argelia, 15 de Noviembre de 1988
Palestina, tierra
de las tres religiones monoteístas, es el lugar en el cual nació
el Pueblo Árabe Palestino, donde creció, se desarrolló
y sobresalió. El Pueblo Palestino jamás fue separado de su tierra,
ni fueron disminuidos sus lazos integrales con Palestina. Así por este
el Pueblo Palestino aseguró para sí una unión eterna, su
tierra y su historia.
Con determinación a través de la historia, el Pueblo Árabe
Palestino forjó su identidad nacional, alcanzando niveles jamás
imaginados en su defensa frente a la invasión y a los proyectos extranjeros,
los cuales intervinieron para privar a este pueblo de su independencia política.
Sin embargo la unión inmortal entre Palestina y su pueblo le aseguran
a la tierra su carácter y al pueblo su particularidad nacional.
Durante el curso de los tiempos modernos, cuando un nuevo orden fue declarado
con normas y valores justos para todos, el Pueblo Árabe Palestino fue
excluido de aquel destino perteneciente a todos los pueblos por una formación
hostil de poderes extranjeros y locales. Una vez más se probó
que la justicia sola y sin ayuda era insuficiente para guiar a la historia mundial
por el sendero preferido.
Y fue el Pueblo Árabe Palestino, ya herido corporalmente, quien fuera
sometido a otro tipo de ocupación sobre la cual flotaba el falso lema:
"Palestina es una tierra sin pueblo". Mientras esta noción
era impuesta sobre algunos en distintas partes del mundo, en el articulo 22
del convenio de la Sociedad de las Naciones (1919) y el tratado de Lausana (1923),
la comunidad de naciones reconocía que todos los territorios árabes
incluyendo Palestina, anteriormente provincias Otomanas, debían recibir
su libertad como naciones independientes.
A pesar de la injusticia histórica sufrida por el Pueblo Árabe
Palestino resultando en su dispersión y en la privación de su
derecho a la autodeterminación, luego de aprobada la resolución
181 (1947) de la Asamblea General de las Naciones Unidas –que partió
a Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío- es esta misma
resolución la que le provee al Pueblo Árabe Palestino las condiciones
de legitimidad internacional asegurándole el derecho a la soberanía
y a la independencia nacional.
A través de distintas etapas, se fue cumpliendo la ocupación de
Palestina y porciones de otros territorios árabes por parte de las fuerzas
israelíes ocupantes. El objetivo de desposeer y expulsar a la mayoría
de los habitantes civiles de Palestina de sus tierras ancestrales fue logrado
a través de terrorismo organizado. Aquellos palestinos que lograron permanecer
en su tierra sufrieron la opresión en su propia Patria, fueron perseguidos
y obligados a presenciar la destrucción de su vida nacional.
Así fueron violados los principios de legitimidad internacional. Así
fueron desfiguradas las resoluciones y la carta de las Naciones Unidas, pues
ellas ya habían reconocido los derechos nacionales del Pueblo Árabe
Palestino, incluyendo el derecho al retorno, el derecho a la independencia,
el derecho de soberanía sobre territorio y patria.
Dentro y fuera de Palestina, en el exilio distante y cercano, el Pueblo Árabe
Palestino jamás claudicó y nunca abandonó su convicción
en su derecho al retorno y a la independencia. La ocupación, las masacres
y la dispersión no lograron suprimir la conciencia palestina de identidad
política, a la vez que los palestinos continuaron avanzando junto a su
destino, indoblegables e imbatibles. De los largos años de creciente
lucha surgió la identidad política de Palestina aún más
consolidada y confirmada. Y la común voluntad nacional palestina formó
para sí misma un cuerpo político, la Organización para
la Liberación de Palestina-OLP, su única y legítima representante,
reconocida por toda comunidad mundial, como así también por instituciones
regionales e internacionales. Afirmada sobre la roca de la convicción
del Pueblo Árabe Palestino en sus derechos inalienables y sobre el predio
del consenso árabe y la legitimidad internacional, la Organización
para la Liberación de Palestina-OLP, lideró las campañas
de su gran pueblo, moldeando su esfuerzo hacia un propósito unido y poderoso,
uno e indivisible en los triunfos como así también durante los
cercos y las masacres sufridas dentro y fuera de la Patria. Y es así
como la Resistencia Palestina fue calificada y llevada a la cumbre del conocimiento
árabe mundial, mientras que la lucha del Pueblo Árabe Palestino
alcanzaba una primordial importancia entre los distintos movimientos de liberación
en el mundo.
Este masivo levantamiento nacional, la Intifada, que hoy intensifica su poder
y enfoque acumulativo sobre los territorios palestinos ocupados, como así
también la inquebrantable resistencia en los campos de refugiados en
el exterior de la Patria, han amplificado el nivel de concientización
sobre el derecho y la verdad palestina, llegando a dominios aún más
elevados de compresión y actualidad. Hoy al fin cae la cortina sobre
la época de privaciones y engaños. La Intifada ha sitiado la mentalidad
del Israel oficial, que por mucho tiempo se ha apoyado exclusivamente sobre
el mito y el terror para mellar la existencia palestina.
Así es que el Pueblo Árabe Palestino reafirma definitivamente
sus derechos inalienables en la tierra de su patrimonio:
-Hoy por virtud de los derechos naturales, y del ejercicio de esos derechos,
derechos legales e históricos y del sacrificio de generaciones sucesivas
que se brindaron en aras de la libertad y la independencia de su Patria.
-De acuerdo con las resoluciones adoptadas por la Conferencia de la Cumbre Árabe
y apoyándonos en la autoridad otorgada por la legitimidad internacional
incorporada a las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas
desde 1947.
-Y en ejercicio del derecho del Pueblo Árabe Palestino a la autodeterminación,
a la independencia política, y a la soberanía sobre su territorio.
-El Consejo Nacional Palestino en el nombre de Dios y en el nombre del Pueblo
Árabe Palestino, proclama el establecimiento del Estado de Palestina
sobre nuestro territorio Palestino con su capital en Jerusalem (Al Quds Ash
Sharif).
El Estado de Palestina es el Estado de los palestinos donde quiera que ellos
se encuentran. El Estado es suyo para ser disfrutado dentro de la identidad
cultural y nacional colectiva, es suyo para que en él construyan la completa
igualdad de derechos. En él serán salvaguardadas sus convicciones
políticas y religiosas y su dignidad humana a través de un sistema
de gobierno democrático parlamentario, basado en la libertad de formar
partidos. Los derechos de las minorías serán respetadas por la
mayoría como asimismo las minorías respetarán las decisiones
de la mayoría. El gobierno se basará sobre los principios de justicia
social, igualdad y la no-discriminación en derechos públicos –para
hombres o mujeres- sobre fundamentos de raza, religión color o sexo,
bajo la égida de una constitución que asegure el reino de la ley
y un sistema judicial independiente. Así es que estos principios no permiten
desvíos de la antigua herencia espiritual y civilizadora de tolerancia
y coexistencia religiosa.
El Estado de Palestina es un Estado árabe, una parte integral e indivisible
de la nación árabe, una sola junto a esa nación en herencia
y civilización, junto a ella también es una sola en su aspiración
a la liberación, el progreso, la democracia y la unidad. El Estado de
Palestina afirma su obligación de regirse por la carta de la Liga de
los Estados Árabes. El Estado de Palestina hace un llamado a los compatriotas
árabes para que ayuden a consolidar y acrecentar el surgimiento de nuestro
Estado a la realidad, para que movilicen potenciales e intensifiquen esfuerzos
con la meta de poner fin a la ocupación israelí.
El Estado de Palestina proclama su compromiso frente a los principios y propósitos
de las Naciones Unidas, y a la declaración universal de los Derechos
Humanos. Proclama además su compromiso con los principios y políticas
del Movimiento de los No-Alineados.
Asimismo anuncia ser un Estado amante de la paz, adherido a los principios de
la coexistencia de paz. Estrechará filas con todos los Estados y pueblos
con el objetivo de asegurar una paz permanente basada en la justicia y el respeto
hacia los derechos ajenos para que el potencial por el bienestar de la humanidad
esté asegurado, para que se establezca y mantenga una búsqueda
por lograr la excelencia, en la cual la fe en el futuro hará desaparecer
el miedo en aquellos que son justos y para quienes la justicia es el único
recurso.
En el contexto de su lucha por la paz en la tierra del amor y de la paz, el
Estado de Palestina llama a las Naciones Unidas pidiendo se arrogue una responsabilidad
especial hacia el Pueblo Árabe Palestino y su Patria. Hace un llamado
a todos los pueblos y estados amantes de la paz y la libertad pidiendo se le
asista en el logro de sus objetivos, proveerle seguridad, aliviar la tragedia
de su pueblo, y ayudarle a poner fin a la ocupación de Israel sobre los
territorios palestinos.
El Estado de Palestina declara que cree en la solución de los conflictos
regionales e internacionales a través de medios pacíficos según
la carta y las resoluciones de la Naciones Unidas. Sin que ello perjudique su
derecho natural a defender su independencia política o su integridad
territorial; por lo tanto rechaza las amenazas o utilización de la fuerza,
la violencia y el terrorismo en contra de su independencia política o
integridad territorial, como también se rechaza su utilización
contra la integridad territorial de otros Estados.
Por lo tanto en este día, distintos a todos los demás, 15 de noviembre
de 1988, mientras permanecemos de pie frente al umbral de un nuevo amanecer,
humildemente inclinamos nuestros rostros en honor a los sagrados espíritus
de nuestros caídos, palestinos y árabes, a la pureza de aquellos
que se sacrificaron por la Patria iluminando nuestro cielo y dándole
vida a nuestra tierra. Nuestros corazones están elevados e irradiados
por la luz de la sagrada Intifada, de aquellos que han resistido y combatido
en las luchas de los campamentos, en la diáspora, en el exilio, de aquellos
que han alzado el estandarte de la liberación, de nuestra niñez,
nuestra ancianidad, nuestra juventud, nuestros heridos, nuestros encarcelados
y detenidos, de todos aquellos que confirmaron sus lazos con nuestra sagrada
tierra en los campamentos, las aldeas y ciudades. Expresamos un especial tributo
a nuestras valientes mujeres palestinas, ellas son las que guardan y sostienen
la vida, ellas son quienes guardan la llama eterna de nuestro pueblo. Expresamos
nuestro juramento a las almas de todos nuestros Mártires, a la totalidad
de nuestro Pueblo Árabe Palestino, a todos los pueblos libres y honorables
en todas las partes: Juramos que nuestra lucha continuará hasta terminar
con la ocupación y hasta fortificar la fundamentación de nuestra
soberanía e independencia.
Por lo tanto, llamamos a nuestro gran pueblo a reunirse alrededor de la Bandera
de Palestina, a defenderla y cuidarla, para que aquí sea eternamente
el símbolo de nuestra libertad y dignidad en esa Patria, que es la Patria
de los libres, por ahora y por siempre.
¡ VIVA PALESTINA LIBRE Y SOBERANA! - ¡NO AL MURO DEL TERROR ISRAELÍ!