C.T.D. Aníbal Verón
Por Trabajo, Dignidad y Cambio Social
ctd_anibal_veron@argentina.com
RESPUESTA A ESE QUE OCUPA LA CASA ROSADA
Hace poco más de un año, llegó a la presidencia del país de la misma manera en que había comenzado su carrera al alcanzar la Intendencia de Lomas de Zamora: por conspiraciones y roscas, al amparo de los poderes que, entonces y hoy, conspiran para la desintegración de la Patria y la desgracia de los argentinos. Sin embargo, tan lamentable currículum, enriquecido con la vicepresidencia durante un gobierno que compite para el galardón de mérito entre los infames traidores a la Patria, no parece ser obstáculo para que con el mismo cinismo y desparpajo con que acostumbra a sentarse con los poderosos a vendernos por moneditas se lance a una serie de "análisis" y "vaticinios" sobre el movimiento piquetero.
Como todo el mundo sabe, desde su mismo inicio los "planes" fueron una herramienta privilegiada de construcción del entramado clientelista con que construyó su fuerza electoral, en épocas del "Plan de reparación histórica del Conurbano". La existencia misma de los movimientos de desocupados como organizaciones libres y autónomas del pueblo responde justamente a la necesidad de escapar a esta siniestra maquinaria que digita los beneficiarios según el único criterio de la sumisión a los dictados del puntero y al aparato. Contrariamente a lo que algunos gorilas insisten en creer, el pueblo argentino muestra todos los días como miles y miles preferimos salir a la calle a enfrentar la represión a ser arriados como ganado tras las caravanas electorales. Esa es la opción, y por la dignidad de los humildes de la Patria es que existen los movimientos piqueteros.
Lejos pues de las roscas de los Consejos Consultivos tuvimos que mantenernos para sostener esta dignidad y autonomía. Y es otra muestra de su habitual cinismo que sostenga que dichos Consejos son la garantía de algo el mismo día en que se publica que nuevamente se arrastraron ante el FMI para prometerles que, ahora sí, van a reforzar los controles y van a contratar incluso auditorías externas.
Esta noticia, por lo demás, está tratada de manera que se liga la cuestión de los controles y la necesidad de la contraprestación con la existencia de nuestras organizaciones cuando en realidad es al revés, la mayoría de los planes los maneja el aparato estatal (y la partidocracia a través de él) y donde más se organiza la gente para contraprestar algún servicio comunitario o desarrollar micro- emprendimientos, por la miseria que se recibe, es en nuestros movimientos. ¡Y encima que cobramos $150 le prometen al FMI que van a vigilar que nadie haga, además, changas!
Como, por supuesto, mira a nuestro pueblo "con ojos de forastero", puede decir que si realmente tenemos "vocación de ayudar a los sectores que tienen más dificultades, bla, bla, bla"...
Señor ¿presidente?: nosotros no tenemos vocación de ayudar, nosotros somos esos "sectores" . Y no tenemos "dificultades": estamos hundidos en la miseria que ustedes ayudaron a provocar como lacayos de los poderes extranjeros que son. ¿A que le dice "dificultades"? ¿A la pelea diaria para evitar que nuestros hijos terminen desnutridos en un hospital, mientras ustedes veranean a escondidas?
Usted dice que nos hizo saber que "ya va siendo momento de ir pensando en otra forma de manifestarse". Es verdad, ya nos hizo saber que piensa eso, pero no en ninguna reunión secreta como parece insinuarse, sino el 26 de junio del 2002 en el Puente Pueyrredón, cuando mandó, entre otras, a su querida "mejor policía del mundo" y a sus patotas parapoliciales bonaerenses a que nos masacraran.
Usted parece que tiene la "esperanza" de que, cuando Kirchner (hablando de sus esperanzas) asuma, nuestras manifestaciones ya no sean habituales porque cada día tenemos "menos miembros", estamos "más desmembrados". En la próxima semana va a tener ocasión de ver cómo estamos de desmembrados, cuán pocos somos, cuando desde las distintas expresiones, cortemos las rutas del país y cerquemos los parques industriales exigiendo reactivación y trabajo genuinos. Ustedes, con sus políticas vendepatrias y de miseria, con su desprecio partidocrático por el pueblo, hacen que cada día seamos más y que cada vez, sino por amor por lo menos por espanto, tengamos que estar más unidos. Y si nos desmembráramos, tampoco sería nada definitivo, porque mientras ustedes existan siempre nuestro Pueblo seguirá enfrentándolos hasta que llegue, finalmente, la hora de hacer tronar el escarmiento.