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Latinoamérica

29 de septiembre del 2003

"El Mundo", con la jerarquía eclesiástica venezolana

Antonio Doctor
Rebelión
El obispo Baltasar Porres, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela y arzobispo de Mérida, bien conocido en su país por el apoyó abierto que prestó al efímero "gobierno" que montó el golpista Carmona, y el consiguiente apoyo activo a la paralización del país durante todo el mes de diciembre pasó por Madrid camino de Roma el pasado viernes 26 y tuvo tiempo de reunir a la Asociación de Periodistas de Información Religiosa (APIR) para lanzar sus habituales (en Venezuela) insultos contra Chávez. El periódico español "El Mundo" no podía dejar de hacerse eco de este evento y publica la información con un gran titular en la página 26, que reza: "Chávez se cree la reencarnación de Cristo". En la letra menuda queda más extenso:

"...se cree la reencarnación de Cristo y Bolívar".

Teniendo en cuenta que quién hoy sigue siendo numéricamente el mayor apoyo de Chávez, quien desbarató el golpe y lo reinstaló en la presidencia fue el pueblo llano, ese pueblo sometido desde hace muchas décadas a la ignorancia, a la miseria y a la explotación, ese pueblo alimentado intelectualmente con rezos y culebrones televisivos, no parece que le cree animosidad contra Chávez el decir que se cree una reencarnación de Cristo y Bolívar. Desde el momento que Chávez propicia los mercados populares, con los alimentos básicos mas baratos que en los centros comerciales, que ha puesto en marcha un plan para alfabetizar masivamente y para llevar los centros de salud a todos los barrios y aldeas, que ha creado una Universidad popular para los hijos de los pobres, la posible "reencarnación de Cristo y Bolívar" en su persona mas bien puede servir para crearle más adeptos.

Señor Porras: ¡Qué poco conoce usted a su rebaño! Usted mismo delata cuán efímeras, volátiles y circunstanciales son las prédicas religiosas que lanza desde el púlpito. Usted tiene la vista fija en esa camada de criollos descendientes de los colonizadores, a la que de seguro usted mismo pertenece. Usted forma parte de esa jerarquía eclesiástica que añora la paz colonial, la que colaboró con los sanguinarios asesinos de Chile, Argentina, Uruguay o Perú, por solo citar algunos. Para usted el pueblo tiene que comulgar con las hostias que ustedes dan, sea cual fuera su tamaño. Porque el pueblo, para ustedes, no piensa, solo come, caga y folla, cuanto más mejor para producir mas esclavos. Por eso:

Los obispos convocaron a un campanazo en todas las iglesias del país, como un cacerolazo eclesial, para manifestar su rechazo activo al gobierno, y como apoyo al paro convocado, días antes, por Fedecámaras y la CTV, el día 10 de diciembre del 2001.

Monseñor Porras mandó "organizar una procesión ante la escasez de gasolina", cuando las colas interminables en las gasolineras eran una consecuencia del paro y los sabotajes organizados por sus amigos de la Coordinadora Democrática.

Los obispos coordinaron el cierre de la Universidad y los colegios católicos, por medio de la AVEC, para acompañar el "paro cívico" encabezado por la Coordinadora.

Los Obispos dieron su aprobación a la Coordinadora Democrática cuando prohibió que se celebrara la Navidad del año 2002.

Los obispos venezolanos no dijeron ni una palabra contra la invasión de Irak, a la que el Papa Juan Pablo II consideró "una guerra ilegal".

Porque esa ralea no tiene que comparar y juzgar (¡¡qué horror, hasta ahí podíamos llegar!!), solo tiene que seguir a ciegas lo que se le dice desde el púlpito.

Nada de eso le interesa a "El País", que solo se hace eco de las vomitonas rencorosas del obispo Baltasar Porras.

Observación final: La lista de agravios de ese señor y sus cómplices de la Conferencia Episcopal se encuentra en un articulo de Javier Arrue titulado "¡Cuidado! Que vienen los obispos armados de la paz" y publicado en Aporrea.org. Son hechos constatados.