ZNet en español Asesinatos, violencia e intimidación son los medios utilizados por los militares guatemaltecos para tratar de perpetuarse en el poder en las próximas elecciones presidenciales de noviembre.
La violencia política vuelve con una fuerza sin precedentes en Guatemala. Diecinueve dirigentes y activistas políticos han sido asesinados desde diciembre, y las amenazas de muerte, los intentos de asesinato y la intimidación violenta se han generalizado, aumentando drásticamente en los meses anteriores a las próximas elecciones presidenciales de noviembre. (1) En Guatemala, no existen dudas de que la intimidación y los ataques directos son orquestados por el Frente Republicano Guatemalteco) partido militar, cuyas tácticas matonescas constituyen un desesperado intento de mantenerse en el poder durante cuatro años más, y una clara señal del trágico futuro que espera al país si lograra ese objetivo.
Los asesinatos, intentados o cometidos, se han concentrado hasta ahora en candidatos y funcionarios de nivel inferior y mediano de los partidos políticos de oposición pasando por todo el panorama político. La UNE (Unión Nacional de la Esperanza),de centro-derecha ha sido víctima de los más frecuentes ataques al encontrarse en segundo lugar en los sondeos electorales para la presidencia y por denunciar públicamente múltiples abusos de los derechos humanos. La UNE ha perdido cuatro políticos en la reciente violencia: un alcalde en ejercicio, un candidato a alcalde, la mujer de otro candidato a alcalde, y un candidato al Congreso, todos matados a tiros entre el 25 de abril y el 11 de julio.
La izquierdista ANN (Alianza por una Nueva Nación) está en el segundo lugar en la cantidad de víctimas, con tres activistas asesinados, dos el 28 de mayo y otro el 16 de junio. Muchos otros miembros de la ANN han sobrevivido ataques con armas de fuego y machetes, y uno incluso perdió una oreja y parte de su lengua durante una sesión de tortura previa a un intento de asesinato. Además de la UNE y la ANN, un total de doce políticos y activistas políticos de los partidos PAN, Unionista, GANA, DCG, UCN y otros no especificados han sido asesinados en los últimos nueve meses.
Mirador Electoral, organización guatemalteca de control de las elecciones, ha registrado un total de 94 actos de violencia política entre noviembre de 2002 y agosto de 2003, incluyendo bombas, tiroteos y allanamientos de locales políticos y centros de derechos humanos, secuestros, ataques con machetes y ataques al pasar desde automóviles. Ataques y amenazas han afectado a la mayor parte de los partidos con la excepción del gobernante FRG y parecen formar parte de una estrategia electoral coherente del FRG. Partido político de los generales guatemaltecos, el FRG es encabezado por el General en persona, Efraín Ríos Montt, ex dictador y arquitecto de las masacres indiscriminadas de la campaña de tierras arrasadas de los años 80. Después de entregar el poder presidencial en una transición civil en 1986, los generales lograron volver a la escena política a través de Alfonso Portillo y el FRG en las elecciones de 1999. En el paso final de re-consolidación del poder político directo de los militares, el FRG logró presentar al General Ríos Montt como su candidato presidencial a pesar de un artículo constitucional que prohíbe semejante participación de miembros golpistas. Para posibilitar la inscripción y elección de Ríos Montt, el FRG confía fundamentalmente tanto en la intimidación violenta como en el fraude electoral.
La intimidación ha sido realizada mediante amenazas individuales y ataques contra la oposición real e ideológica a Ríos Montt, así como a través de violentas manifestaciones en gran escala y ataques contra instituciones públicas. A fines de julio, miles de partidarios del FRG, armados de garrotes y armas de fuego, causaron disturbios durante dos días en las calles de Ciudad de Guatemala, sembrando la violencia y atacando especialmente a representantes de la prensa; un periodista se salvó de la muerte por el fuego, después de haber sido empapado en gasolina. (2) La oficina oficial de protección de derechos humanos de Guatemala, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) denunció más adelante que la violencia fue "apoyada, planificada y realizada por empleados públicos y funcionarios" del FRG, culpando directamente al presidente de Guatemala, al vicepresidente, al Ministro de Gobernación, y a un ex jefe de la policía nacional. (3) Poco después, allanaron la oficina de la PDH, destruyeron su contenido y ensuciaron sus archivos con excrementos humanos. Phillipe Combescot, jefe de la Misión de la Unión Europea en Guatemala, declaró que el allanamiento de la PDH "confirma la existencia de estructuras paralelas que trabajan para instituciones controladas por el partido oficial".
(4) Las amenazas y los ataques contra periodistas también juegan un papel en las tácticas de intimidación en el intento de ahogar a una prensa que actualmente denuncia a diario los abusos contra los derechos humanos. Además de los disturbios de julio, muchos representantes de la prensa han recibido amenazas de muerte después de escribir artículos críticos del FRG, y algunos han sido atacados. En un caso, lanzaron una bomba contra la casa de un periodista durante la noche; en otro, un grupo de doce personas armadas irrumpieron en una casa, forzaron a un periodista y a su familia a agruparse en una habitación, y les dijeron que "hay alguien importante que lo odia" y que el periodista debía dejar de denunciar los abusos. (5)
En lo que concierne al fraude, han utilizado tácticas sucias como la compra de votos y préstamos condicionados al triunfo del FRG, pero se ha informado sobre una estrategia mucho más amplia de manipulación directa de los votos. El 10 de agosto de 2003, Alvaro Colom, candidato presidencial de la UNE anunció el descubrimiento de un documento que detalla un "Plan Lázaro" de estrategia electoral preparado por el FRG. El plan incluye un ataque de muchas facetas contra las estructuras electorales, utilizando todos los recursos militares y privados a disposición del gobierno, incluyendo la participación del Ministerio Público, de la Policía Nacional Civil (PNC), de funcionarios militares, y de varias oficinas públicas. La manipulación de los votos aseguraría que el FRG y GANA ganarían la primera vuelta con 825.000 y 700.000 votos respectivamente. En la segunda vuelta, Ríos Montt ganaría con un 56% y Oscar Berger a GANA lograría un segundo lugar con un 44%. El plan también prevé una masiva intimidación y ataques selectivos antes de las elecciones, como ha ocurrido hasta ahora. (6)
La violencia, los asesinatos, las torturas, la intimidación y el fraude del FRG en los meses anteriores a la elección deben ser vistos en el contexto de una batalla más amplia de las elites guatemaltecas, constituidas por dos clases oligárquicas tradicionales. Por un lado, la elite económica guatemalteca ha controlado tradicionalmente los medios de producción en Guatemala, así como el poder político y el destino de la mayoría y de la población empobrecida. Por el otro, los generales de la elite militar se han acostumbrado al poder dictatorial y a sus ventajas después de casi cuarenta años de régimen militar y gobierno de sus títeres entre 1954 y principios de los años 90. Durante su estadía en el poder, los generales se involucraron considerablemente en actividades financieras tanto legales como ilícitas, como ser el Banco del Ejércitoy el control de carteles de la droga. Las responsabilidades políticas pasaron a civiles en 1986 gracias a la presión internacional, pero los militares han mantenido su actividad, tratando de recuperar (y mantener desde 2000) la presidencia a fin de manejar el país de manera más exhaustiva. La elite económica, mientras tanto, ha luchado con éxito por cosechar los beneficios del nuevo orden económico mundial a través del poder institucional, que tuvieron en su poder hasta 1999.
Aunque la violencia del FRG se extiende más allá de los activistas de izquierda, llegando a los partidos opositores de la elite económica, representada por GANA y el PAN, la estructura exclusiva del sistema político guatemalteco, otorga una total impunidad al FRG. Durante siglos de concentración de la riqueza y del poder, el sistema político guatemalteco se ha desarrollado de manera totalmente exclusiva, permitiendo que sólo los muy ricos y poderosos tengan el control real de todos los aspectos de la administración nacional. Ahora que una facción militar le ha tomado gusto al poder absoluto y trata de obtener más de lo mismo, la elite económica no tiene a dónde dirigirse para obtener protección, realizar denuncias o lograr justicia, habiendo edificado los muros del poder excluyente dentro de los cuales reside ahora el FRG.
Una victoria electoral del FRG es bastante poco probable, pero depende por entero del éxito del fraude, del miedo y de la abstención. El retorno del infame ex dictador genocida, el general Ríos Montt, podría estar cercano, sin embargo, y la violenta represión y manipulación que se ha visto durante los últimos meses podrían, una vez más, volver a imponerse en la estrategia política nacional.
Notas
(1) Los detalles de los asesinatos políticos y de los ataques señalados, provienen de un informe de agosto de 2003, de la organización de control electoral de Guatemala, Mirador Electoral: "Monitoreo de los reportes de violencia electoral de noviembre 2002 a agosto 2003." http://www.miradorelectoral2003.org/menu_mirador.html
(2) Mirador Electoral 2003, p.5.
(3) Prensa Libre, "Culpa a gobierno del 'Jueves Negro.'" 30 de agosto de 2003, p.6.
(4) Mirador Electoral 2003, p.6.
(5) Mirador Electoral 2003, p.3.
(6) Mirador Electoral 2003, p.6.
* Simon Helweg-Larsen trabaja y escribe desde las Tierras Altas de Guatemala, donde participará en la observación de los derechos humanos durante las elecciones presidenciales de noviembre.
Link: http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=54&ItemID=4195
Traducido por Germán Leyens