Carlos Lozano
VOZ
Por supuesto nos referimos al discurso del presidente Uribe Vélez, el
pasado lunes 8 de septiembre, en la posesión del nuevo comandante de la Fuerza
Aérea Colombiana (FAC), lleno de agravios e insultos contra más de 80 ONG de
derechos humanos, las más importantes del país, que el mismo día presentaron
el libro El embrujo autoritario, donde hacen un balance negativo de la "seguridad
democrática" y de los derechos humanos desde el 7 de agosto del año pasado.
El mandatario no resistió la crítica muy bien fundamentada en estadísticas y
arremetió contra las ONG, calificándolas de "agentes del terrorismo" y de "manipuladores
de la opinión pública". El tono fue amenazante. Como también el escenario. No
hay que perder de vista que la FAC ha sido duramente cuestionada, aún por los
Estados Unidos, por la masacre de civiles en Santo Domingo (Arauca), hace unos
años. Pero lo más grave fueron las amenazas, enseguida repetidas por los generales,
dirigidas a los dirigentes de las ONG calificados de terroristas.
Es un atentado contra la libertad de expresión es la vulneración de los derechos
fundamentales, en un país en que la crítica está ahogada por el unanimismo y
la lambonería de algunos medios, en especial la radio y la televisión privada.
Es el mismo recorrido de Alberto Fujimori en el vecino Perú, quien en poco tiempo
pasó de héroe a villano. También promovió el unanimismo, satanizó a los opositores
y los calificó de terroristas, persiguió a los críticos, cambió la Constitución
a su amaño, instauró la economía de guerra, se entregó a los gringos, se prolongó
el mandato presidencial y estableció la reelección y clausuró el Congreso, lo
cual ha sido planteado por Uribe en caso de que éste no le funcione. Inclusive,
en Colombia también hay Montesinos y no sólo uno, son varios; en eso, la versión
criolla le ganó a Fujimori.
No es simple intemperancia. Es un estilo de gobierno y la refrendación autoritaria
del régimen. ¿Que no hay redadas? Y cómo se puede calificar a lo que acaba de
suceder en Cartagena del Chairá, Caquetá, donde fueron detenidas más de 80 personas,
la mayoría militantes comunistas, con el ex alcalde Víctor Oime y ex concejales
a la cabeza. En Bogotá, los sabuesos de los organismos de inteligencia militar
se han dedicado a visitar las imprentas comerciales para ver en cuáles se está
imprimiendo la propaganda por la abstención al referendo. ¿Tendrán que ver estos
métodos con la democracia? ¿O más bien no confirman las denuncias del libro
El embrujo autoritario?.
Peligrosas las amenazas y acusaciones de Uribe. En el semanario VOZ nos sentimos
notificados, nos damos por aludidos porque hacemos parte de la oposición y de
los críticos de este régimen autoritario y fascistoide. Pero no nos asustamos,
persistiremos en esa línea de acción con dignidad y promoviendo la unidad de
los colombianos contra el Fujimori a la colombiana. Su ocaso lo marca su propia
desesperación e intemperancia.