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Latinoamérica

EL Movimiento al Socialismo (MAS) analiza como "grave" a la actual coyuntura boliviana.

Dos interesantes documentos analíticos del MAS.

La profundidad de la crisis económica y la incapacidad del gobierno de generar respuestas creíbles, hacen que éste hoy enfrente una serie de movilizaciones y protestas en distintos puntos del país. El gobierno como único mecanismo de respuesta ha recurrido a la militarización de las carreteras y ciudades adscritas a las protestas. Junto con ello ha diseñado un plan comunicacional destinado a crear zozobra y pánico en la población, en ese marco se inscribe el arresto de Juana Quispe, ex concejala del MAS como supuesta autora de la colocación de un artefacto explosivo en una sede religiosa, de igual manera los medios de prensa pretenden presentar un cuadro de caos y desesperanza, evidentemente los "culpables" de dicha situación son los militantes del MAS y su dirigencia La agudización de la crisis ha llevado nuevamente al gobierno a plantearse el viejo modelo de solicitar o mendigar recursos ante el Grupo Consultivo de Paris, aduciendo que éste podrá ser negociado a partir de la venta del gas al exterior, también está solicitando aumentar el déficit fiscal hasta un 7%. Esta política mendicante nos indica la nula capacidad del gobierno para implementar medidas reactivadotas de la economía y sólo espera que el apoyo internacional "limosna" pueda salvarnos de la grave crisis que vivimos, o tendremos que esperar "que los usuarios de los Fondos de Pensiones vayan muriendo de viejos" tal como lo expresara la funcionaria del gobierno Grandi.
Como todos sabemos la Pega-Coalición tiene como único objetivo copar los diversos espacios de la estructura de la administración pública del Estado para desde allí basados en la corrupción y el prebendalismo enriquecerse de manera ilegal, por ello podemos ver que aún el oficialismo no ha logrado consensuar la nómina de designaciones de los cargos acéfalos en el Poder Judicial, y menos aún dar solución a la designación del Defensor del Pueblo.
El gobierno a través del Ministro Justiniano ha planteado que no está dispuesto a sentarse a conversar con el MAS, planteando que este encuentro sólo es posible por medio del Reencuentro propuesto por la iglesia, ésta actitud del gobierno demuestra el temor de verse interpelado por las demandas de la sociedad bajo el liderazgo del MAS y teniendo claro que no tiene respuestas ni propuestas ante los grandes temas nacionales.
Ante la situación de un pueblo que cada día expresa su repudio a la incapacidad del gobierno y rechaza de manera categórica la venta del gas y nuestros recursos naturales, el gobierno sólo puede responder con el argumento de la violencia y la represión, por ello es que a militarizado las carreteras y ciudades en conflicto, junto con ello expresa a través de sus ministros y voceros la aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana en toda su rigurosidad, éstos anuncios son contradictorios en la medida que sectores del oficialismo se plantean una revisión a algunos artículos de la mencionada ley.
El gobierno ve con desesperación el crecimiento de la convocatoria del 19 de Septiembre y por ello también a dado inicio a una campaña tendiente a explicar la venta del gas hacia el exterior, ésta la ha iniciado el la ciudad de Tarija (la ciudad más proclive e interesada en la venta del gas), claro está que esta reunión informativa fue a un grupo reducido de personas, y creemos éste será el mecanismo a emplear por el gobierno para plantear que sus decisiones fueron consultadas con la población.
El embajador norteamericano David Greenlee le ha "recordado" al gobierno de Bolivia que EE.UU. no ha ratificado la participación en la Corte Penal Internacional, por tanto sus tropas y personal no están sujetos a la legalidad boliviana, en otras palabras les ha recordado el derecho de impunidad que gozan sus connacionales. Debemos recordar que Bolivia ha firmado su participación y aceptación de la Corte Penal Internacional y que el convenio o tratado con los Estados Unidos de Norteamérica está pendiente para su aprobación o rechazo en el Parlamento Nacional.
En el ámbito del movimiento popular podemos apreciar, que la paciencia del pueblo se está agotando y que este cada día que pasa va exigiendo transformaciones de orden estructural y que respondan a los verdaderos intereses nacionales. Los últimos días han estado signados por una serie de movilizaciones, protestas y bloqueos en diversos puntos del país, y ésta parece ser la tendencia a nivel nacional, lo que implica que la jornada del 19 será masiva, rupturísta y combativa. Los hechos que están ocurriendo en El Alto, el altiplano y Los Yungas nos indican claramente que el movimiento social organizado ha depositado sus esperanzas en sus propias fuerzas y en las directrices políticas emanadas del MAS. Vemos que los campesinos, pobladores, colonizadores, transportistas han llevado adelante una movilización basada en problemáticas particulares que están siendo rebasadas por objetivos superiores y fundamentalmente el tema del gas.
A pesar de los intentos del gobierno de sectorializar la resolución de las demandas, para achicar la movilización convocada para el 19 y por tanto acallar la protesta general, diferentes sectores y una gran parte de la población no auto identificada en dichas demandas regionales, expresan un deseo de participación política, social, sindical y gremial en la defensa del gas y los recursos naturales y riquezas del país.
Artículo de Análisis 17-09-03.
La sociedad boliviana está comenzando un proceso acelerado de polarización y la asunción de reconocerse en bloques antagónicos y altamente politizados, con visiones y posiciones cada vez más definidas e irreconciliables en cuanto a intereses sociales, culturales y económicos.
El bloque del poder dominante ha agotado su formula basada en el modelo neoliberal y sólo le queda aferrarse a una institucionalidad caduca pero con fuerte apoyo militar y económico, bloque que pretende afianzarse en los sectores conservadores y pasivos de la sociedad, levantando el discurso alarmista, pintando un cuadro de caos y violencia.
En una visión simplista podríamos visualizar dos bloques: oficialismo-oposición, pero entre estos coexiste un sector reformista-oportunista que espera el desgaste de los sectores en pugna para cosechar en su beneficio, expresión de ello son los discursos populistas y de raíz cristiana por parte de corrientes internas del MIR, NFR y el MSM, todos ellos apuestan a un duro enfrentamiento gobierno vs. MAS para que a partir de dicha colisión los sectores desencantados, temerosos y vacilantes (en ambos bloques) busquen refugio en posiciones centristas. Pero, por el contrario puede suceder que ante esta situación la sociedad no organizada, busque en su desesperanza reflejarse, como aquel sector que si bien no expresa demandas conjuntas, ni intenta pertenecer a sector específico, sí desea ser parte de una totalidad en vías de articular lazos más estrechos y compactos con los intereses del país. Es en este ámbito, de los supuestos no participantes, que éstos (la población no organizada) copta y hace suyo los discursos y propuestas del MAS, rompiendo así el supuesto carácter regionalista, cocalero y sectorializado de nuestra organización. Es en este contexto que esta población no organizada se adscribe directa o indirectamente al discurso del MAS reconociéndole como el legitimo articulador y conductor de las reivindicaciones de la sociedad en su conjunto.
Por su lado el movimiento popular sigue en ascenso y fuertemente motivado por definiciones que hacen a la problemática nacional, cuestión que a permitido unificar el discurso de diferentes sectores e intereses. En la medida que se van desarrollando los conflictos y movilizaciones vemos que la sociedad y sus expresiones confluyen a la unidad de criterios y a la unidad de acción.
Bajo estos criterios, es que se enfrentará todo este proceso de movilización y las futuras acciones con posterioridad al 19 de Septiembre.
Indudablemente el resultado del accionar del 19 va ha determinar las nuevas características que tengan las relaciones del gobierno con el movimiento social. La masividad y la contundencia del pueblo en las calles y campos del país nos permitirán asistir a un salto cuantitativo y cualitativo en el desarrollo de la contradicción social.
El momento político actual nos muestra un gobierno debilitado por la crisis económica y la falta de cohesión interna de la mega-coalición, por lo cual su única respuesta en el plano económico es vender el gas, no importándole ni las condiciones, ni el precio, y aplicar la represión física y legal como respuesta a las demandas populares. La debilidad del gobierno se ve contrarrestada por todo el aparato institucional, ejemplo de ello son los fallos de la justicia que condenan con todo el peso de la ley a los luchadores sociales y libera de culpas a reconocidos asesinos como Kukoc y compañía Ltda. También vemos el rol activo que comienza a jugar la iglesia para detener el proceso movilizador del pueblo, buscando una vez más inyectarle oxigeno a un gobierno debilitado.
Es así que uno de los miembros participes de la mega-coalición, el MIR que viene, demagógicamente, empleando el discurso de salvar y continuar con la democracia, no lo hace así internamente y mucho menos en la implementación que permita dentro de este partido una democracia. Surgen así denuncias de que el líder de este partido Jaime Paz pretendiendo su continuidad en este pequeño circulo de poder, cambió estatutos a su conveniencia.
El grado de confusión y contradicciones al interior del gobierno, quedó claramente reflejado en el tema de la alzas de los carburantes, por un lado el ministro Comboni plantea que los combustibles sufrirán alzas o bajas según la fluctuación del dólar, minutos después el ministro Justiniano rechazó esta posibilidad; pero tampoco la descartó.
En el plano de las movilizaciones populares, siguen estas estando presentes en distintos puntos del país, ya sea El Alto, el altiplano, Potosí, Cochabamba, etc. Son diverso sectores sociales los que expresan su malestar y a la vez se movilizan en defensa del gas, así vemos: Colonizadores, juntas vecinales, campesinos, profesores, transportistas, etc., siendo estos últimos los que ya han declarado un paro de transporte para el viernes 19, igual llamado hizo la COB, Comités Cívicos, FUL, etc.