Venpres "El que tenga corazón, tóquese y sienta la verdad que aquí sentimos" Hugo Chávez Frías
El peor analfabetismo
Bertolt Brecht, que también creía en la Educación como arma liberadora de los pueblos, advirtió que el más desafortunado de todos los analfabetos es aquel que no oye, no habla, ni participa de los acontecimientos políticos de su pueblo. No sabe qué es el costo de la vida, el precio del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos y remedios, y que todos juntos dependen de las decisiones y el egoísmo de los ricos.
María del Carmen Rivero Ángel, tiene un hermoso nombre, pero nunca ha podido escribirlo. A los 73 años, como quien abre por primera vez sus ojos al mundo, desliza el lápiz sobre una hoja de papel y descubre las vocales de su libertad. En un susurro, sin apartarse del cuaderno, cuenta al periodista que está a punto de realizar dos anhelados sueños: escribir una carta a su familia y leer, ella solita, la Constitución de su país.
Enrique Quintana, uno de esos hombres que sabe como acomodar a su Patria en el corazón, le asegura a María del Carmen que no falta mucho para que Dios, junto a su perseverancia, obren el milagro... Él, aprendió de Bolívar que "el objeto más noble que puede ocupar al hombre es el de ilustrar a sus semejantes", y no dudó en convertirse en uno de los primeros facilitadores que harán realidad, por toda la geografía venezolana, el Plan Nacional de Alfabetización Yo sí puedo.
La denominada Misión Robinson, que se abre paso entre las montañas reales y las que levantan algunos hombres, erradicará el analfabetismo en Venezuela en un plazo no mayor de tres meses, sacará de la ignorancia a más de un millón y medio de personas, y abrirá novedosas posibilidades de superación y mejoramiento humano. Enrique Quintana, el maestro del Salón Comunitario Francisco Díaz, en de Catia, asegura que "un sol ha comenzado a salir sobre los cerros y la esperanza amanece en la mirada de la gente".
La verdad pide palabra
El domingo 8 de Junio, desde su habitual diálogo con el pueblo -en Aló Presidente-, el estadista Hugo Chávez Frías anunció que desde el 19 de Mayo se realiza en varios barrios de Caracas, Maracay y Vargas una prueba piloto de lo que será la Campaña Nacional de Alfabetización, una verdadera revolución del conocimiento que debe comenzar el 1 de Julio en todo el país e involucrará a un ejercito de 100 mil voluntarios, muchos de ellos integrantes de la Fuerza Armada Nacional.
Como era de esperar, los jinetes del Apocalipsis no demoraron en desatar una nueva campaña de calumnias y desinformación. Los medios que sirven a la oposición están politizando hasta el noble empeño del gobierno de erradicar el analfabetismo, y han acusado al presidente Chávez de querer inculcar el comunismo a la gente; al tiempo que maldicen a Cuba por enviar a un inexistente "ejercito de maestros" que "adoctrinará al pueblo y ocupará los puestos de los docentes venezolanos". El Presidente ha dicho claro que en lugar de comunismo, se enseñará a la gente A, B, C...
Con la verdad en cadena, Chávez recordó que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes desarrolla planes al respecto, pero que no bastan para una alfabetización masiva. El gobierno cubano, país sin analfabetismo y con reconocido prestigio internacional en esa materia, nos ofreció gratuitamente un novedoso método que permitirá enseñar a leer y a escribir, en un tiempo breve, a todos los venezolanos que lo necesiten.
Los detractores, como era de esperar, ignoran que especialistas de Venezuela trabajan, aceleradamente, para adaptar el método cubano -que recientemente recibió un importante reconocimiento de la UNESCO, en París- a las necesidades del país, y le han aportado novedosas propuestas, como la de un reglamento de incentivos, que vincula el plan de alfabetización con las aspiraciones de la gente, y crea motivaciones adicionales a las de aprender a escribir nombres y apellidos.
Sí puedes, Venezuela
El pasado 19 de Mayo, los lugares más pobres y olvidados de Caracas, Vargas y Maracay amanecieron con la expectativa de un acontecimiento que ocurriría en las improvisadas aulas que se levantan entre modestas casas de cerros y sectores humildes obreros. Era la primera vez que 381 hombres y mujeres, jóvenes y adultos, se sentaban frente a una cartilla de alfabetización y se familiarizaban con un lápiz, ese objeto frágil y mágico que puede transcribir las preguntas de los seres humanos y las cosas que el corazón siente.
Pero en esta ocasión, en lugar de maestros, 40 facilitadores dieron la bienvenida a clases, preguntaron a cada alumno por su familia, sus esperanzas y objetivos... Utilizando un televisor y un vídeo VHS, la cartilla, un libro y un lápiz, una joven voluntaria y un soldado ayudaban, con paciencia y dulzura, a los 20 alumnos que aprendían a través de las imágenes, las primeras vocales, como antesala de las primeras palabras... Silencio, atención total, lágrimas en los ojos... Al día siguiente, el regreso, la puntualidad absoluta, interés y aprendizaje.
De visita en el país, donde comparte experiencias con los especialistas locales, la doctora cubana Leonela Relys, reconocida en círculos académicos de América Latina por sus aportes a la erradicación del analfabetismo, explicó a Venpres, que el método aplicado en el Plan Piloto, utilizando novedosas técnicas de enseñanza y la facilidad que ofrecen los medios audiovisuales, se apoya en el optimismo constante del estudiante, que no puede ceder espacio al pesimismo y la tristeza.
Se trata -explica la pedagoga- de un sistema de enseñanza didáctico y fácil, donde el rol de educador debe jugarlo el facilitador. Como lo indica la palabra, es él quien debe propiciar, conducir, ayudar, contribuir y servir de vehículo al desarrollo del método. De su sabiduría y entrega depende que las personas pierdan la timidez y el temor por lo desconocido, y sientan la necesidad de proseguir las clases y llegar hasta el final.
Los facilitadores, añade, presentarán 65 clases en vídeo VHS, pero bajo el principio de la flexibilidad. El Plan Piloto ha demostrado que el método cubano es perfectamente viable, algo que reconforta, sobre todo porque ha sido diseñado para América Latina y el Caribe, donde se estima que la cifra de 42.9 millones de analfabetos existentes en 1995, sólo se podrá reducir en 1.7 millones para el 2005. Nosotros, como es costumbre, no vamos a decir si es bueno o no, que lo digan, escribiendo sus opiniones, los que tres semanas atrás se sentaron frente al televisor sin saber siquiera una palabra y ya saben firmar y nos regalan sus pensamientos en breves oraciones. Ellos son la mejor respuesta.
Motivación: palabra mágica
Eliécer Otaiza, presidente del Instituto Nacional de Cooperación Educacional (INCE) y de la Comisión Nacional encargada del éxito de la Misión Robinson, aseguró a Venpres que asumió con orgullo, como un compromiso de vida y una alta responsabilidad la mayor tarea que el presidente Hugo Chávez Frías ha puesto sobre sus hombros en el transcurso del proceso bolivariano. Vamos a cumplirlo hasta el final -asegura-, porque la alfabetización va a elevar la dignidad de nuestro pueblo hasta alturas inimaginables.
El método -añadió Otaiza- provocó discusiones y campañas en los medios apenas se anunció. El Plan Nacional de Alfabetización está siendo politizado y atacado duramente por algunos sectores de la oposición que se oponen al bienestar del pueblo. El sistema donado por Cuba ya es un híbrido entre los dos países. Los colaboradores cubanos lo único que han hecho es ayudar a sembrar en el país el espíritu de la América unida, con un gesto altruista digno de que se respete y se reconozca.
Para Otaiza, enseñar va más allá de aprender a leer: "Es involucrar a toda la sociedad para solucionar graves problemas de salud y de pobreza. En el censo de los analfabetos que se sentarán en un aula el primero de Julio próximo, hemos descubierto a mucha gente con deficiencias en la visión, sin cédulas de identidad y nada que comer en sus casas. Esa realidad nos ayuda a comprender por qué no interesó históricamente que esas personas aprendieran a leer y a escribir. Está claro que un hombre alfabetizado sabe cuáles son sus derechos y pide cuentas".
En nombre del gobierno, Otaiza advirtió a los detractores de la Misión Robinson, que esta vez nadie podrá detener la decisión de enseñar al pueblo. Es una campaña por la educación y la dignidad de Venezuela; el momento histórico más importante de este siglo... Por primera vez, aseguró, se hace algo similar en el mundo, en un país que por demás vive en condiciones políticas y sociales complicadas, pero que va a servir de ejemplo a los demás pueblos del continente.
Nos hemos propuesto enseñar -afirmó el jefe de la campaña- hasta en aquellos lugares donde no hay servicios de ninguna naturaleza, y ni siquiera las fuerzas policiales pueden entrar. La geografía, solamente, es un factor difícil. Hoy se acondicionan por todo el país 50 mil locales, y en cada uno de ellos se colocará un televisor y un VHS. Las personas que más lo necesitan están en lugares apartados, y hay que ir allí con un compromiso de lucha. Los voluntarios, que son el alma del proyecto, deben llegar a 100 mil y conforman una heterogénea masa de patriotas de la Fuerza Armada Nacional, jóvenes universitarios, docentes, médicos y líderes populares. El propio presidente Chávez aseguró que se incorporará y dará una clase.
Recalcó Otaiza que los más destacados serán estimulados con acceso a cursos en la educación básica, en el INCE y Escuelas de Arte; créditos para cooperativas y autoconstrucción de viviendas, propiedad de títulos de tierra, becas, viajes a lugares turísticos o históricos, entre otros estímulos que incentivan la participación en la alfabetización. Hay una fortaleza moral en la gente que se enamora de este proyecto. Esa es combustible: que el hombre esté convencido de que aprende para mejorar su desarrollo personal y de vida.
Y mientras Otaiza reflexiona con Venpres, y las comisiones de cada uno de los estados prosiguen la preparación de la campaña, censando analfabetas e incorporando facilitadores, en los barrios de Caracas, Vargas y Maracay se libra ahorita una batalla contra la ignorancia. Enrique Quintana, el maestro de Catia, comienza la clase número 23, dedicada a la letra "S", y antes de encender el televisor lee y comenta una frase con sus alumnos: "Date a ti mismo la posibilidad de triunfar, y si fracasas hazlo luchando"... Minutos después, rompiendo el silencio, María del Carmen Rivero Ángel demuestra que aprendió la lección y escribe sus primeras palabras con la letra "S": salud, solución, solidaridad, sonrisa, sol, saber, sentir y soñar...