Congreso de los Pueblos declara su oposición al Gobierno
A los seis meses de haberse instalado en el Palacio de Carondelet, el presidente Lucio Gutiérrez Borbúa, va perdiendo espacio entre las organizaciones que lo respaldaron durante la campaña electoral.
El Congreso de los Pueblos, reunido ayer en el coliseo de la Universidad Politécnica Salesiana, en Quito, resolvió declararle su oposición.
Aquí, cerca de 2.000 dirigentes de organizaciones indígenas, petroleros, eléctricos y de sindicatos, decidieron presentar un Plan de Gobierno al Mandatario el próximo 20 del corriente.
El documento contiene cuatro puntos básicos y fue elaborado por las comisiones de lo social, económico y político, de ética y transparencia social, así como de las subcomisiones de asuntos agrarios, política energética, laborales y política internacional.
Instalar en cada región y provincia un Congreso de los Pueblos para concluir el plan de Gobierno que será presentado al País el 20 del corriente, para su respectivo análisis y discusión; convocar a todos los sectores para participar en la lucha contra el modelo vigente y construir un nuevo Ecuador y convocar a una movilización a nivel nacional el 21 de agosto próximo; exigir la salida del Frente Económico y del ministro de Energía, Carlos Arboleda; y que se dejen sin efecto las órdenes de prisión y vistos buenos contra los trabajadores petroleros, son los puntos del documento.
La resolución del Congreso fue leída a su turno por el presidente de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN), Pedro de la Cruz; el representante de los trabajadores eléctricos, Édgar Ponce Iturriaga; el presidente de la Unión Nacional de Educa-dores (UNE) y del Frente Popu-lar, Ernesto Castillo González.
Al encuentro acudieron además, Antonio Vargas Huatatoca, del Frente de Salvación Nacional; el presidente del Movimiento Popular Democrático (MPD), Gustavo Terán, así como nativos de la región amazónica y representantes de la Federación Ecuatoriana de Indígenas y de otras organizaciones campesinas, sociales y populares.
FUENTE:
El Telégrafo (Guayaquil)