Publicado en Punto Final N° 546 (julio 18. 2003)
"Todos los caminos de todos los destinos
de la tierra van a dar al mar, Valparaíso"
Pablo de Rokha
Una gran noticia recorrió por estos días los cerros y escaleras del puerto de Valparaíso, la Unesco lo declaraba patrimonio de la humanidad. Por sus ascensores y recovecos se escucharon con más nostalgia y alegría que nunca los versos de Osvaldo "Gitano" Rodríguez: "Yo no he sabido nunca de su historia,/ un día nací allí sencillamente...," (...) "Pero ese puerto amarra como el hambre,/ no se puede vivir sin conocerlo,/ no se puede dejar sin que nos falten/ la brea, el viento sur, los volantines". Versos que han dado a conocer el puerto en todo el mundo. Pero tal alegría para los porteños significa también una enorme responsabilidad, tanto para ellos como para el gobierno regional y central.
Ser declarado patrimonio de la humanidad si bien significa un flujo importante de recursos económicos y, obviamente una mayor atracción turística, esto debe complementarse con tomar conciencia del deber de resguardar los lugares patrimoniales que llevaron a esta designación. Para esto el gobierno central ya se ha comprometido con recursos para la restauración y preservación de algunos sectores como los del Cerro Santo Domingo, a cuyos pies se encuentra la legendaria Iglesia de la Matriz y los miradores de los Cerros Alegre y Concepción, así como el sector del Cerro Cordillera donde se yergue la renombrada población Unión Obrera, sobreviviente del terremoto de 1906. Otros lugares con historia son la cuadra de Cochrane, entre la Plaza Aduana y Márquez, o la calle Clave donde se nos aparece La Plaza Echaurren con sus noches de marineros y continentes. También sectores como El Pajonal y El Almendral. Pero a todos los recursos económicos se debe sumar también el contingente porteño con su despliegue histórico y artístico, y por supuesto el de todos los chilenos, para así rescatar de la pobreza y deterioro que ha venido sufriendo en las últimas décadas el que, en un momento del siglo XX, fuera el puerto más importante del Pacífico. Su auge atrajo a cientos de inmigrantes de los cinco continentes, sobre todo ingleses y yugoslavos, los que dejaron su sello en muchas de las construcciones ubicadas en los diferentes barrios de la ciudad.
Interesante resulta la narración del poeta porteño Juan Cameron sobre el origen del puerto: "Juan de Saavedra llegó a Quintil, ubicado en el golfo de Alinmapu, o tierra quemada, y dijo ¡Valparaíso! Sin quererlo estaba bautizando la ciudad nunca fundada, la mera postal de la República. Por Quintil denominaban los Changos al actual barrio del Puerto". Existe, sin embargo, un acto de fundación, sin testigos ni escribano, como ocurren aquí las cosas. El 3 de septiembre de 1544, don Pedro de Valdivia declara oficialmente el lugar "Puerto de Santiago". Y nombra a don Juan Bautista Pastene, un marino genovés que había anclado aquí su barco, el San Pedro, en agosto de 1544, primer lugar teniente en el mar territorial y primer funcionario público del Valle de Quintil. Por eso Valparaíso es puerto y Pastene su primer almirante" (...) "La segunda fundación ocurre el 29 de abril de 1791 con el establecimiento del Primer Cabildo, bajo la presidencia de don Ambrosio O’Higgins, Barón de Ballenari, y la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes de Puerto Claro".
Valparaíso está nuevamente en camino de recuperar sus antiguas glorias y quizá revelar al mundo sus misterios, alturas y subterráneos tan indescifrables a simple vista, pero llenos de la magia que tan bien ha definido en sus versos Patricio Manns: "Valparaíso,/ tan corta su sed, tan severo su pan,/ tan incierto su olor,/ tan impotentes sus anclas al zarpar" (...) "y yo dudo acá, privado de ser,/ náufrago de anclar,/ mientras su enigma se agota/ sobre el/ mar".Finalmente no está de más recordar que entre los hijos ilustres, nacidos en este puerto histórico, se encuentran Luis Emilio Recabarren y Salvador Allende.
ALEJANDRO LAVQUEN NO HAY PUERTO MÁS PINTORESCO (Cueca del poeta popular "El Diantre" en homenaje a Valparaíso) (brindis) Brindo por Valparaíso
Por su loca arquitectura
Por cerros montes y llanuras
Quebradas y precipicios.
Yo brindo por el prodigio
Que tengo en este momento
De estar viviendo en el puerto
Contemplando la bahía
Brindo por mis poesías
Que arrojo a los cuatro vientos. (cueca) En todo el mundo no existe
Lo digo de improviso
Un puerto más pintoresco
Que el puerto Valparaíso
Con el viento flamean
En los balcones
Enaguas y sostenes
También calzones
También calzones ay sí
Blancos y crema
Amarillos y negros
Sin un dilema
¡La vecina de al lado
Usa rosado!