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Latinoamérica

 

Develan nuevas amenazas golpistas en Venezuela

Aram Aharonian* para Adital

En vísperas del período de ascensos y pases a retiro de los militares, que se cumple cada 5 de julio, día de la Independencia, el Gobierno venezolano descubrió una conspiración comandada por el general de brigada Antonio Rodríguez Grau, comandante de una brigada de paracaidistas, según revelaron fuentes gubernamentales.

En momentos en que el país parece encaminarse hacia la institucionalización definitiva, tras el golpe de Estado de abril de 2002 y el paro patronal y sabotaje petrolero de diciembre y enero últimos, la confirmación del aumento de la credibilidad del presidente Chávez (superior al 50% según las últimas encuestas) parece haber desencadenado acciones desesperadas por parte de sectores golpistas, empresariales y militares, señaló el internacionalista Alvaro Verzi.

Incluso los distintos grupos de la oposición aún no deciden si impulsan o no el referendo revocatorio del mandato del presidente Chávez, ante la posibilidad de que no logren siquiera juntar los 2,3 millones de firmas necesarias para impulsarlo.
La acción se preparaba para que estallara entre el 2 y el 7 de julio, "aprovechando entre otros factores la situación de malestar que se crea en ocasión de los ascensos", señaló el matutino Últimas Noticias. La acción sería coordinada por el mencionado general Rodríguez Grau, a quien se le informó que sería trasladado como agregado militar en Surinam.

Los organismos de inteligencia señalaron a Adital que en oficinas de un profesional de farmacia se habrían celebrado algunas reuniones con "militares (golpistas) de la Plaza Altamira", varios abogados y políticos opositores opuestos al referendo y que han llamado públicamente a la Fuerza Armada a actuar "como solución a la crisis".

Ese grupo, según estas fuentes, ha redactado documentos para el caso de que se estableciera un nuevo gobierno. Copias de algunos de esos documentos fueron obtenidas por organismos de inteligencia, que, presumiblemente, se habían infiltrado en tales grupos.

Consultados sobre la fuerza de esa presunta conspiración, altos oficiales castrenses consideran que no tiene ninguna significación. "Ellos creen que según los informes recibidos, que una sublevación en una guarnición o en una unidad militar importante, provocaría una acción popular de apoyo y tendría la inmediata cobertura de los medios audiovisuales, logrando así sumar a otras unidades".

"Por supuesto estaban totalmente equivocados; están desesperados porque todo parece suponer que en breve entraremos en el camino hacia los referendos revocatorios y se cerrará cualquier posibilidad de una acción, como ésta, producto de la desesperación", agregaron.

Lo cierto es que no se ha informado oficialmente de ninguna otra acción que afecte a otros militares, ni de detención de los supuestos civiles involucrados.

El martes Chávez destacó que las fuerzas armadas "están preparadas ante cualquier amenaza interna y externa con el objetivo de defender la Constitución Nacional, las garantías sociales y la patria hasta morir por ella" y añadió que " no hay paz sin justicia y mientras haya injusticia habrá batalla que dar".

Chávez hizo entrega el martes de la réplica de la Espada del Libertador Simón Bolívar a los oficiales de los distintos componentes militares, ante quienes subrayó que si los golpistas lo hubiesen convertido en cadáver el país se hubiese ido por el "despeñadero" por cuanto "el pueblo y los soldados no habrían aguantado un gobierno oligárquico, tiránico, represivo, dictatorial y antibolivariano".

Destacó que los oficiales evitaron una tragedia de "marca mayor si los traidores" de abril de 2002 y sus aliados hubiesen logrado sus objetivos. Precisó Chávez que antes las Fuerzas Armadas estaban desmoralizadas y creían mantener a los militares con las tres c, es decir: "caña, cobre" y la otra c no quiso mencionar. "Era un compromiso con los perros de la guerra de los cuales militares, civiles y políticos sobre todos salieron enriquecidos", dijo.

*Aram Aharonian es corresponsal de Adital en Venezuela, presidente de la Asociación Latinoamericana para la Comunicación Social y director del mensuario "Question con Le Monde diplomatique"