Chávez habla sobre el nuevo gobierno argentino
Kirchner busca una integración más allá de lo económico, dice el mandatario venezolano
Stella Calloni
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue, después de su colega cubano, Fidel Castro, la figura que concitó la mayor atención de la prensa entre los mandatarios asistentes a la toma de posesión de Néstor Kirchner, pero además estuvo rodeado de grupos políticos, organizaciones sociales, estudiantes y los siempre activos piqueteros (desocupados).
Chávez habló, por ejemplo, ante un grupo de parlamentarios convocados por la diputada Alicia Castro, y luego ante intelectuales y representantes de la Junta Popular Argentina del Congreso Anfictiónico Bolivariano. Escritores, artistas y académicos -convocados por la revista América XXI- lo escucharon en una charla informal durante la cual el mandatario habló sobre la situación en Venezuela.
En un momento dado, en la noche del lunes al martes, Chávez anunció que se retiraría para dialogar con Castro, a quien finalmente invitó a "darse una vuelta" por el lugar. Así, sorpresivamente, el líder cubano entró al lugar donde se celebraba la reunión. Entre ambos existe no sólo una evidente amistad, sino también un trato casi de padre a hijo. Hombres de madrugadas ambos con sus rutinas de encuentros, Chávez se reunió luego con los bolivarianos encabezados por Fernando Bossi, entre ellos el historiador Norberto Galasso, así como con líderes de movimientos sociales y políticos.
Chávez hizo una valoración muy positiva de su viaje a Argentina y destacó, en charla con este periódico, el discurso del flamante presidente Kirchner, quien reiteró su decisión de impulsar la integración de América Latina y de abandonar el neoliberalismo.
El mandatario venezolano destacó que el esquema de integración que definió Kirchner va "más allá de lo económico y se enfoca a lo político, lo cultural, lo que hace a nuestros pueblos. Esa es la integración pensada por Simón Bolívar y los héroes latinoamericanos y que sigue siendo válida en estos tiempos".
Es la integración de la que habla también el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y precisamente en estos momentos se debate la integración venezolana al Mercado Común del Sur (Mercosur).
Espera fortalecer la relación binacional Chávez también dijo que esperaba regresar a Argentina "en unos cuatro meses.
Hemos estado distantes mucho tiempo ambos países, a pesar de todo lo que nos unía, y entonces es posible que estemos firmando varios acuerdos comerciales de cooperación y de intercambio (...) No podemos dejar pasar más tiempo porque estamos en un momento muy importante para América Latina y el mundo".
El ex militar también consideró importante la integración de los movimientos sociales que se extienden a lo largo de América Latina. "La diversidad de expresiones y movimientos populares indica un cambio profundo para nuestra América, en tiempos muy peligrosos que sólo se pueden enfrentar con una fuerte unidad de nuestros pueblos al interior y entre ellos en el continente", señaló.
En cuanto a la situación en Venezuela, señaló que "ante el fracaso de los dos golpes que se realizaron, el del 11 de abril (2002) y el petrolero después (en alusión a la huelga), se pusieron en evidencia las diferencias creadas con nuestro gobierno, que ha insistido en la necesidad de una oposición seria para fortalecer la democracia venezolana, lo que enfurece a los que sólo quieren el camino de los golpes y la desestabilización".
Por otro lado, la mayoría de los presidentes llegaron a la asunción de Kirchner desde Perú, donde asistieron a la cumbre del Grupo de Río. Y de acuerdo con fuentes consultadas por este periódico, había preocupación en algunas delegaciones por ciertos puntos de la resolución de la cumbre. Esto concordó con el descolorido paso del presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, a quien muchos miraron con esperanza a su llegada al gobierno. En Argentina la imagen del mandatario ecuatoriano había caído visiblemente entre quienes lo apoyaron con entusiasmo.
Un documento que circuló aquí en ambientes políticos un día antes de la realización de la cumbre, el viernes pasado, aparentemente impulsado por la presidencia de Colombia, señalaba que "Naciones Unidas debía conminar a la paz a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o ayudar a combatirlas", frase atribuida a Gutiérrez. Esto, en otros términos, quedó prácticamente plasmado en la resolución de la cumbre.
El tema es que en el debate se exigió hablar de las "opciones" planteadas si no había acuerdo. Y entre éstas se mencionó la posibilidad del uso de fuerzas latinoamericanas para invadir Colombia, por supuesto bajo el mando estadunidense, debate que estalló recientemente en la prensa argentina.
Entonces se denunció que en Chile había dos o tres batallones preparados para ese fin, además de entender que maniobras como las Cabañas 1 y 2, realizadas en Argentina por el ejército estadunidense en compañía de otros de la región, estaban pensadas como parte del esquema para la intervención en un país latinoamericano, y todo señalaba hacia Colombia.
El plan de hacer intervenir a tropas latinoamericanas en Colombia fue elaborado por Washington, pero habría sido Gutiérrez quien lo llevó a la cumbre de Río, pese a que son muchos los sectores militares que no quieren verse involucrados en este tipo de guerra. Por eso en estas horas, parlamentarios argentinos se aprestan a detener un proyecto enviado a último momento, antes de su alejamiento del gobierno anterior, por el ex canciller Carlos Ruckauf -amigo de Washington- y el ex ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, donde se solicita inmunidades y privilegios para tropas de Estados Unidos que llegarían para maniobras a la provincia argentina de Mendoza.
Esas maniobras serían dirigidas por el ejército de Estados Unidos con participación de Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, éste en calidad de observador. Según los objetivos técnicos anunciados se trata de un ejercicio combinado "de adiestramiento aéreo, para consolidar el acercamiento de fuerzas armadas nacionales y extranjeras y fomentar la confianza mutua y cooperación regional". Pero las tropas estadunidenses gozarían de privilegios e "inmunidades".
El tema de las maniobras causa escozor aquí, después que sin autorización del Congreso, desde 1990 hasta ahora, se vienen realizando ejercicios secretos y otros como Cabañas, Cruz del Sur, Unitas, Ceibo, Fraterno y otras.