Cincuenta legisladores y ex legisladores sobrevivientes de 1973 recordaron ayer la noche de la ruptura institucional
Sesión cargada de nostalgias, evocaciones e interpretaciones acerca del origen del golpe
LA REPUBLICA
La Cámara de Representantes evocó en la víspera los
treinta años del golpe de Estado con una sesión extraordinaria
en la cual participaron diputados y senadores que sobrevivieron a la ruptura
institucional de 1973. La sesión estuvo cargada de nostalgia y simbolismo,
pero también de interpretaciones acerca del origen de la irrupción
militar y la violencia política en el país.
Ayer se reunieron, luego de treinta años, los legisladores supervivientes de la pasada dictadura militar, integrantes de ambas ramas parlamentarias en el año 1973, quienes en un encuentro de la Asamblea General efectuaron una mirada retrospectiva de la pasada crisis democrática.
Fueron invitados a participar del evento los 53 parlamentarios sobrevivientes de los 130 que componían ambas ramas legislativas. Los entonces diputados Jaime Pérez (1001) y Francisco Forteza (Unidad y Reforma) y el ex senador de la coalición de izquierda, Francisco Rodríguez Camusso, se excusaron por no poder participar de la sesión.
Al inicio de la reunión se exhibió un video correspondiente a la última reunión del Senado, antes de producirse el golpe de Estado, la que se realizó durante las primeras horas del miércoles 27 de junio de 1973 y que estuvo presidida por el entonces senador Eduardo Paz Aguirre. En aquella sesión, hicieron uso de la palabra, entre otros, los senadores Wilson Ferreira Aldunate, Amílcar Vasconcellos, Francisco Rodríguez Camusso y Luis Hierro Gambardella. Todos pronunciaron palabras en defensa de las instituciones. Una de las imágenes proyectadas fue, precisamente, la de Ferreira Aldunate en momentos en que pronunciaba su recordado discurso en el que anunciaba y repudiaba la inminencia de la caída institucional.
Tras la exhibición de tal fragmento, todos los ex y actuales parlamentarios del sector, encabezados por Luis Alberto Lacalle, corearon el apellido del caudillo fallecido.
También se proyectó un tramo del discurso del senador Luis Hierro Gambardella.
El encuentro de la víspera, que estuvo presidido por el senador Carlos Julio Pereyra, contó con la presencia, desde el palco oficial, de Elisa Dellepiane, viuda del senador del Frente Amplio Zelmar Michelini, Matilde Rodríguez Larreta, viuda del ex presidente de la Cámara de Diputados Héctor Gutiérrez Ruiz (Partido Nacional) y Susana Sienra, viuda de Wilson Ferreira Aldunate.
El primer legislador en hacer uso la palabra fue el entonces y actual senador Juan Singer (Unidad y Reforma, Lista 15) quien señaló que no le hacía feliz evocar el 27 de junio, aunque consideró que "es una buena cosa esta convocatoria, sobre todo mirando hacia el futuro".
El parlamentario estableció en el episodio del "robo de armas del tiro Suizo de Nueva Helvecia, a comienzos del segundo gobierno colegiado nacionalista, el inicio del proceso que desembocó en la dictadura".
Agregó que el Parlamento de entonces era "una institución descaecida, ya la institucionalidad había sido herida de muerte", y recordó que cuando "metieron preso a Jorge Batlle, en noviembre de 1972, por una orden del entonces presidente de la república, Juan María Bordaberry, avalando un pedido de la Justicia Militar, aquello poco tenía que ver con la institucionalidad en su plenitud".
"No a los dos demonios"
A su turno el diputado Carlos Baráibar, electo en 1971 por el sector Frente del Pueblo, Lista 808, señaló que a treinta años de los hechos, "sigue siendo necesario responder a la reiterada interpretación que se ha dado en llamar de 'los dos demonios' referida a que el golpe de Estado fue la consecuencia de los enfrentamientos entre la guerrilla y las instituciones o de la subversión contra el Estado constitucional". "Cuando se derribaron las instituciones, hacía más de un año que en el país no había enfrentamientos armados y la organización guerrillera había sido desarticulada en lo militar, sus principales cuadros estaban presos o en el exilio y no existía ninguna forma de organización política actuante", puntualizó el parlamentario actualmente electo por Asamblea Uruguay.
Por su parte, el entonces diputado Ricardo Rocha Imas (Movimiento Nacional de Rocha) expresó que cuando derribaron las instituciones no cayeron los legisladores individualmente, sino que "cayó un concepto de país, algo de nuestro ser nacional, los sentimientos y la manera de actuar de los orientales". Añadió que la dictadura pudo haber desalojado a los legisladores de sus bancas, y roto en parte el alma nacional, "pero no pudo destrozar el sentimiento democrático del pueblo uruguayo". "El legado que tenemos que dejar es la libertad, democracia, republicanismo, justicia social, nacionalismo y antiimperialismo", puntualizó el ex legislador. Asimismo, el entonces senador nacionalista Walter Santoro expresó su reconocimiento pleno al Parlamento cuyas cámaras legislativas "actuaron desde el momento en el cual en el país se procedió a realizar una serie de actos desconocidos para la inteligencia democrática, e hicieron los esfuerzos para evitar que ciertos hechos incidieran sobre la anormalidad constitucional". El ex senador por el Partido Demócrata Cristiano, Américo Plá Rodríguez, señaló que el sentido de la evocación de los treinta años del golpe debe ser un profundo compromiso de todos los parlamentarios y del país con "la libertad y la democracia lo que debe ser asumido en defensa de las tradiciones fundamentales de defender las instituciones". En tanto, el ex diputado por el Movimiento Nacional de Rocha y actual intendente de Treinta y Tres, Wilson Elso Goñi, se refirió al martirio que vivieron por aquellos años las esposas de Wilson Ferreira Aldunate, Carlos Julio Pereyra y por supuesto de Héctor Gutiérrez Ruiz, Zelmar Michelini "quienes no volvieron del exilio, pero que están en el corazón de los uruguayos".
Asimismo, Elso Goñi recordó una anécdota. Evocó que después de la última sesión del Senado, antes del golpe, varios legisladores nacionalistas despidieron en un bar de Bulevar Artigas y Palmar a Carlos Julio Pereyra, quien se aprestaba a dejar el país.
Luego de tal encuentro, el entonces diputado Zeballo Salsamendi, quien estuvo presente en la despedida, llamó telefónicamente a Elso Goñi para decirle que frente al bar donde horas antes habían despedido al senador Pereyra, estaba ubicada la sede de Inteligencia del Ejército".
A su turno, Uruguay Tourné, diputado electo en 1971 por el sector Por la Patria, señaló que las fuerzas morales del pueblo uruguayo permitieron superar las vallas que impedían el encuentro con la democracia, el funcionamiento de los partidos y el respeto y la tolerancia por el pensamiento ajeno.
"Pero en la actualidad debemos enfrentar a un enemigo más sólido y poderoso: la inmoralidad y la corrupción de la subversión económica de la que tenemos siniestros ejemplos tanto en el ámbito público como privado. La globalización financiera indiferente a la secuela de deterioro económico de nuestras riquezas generando pobreza y dolor en el pueblo humilde. Nuestros propios errores frívolamente desechados", expresó enfáticamente Tourné.
El ex legislador nacionalista consideró que el reto y la responsabilidad del Parlamento actual son: "Poner todos los recursos al servicio del pueblo y tener una decisión que lo tutele".
"Gestas heroicas del pueblo"
En tanto, el entonces diputado Daniel Sosa Díaz, electo por el sector Frente del Pueblo, Lista 808, Partido Demócrata Cristiano exaltó la lucha en defensa de las instituciones, librada por el Parlamento de la época "con dignidad y de la que fueron sus principales voceros Ferreira Aldunante, Zelmar Michelini y Amílcar Vasconcellos". Asimismo, recordó que muchas gestas heroicas del pueblo marcaron a fuego a la dictadura, como por ejemplo "la manifestación del 9 de junio del año 1972, el plebiscito de 1980 cuando dijimos no a la dictadura y el acto del Obelisco, o cosas sencillas como el caceroleo en los barrios". En un marco de recuerdos, la ex diputada Graciana Barbero quien en la actualidad cuenta con 92 años, y que fuera electa en 1971 por el sector Unión Nacional Reeleccionista del Partido Colorado, exhortó a las nuevas generaciones a que "cuiden al Uruguay, país que tiene que sobresalir como lo supo hacer en la enseñanza y la bondad. ¡Por favor, vamos a seguir adelante y a luchar!".
El entonces diputado por el sector Unidad Nacional Blanca, Oscar López Balestra, confesó, en un encendido discurso: "Me entreveré con la central de trabajadores, en la histórica huelga del 73 y encontré el calor, la fuerza y el lugar necesarios para luchar contra la dictadura. También fui encapuchado, torturado y conocí la mazmorra de la dictadura, porque me confundieron con uno más de los obreros". El ex parlamentario nacionalista solicitó a los legisladores actuales que al igual que en aquellas horas tristes cuando el Parlamento le declaró la guerra a los usurpadores del poder. "Hoy es hora de que todos declaremos la guerra a la miseria, la pobreza y falta de trabajo".
"¿Cómo es posible que, teniendo la bendición de Dios de poder tener un Parlamento, existan tantas injusticias y no seamos capaces de poder oír el clamor de la gente y del justo reclamo de quienes nada tienen?", interrogó Balestra. Agregó: "No permitamos que le escamoteen representatividad al Parlamento, porque los problemas económicos de un país no están en lo que cuesta el Parlamento, sino en los que se llevan la plata de los bancos, el Poder Legislativo tiene que ser lo más representativo con el mayor número de escaños posibles".
En ese momento Lacalle, quien se encontraba de pie y detrás de toda la bancada nacionalista, comenzó a gesticular e hizo la seña de "harakiri" en desaprobación a las afirmaciones de Balestra, ya que precisamente el presidente del Directorio del Partido Nacional propuso una ley de ajuste político para disminuir a la mitad la cantidad de legisladores. *