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Latinoamérica

16 de junio del 2003

Presos políticos en México: Libertad a costa de hambre

Rebelión

Una vez más, tres presos políticos mexicanos tienen que recurrir a la huelga de hambre para defender su dignidad y sus derechos. En esta ocasión se trata de Miguel Angel Mesino Mesino, Isabel Fernández Gómez y Tomás de Jesús Barranco, originarios de Guerrero y recluidos en el penal de Chilpancingo. Ante la cerrazón del gobierno mexicano por dar una solución favorable al tema de los presos politicos, aún cuando la libertad de ellos es una demanda social; ante las simulaciones de leyes de amnistía fraudulentas -porque su articulación mañosa hace que no haya preso político que se pueda beneficiar de ellas-; ante esto y ante la continua violación a los derechos humanos y las garantías individuales de los prisoneros políticos, una vez más, tres mexicanos concientes se disponen a defender su libertad a costa de hambre, amenazas y hasta su vida si es necesario. "Nos mantendremos en la huelga hasta que se resuelvan nuestras demandas, estamos concientes del riesgo que corremos y si es preciso dar nuestra vida, la daremos; es mejor morir con dignidad que estar encarcelados injustamente", manifestaron el tres de junio los internos en ayuno en un documento que enviaron a los medios de comunicación. La huelga de hambre comenzó el 27 de mayo del 2003, a las 12:00 horas, desde esa fecha hasta el día de hoy, los presos políticos Miguel Angel Mesino Mesino, Isabel Fernández Gómez y Tomás de Jesús Barranco sólamente han consumido agua. Para el día tres de junio, los presos ya empezaban a sentir síntomas de deficiencia física: mareos, dolores de cabeza y calambres. Sin embargo, la respuesta del gobierno ha sido nula.

El Caso de Miguel Angel Mesino

Detenido arbitrariamente a principios de este año por personas identificadas como "madrinas" integrantes del grupo paramilitar "Rubén Figueroa", torturado para que se declarara culpable, y finalmente, trasladado al penal de Chilpancingo, Guerrero, donde se le sigue un proceso viciado y parcial. "El actual gobierno me ha fabricado el delito de asesinar a mi primo Ramiro Mesino Galicia, inventando testigos que no existen, a pesar de que en el primer careo con la parte agraviada, el hermano del difunto me dio un abrazo diciéndome que todo era maniobra del gobierno", dice Miguel Angel Mesino.

Pero también denuncia que "en la averiguación previa se asentó que un testigo vio que disparé con una escopeta calibre 16, cuando el médico legista dictaminó que el asesinato se cometió con un arma calibre 22. Se me dictó un auto de formal prisión alegando el juez que hubo elementos necesarios y a tres días de que llegué a la cárcel de Tecpan fui trasladado al centro penitenciario de la capital en donde se me encarceló en un área de alta seguridad acusándome de ser reo de alta peligrosidad, violando así mis derechos".

Miguel Angel Mesino Mesino es hijo del dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), Hilario Mesino Acosta. Contra la OCSS se perpetró la massacre de Aguas Blancas, en donde 17 campesinos fueron asesinados por la policia y el ejército el 28 de junio de 1995.

En el caso de otro de los presos políticos en huelga de hambre, Tomás de Jesús Barranco, campesino guerrerense, miembro de la Organización de Pueblos y Colonias de Guerrero, y recluido también en el penal de Chilpancingo, fue detenido el 28 de agosto de 1996 por miembros de la Policia Judicial del Estado de Guerrero y fue sometido a torturas.

Como ciertos y vergonzosos antecedentes del accionar de los cuerpos policiacos y judiciales en el país tenemos que: son comunes las detenciones de manera arbitraria, es decir, sin que exista órden de arresto. Es común también la práctica de la tortura, y eso está asentado en el informe más reciente de Amnistía Internacional. A los detenidos se les obliga a autoinculparse o a firmar papeles en blanco en donde se les fabrican declaraciones que despues son utilizadas para procesarlos por delitos que no cometierón. Esta ha sido la vieja fórmula del gobierno mexicano para criminalizar y tartar de acallar la lucha social por un México más justo. Es necesaria la solidaridad del pueblo mexicano para con los cientos de luchadores sociales injustamente encarcelados, especialmente ahora que los días siguen pasando y no hay respuesta del gobierno de Vicente Fox.

Con información extraida de Nota publicada en El Sur 06-04-03 "Siete días en huelga de hambre, sin algún acercamiento del gobierno" por Zacarías Cervantes