LIMA, 9 de junio (PL). — En un mar de coincidencias de reclamos en pos de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y las condiciones del sector, miles de educadores de Latinoamérica radicalizan su lucha esta semana con paros laborales indefinidos y huelgas de hambre.
De que la Educación es vital para echar andar el desarrollo de las naciones y afrontar la pobreza nadie lo duda, sin embargo, sobran ejemplos de cómo este principio ha sido tácitamente obviado por numerosos gobiernos latinoamericanos, que han aplicado al pie de la letra las políticas neoliberales en desmedro de la inversión social.
Salarios bajos que no se ajustan a las tasas inflacionarias y políticas fiscales, pésimas condiciones laborales y retroceso en los derechos de los trabajadores son los rasgos que exhibe hoy el sector educacional en algunas de las naciones de la región.
Pese al compromiso de los ejecutivos que llegaron al poder en estos últimos dos años de beneficiar a la población más necesitada y de impulsar sectores sensibles como la salud y la educación, los tajantes recortes al gasto público están al día.
Perú, Ecuador y Costa Rica parecen ser hoy el centro de las insatisfacciones y escenario de una prolongada conflictividad social iniciada con las protestas del magisterio hace más de un mes.
Tras la firma de un acuerdo entre el gobierno del presidente peruano, Alejandro Toledo, y la cúpula del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación (SUTEP), unos 300 000 maestros de diferentes puntos de esa nación andina continúan este lunes en paro, al menos por 72 horas.
La medida de prolongar la protesta, pese a las negociaciones, fue aprobada este fin de semana durante una convención del gremio, en medio del clamor de las bases sindicales de radicalizar la huelga para presionar al gobierno en la solución de los problemas clave del sector.
Miles de maestros peruanos que acatan la paralización consideran que el aumento propuesto por las autoridades es "una migaja para el magisterio", y el pacto firmado "no recoge las aspiraciones más sentidas por los maestros".
Lo único concreto que se nos ofrece —dicen los sindicalistas— es el mísero aumento de 100 soles (unos 29 dólares), que ya había sido rechazado por las bases, de ahí la decisión de continuar la huelga hasta lograr un incremento más justo.
Incluso, en el compromiso de duplicar el sueldo no queda establecido un cronograma, en su lugar, la voluntad del ejecutivo está sujeta a la disponibilidad de recursos y el presupuesto fiscal de este año.
En respuesta a la incorformidad de los docentes y reclamos salariales, Toledo decretó el estado de emergencia en al menos 12 departamentos del país y entregó a las Fuerzas Armadas y la Policía el control de las calles y ciudades, con lo cual dio luz verde a la brutal represión de la protesta.
La deliberada arremetida a las enérgicas movilizaciones de maestros, funcionarios del Poder Judicial y estudiantes dejó el saldo de un manifestante muerto (en Puno), más de un centenar de heridos y por lo menos 300 detenidos, tras la primera jornada de paro.
Ahora, frenético ante la posible agudización del conflicto, el gobierno adelantó desde el domingo que "aplicará la Ley" contra quienes permanezcan en huelga, con despidos y sanciones severas.
En una postura contraria a los reclamos de la mayoría de los peruanos de que el Presidente —electo por la fuerza popular— cumpla con sus promesas de hace casi dos años, opta por la "mano firme" y ofrece migajas para asegurar lo que él dice la gobernabilidad.
En el vecino Ecuador, otros 120 000 maestros iniciaron este lunes una huelga de hambre por tiempo indefinido, como continuidad a la paralización docente de hace cinco semanas en demanda de un aumento de los sueldos y mayor presupuesto a la Educación.
La vicepresidenta de la Unión Nacional de Educadores (UNE), Teresa Bolaños, ratificó a la prensa la disposición de unos 200 maestros para el ayuno protesta en Quito y Guayaquil, al que se sumarán otros cientos de colegas de la provincia de Imbabura.
"Mantendremos indefinidamente el ayuno hasta que el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez desembolse los 125 000 000 de dólares del presupuesto exigido por el gremio", el principal de esta nación, recalcó Bolaños.
Las maniobras de las autoridades locales para desactivar el conflicto no han llegado a un punto satisfactorio, sin acuerdo alguno sobre el monto salarial, y solo está en el tapete una propuesta gubernamental de 10 dólares prevista para octubre.
Para Bolaños y cientos de maestros ecuatorianos, la asignación de 10 dólares es un monto irrisorio en medio de una economía dolarizada y el elevado costo de la canasta básica.
Gutiérrez reiteró, por su parte, que actuará "con firmeza para hacer cumplir la Constitución", en alusión a su llamado al inicio de clases este lunes y la persistencia de los maestros en la medida de fuerza.
Aunque no queda claro de qué manera se materializará la advertencia del ejecutivo.
Ante las palabras del presidente, la sindicalista recordó que Gutiérrez llegó al poder con el apoyo de los grupos sociales, entre ellos los maestros, y prometió gobernar para los menos beneficiados.
El paro de profesores en Costa Rica indica que tampoco el vaivén de las autoridades por apaciguar a los maestros ha arrojado los frutos que esperaba el gobierno para iniciar una semana tranquila y sin contratiempos en la agenda social.