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Latinoamérica

20 de junio del 2003

Enfoque americano: MERCOSUR con banderas de integración.

Ariel Florit
www.wdrc.cubaresearch.info

La Cumbre de MERCOSUR que se ha iniciado en Asunción , Paraguay, quiere que los países ricos abran sus mercados, pero detrás de sus peticiones más inmediatas está un proyecto más trascendental: lograr una integración económica que fortalezca el poder de negociación de ese grupo sudamericano ante fenómenos como el ALCA y el Mercado Común Europeo.

Los ministros de Economía y presidentes de los bancos centrales de las naciones miembros Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Chile y Bolivia llevan instrucciones a la capital paraguaya de sus respectivos gobiernos de tratar de regresar la entidad regional a un carril de objetivos integracionistas.

Analistas consideran clave para ese propósito la presencia en los palacios presidenciales de Brasil y Argentina de inquilinos favorables a fortalecer el nivel de negociación sudamericano conjunto ante el mundo y ante Estados Unidos: los presidentes brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva y argentino Nestor Kirchner.

Un invitado especial a la conferencia, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, constituye un elemento favorable a los aires integracionistas sudamericanos, especialmente en momentos en los cuales Estados Unidos y Canadá desean dar un impulso al Área de Libre Comercio de América (ALCA), que debe iniciar su vigencia en 2005.

El ALCA se mueve, según expertos, como elemento ajeno pero a la vez influyente en los objetivos de integración no solo del sur de América sino de América Latina.

Chávez, por ejemplo, ha expresado su deseo de que Venezuela llegue a integrarse a MERCOSUR. A su vez ha bosquejado en teoría otra área de libre comercio que lleve únicamente el sello latinoamericano.

Ese proyecto, mencionado por el presidente venezolano como ALBA, serviría, de lanzarse alguna vez, para enfrentar los efectos del ALCA, según ha dicho el propio Chávez.

El ALCA es señalado por amplios sectores políticos, económicos y culturales de América Latina como un intento por parte de Estados Unidos de dominación absoluta de la región.

Brasil no se ha opuesto a ese proyecto de origen estadounidense pero sí ha advertido que está en desacuerdo con muchos de sus ángulos y ha demandado un proceso negociador más prolongado.

MERCOSUR es, por su parte, quizá el único proyecto latinoamericano con valores integracionistas potenciales. Dentro de ese grupo están dos de las economías más importantes de la región. Los gobiernos de Brasil y Argentina, en ese marco, parecen defender para MERCOSUR un perfil de grupo para negociaciones efectivamente más allá de la región que sirva como "frente" común cuando venga el ALCA si este en definitiva alcanza vigencia dentro de dos años. También el mercado común sudamericano debería ser un instrumento colectivo para tratar con la Unión Europea.

En ese contexto, los especialistas estiman que la entrada de los países andinos al grupo - cuestión que auguran Chile y Bolivia- sería un elemento básico para ampliar la fortaleza de negociación con el mundo.

"Sin dudas, este ambiente integrador que uno encuentra en las cumbres y en otros eventos de la región, muestra que hay nuevos vientos de solidaridad y hermandad entre los países", dijo el viceministro de relaciones exteriores de Bolivia, Isaac Maidana Quisbert, a la BBC británica.

Quisbert agregó que "los países con economías muy pequeñas debemos favorecer las negociaciones multilaterales. En este caso, Bolivia, en el ALCA, llega a través de la Comunidad Andina y ahora también dentro de la idea de generar un ámbito sudamericano con un paso inicial que sería la convergencia de la comunidad andina con el MERCOSUR".

El viceministro subrayó que "si se logra eso, Sudamérica tendría una sola voz para todos los emprendimientos y desafíos que hay en el mundo, no solamente para el ALCA".